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Gentilen zuloak o el ojo de Hiruaitzeta es un lugar precioso que nos ofree unas buenas vistas Belauntzaran
Mendira

Santa Marina, la fuerza del viento y del agua

Sobre el valle de Sakana, esta cima es conocida por su sólida ermita, que resiste a los fenómenos meteorológicos y a los gentiles

Jueves, 6 de abril 2023, 12:15

Niebla, viento y sol se dieron cita en la salida que realizamos a Santa Marina (1.068 m.), conocida por la ermita que se erige en la cima. Un edificio construido en piedra con una belleza especial. Simple, pero de las que transmite algo nuevo. Nicolás Arbizu recoge que «la ermita de Santa Marina pertenece al grupo de ermitas que los pueblos erigieron por devoción; según la tradición, los habitantes de Burunda pidieron a esta virgen y santa gallega que calmara un temporal y así poder recoger la cosecha (otra tradición más incierta relata que se acudió a ella para eliminar una plaga de langostas)». Sobre esta ermita se comentan hechos y tradiciones a veces contradictorias y es necesario aclarar todo lo que rodea a la misma para evitar confusiones y malentendidos.

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Destaca Arbizu que «el origen de la devoción a Santa Marina y la erección de esta ermita en nuestro valle lo podemos situar a finales de la llamada «Alta Edad Media» (siglo XI); en esta época adquirían fuerza las rutas jacobeas con gran número de peregrinos a Santiago».

Al parecer, «esta primitiva ruta a Santiago perdió fuerza tras el reinado de Sancho el Mayor por los cambios en las rutas y las vicisitudes de los reinos peninsulares». A lo que añade: «la ermita fue emplazada lejos de los pueblos, en la ladera norte de la sierra Urbasa; como en la antigüedad se elegía lo alto de los montes para el culto al sol, la luna, etc. o para erigir templos paganos, el cristianismo mantuvo estos emplazamientos para culto de Dios y los santos».

INFORMACIÓN MIDE

  • Acceso: Seguimos la A-15 o la N-1 hasta Olazti y después subir por la NA-718. Tras pasar junto a la oficina de turismo continuamos unos 4 kms.

  • Horario: El paseo desde el parking tximista ronda las 4 horas a un ritmo muy tranquilo. Muy recomendable para realizar en familia, dado el poco desnivel que hay que superar.

  • Distancia: 12km.

  • Desnivel positivo: 346m.

  • Severidad del medio: 3.

  • Dificultad orientación: 3.

  • Dificultad del terreno: 3.

  • Esfuerzo necesario: 3.

Santa Marina es uno de los preciosos balcones que nos encontramos en la sierra de Urbasa, un magnífico parque natural situado en la comarca de Tierra Estella-Lizarraldea en Navarra. El parque natural fue declarado el 27 de febrero de 1997 con la denominación 'parque natural de Urbasa y Andia'. Dicha sierra tiene una extensión de 21.400 hectáreas y en su interior abarca uno de los mayores hayedos de la península. La sierra de Urbasa es un paraíso para los amantes de la naturaleza. En su interior podremos descubrir cuevas como la de los Cristinos, Akuandi o Noriturri. Ríos de aguas turquesas como el famoso nacimiento del Urederra o acantilados como el Balcón de Pilatos con paredes de más de 200 metros de altura y los cortados de Lizarraga con unas vistas espectaculares al valle de Ergoiena.

La sierra de Urbasa y todo el parque natural nos ofrecen extensas y variadas rutas de senderismo. En esta ocasión optamos por conocer el precioso entorno de Santa Marina y Gentilen zuloak desde el parking Tximista. De camino a esta zona de aparcamiento nos topamos con un monumento en la sima de Otsaportillo. Una placa nos recuerda lo sucedido allí. Al parecer, el l 5 de noviembre de 1978, espeleólogos del Grupo de Montaña de Legazpi descendieron hasta la sima y efectuaron un hallazgo de gran relevancia: allí había varios cráneos con agujeros provocados por disparos de bala.

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Después, integrantes del grupo de espeleólogos Satorrak de Pamplona descendieron a la sima y aseguraron haber visto los restos de 14 personas. A principios de los años ochenta, los huesos localizados en Otsaportillo fueron guardados en una caja y mantenidos dentro de la sima. En un documento que recoge estos hechos, Altsasu Memoria destaca que entre los restos recogidos entonces por los familiares de víctimas de la dictadura había ocho cráneos que fueron introducidos en esa misma «urna de hierro con protección». Posteriormente, los cráneos que estaban allí dentro desaparecieron, recogen las crónicas de la época. En 1980 se instaló allí una escultura que recordaba precisamente a las víctimas que seguían dentro de la sima.

Desde el parking de Tximista

Desde el parking de Tximista salimos en dirección hacia la cima de Santa Marina. A pocos metros del parking nos encontramos en un poste metálico, está pintado en blanco Santa María y una flecha nos indica que sigamos la pista. Una pista de grava suelta que atraviesa zonas de pasto solitarias ya que todavía no han subido el ganado, sobre todo vacas y yeguas, que permanecen en estos montes hasta el otoño. Pasamos junto a una zona donde se almacenan toneladas de piedras a un lado de la pista. En todo momento la seguimos hasta llegar a un cruce, en el que continuamos hacia la izquierda. Poco más adelante volveremos a la izquierda, aunque en esta ocasión observamos una piedra y en un árbol pintados que nos indican la dirección a seguir.

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En el mismo camino ascendemos de manera tranquila hasta llegar a una zona donde se puede apreciar una vieja calzada. Las enormes piedras blanquecinas nos anuncian el antiguo paso entre los espectaculares hayedos en los que sus árboles siguen desnudos ya que se mantienen las bajas temperaturas en Urbasa.

Tras ver a lo lejos una chabola a mano derecha, avanzamos hasta llegar al dolmen de Santa Marina. A pocos metros se puede ver una gran piedra, Harriaundi. Continuamos por la zona entre bosques en la que encontramos numerosos hitos. Pronto podemos ver la colina sobre la que se encuentra la ermita de Santa Marina con su refugio. Unos edificios que sorprenden por su solidez y la energía que se puede sentir entre ellos. La ermita permanece cerrada, pero desde un pequeño orificio podemos observar una réplica de la éfige del Arcángel San Miguel de Aralar. Realizada con hierros forjados, destaca sobre una sólida pared de piedra grisácea.

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Entramos al cuidado refugio en el que podemos ver las brasas del fuego bajo. Nos sorprende la limpieza del lugar, sencillo, pero con unas mesas y un espacio donde poder pernoctar. Solo nos queda respetar lo que contruyeron los vecinos de Sakana.

A pocos mettros de la ermita y el refugio vemos el buzón con forma de farolillo. Iratxo lo trasladó hasta allí en nombre de varias ikastolas entre las que aparece Laskorain de Tolosa. La cima no se encuentra en el sitio del buzón, sino unos metros más al interior.Tras contemplar las preciosas vistas que nos ofrece bajo una gran nube gris, mientras el viento hace bailar a la niebla y el sol, se suma al espectáculo fijando sus rayos sobre las localidades del valle, que irradian mucha luz después de brillar sobre los verdes pastos.

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Desde allí, pasando por Txopordi (1.023 m), nos dirigimos hasta la zona donde los gentiles abrieron un enorme ojo, gentilen zuloak (1.144 m.). En la peña de Hiruaitzeta se puede contemplar el enorme ventanal que nos muestra la belleza de Sakana. La niebla ha desaparecido y podemos disfrutar de preciosas vistas de montes, prados, pueblos...Regresamos por el camino que nos ha conducido hasta el ojo de la peña. Podemos optar por adentrarnos por los bosques. Nosotros volvemos por la pista que nos ha acercado hasta Santa Marina.

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