Agerreburu: el mirador de Santa Bárbara

Hegoi, Dios del viento Sur, nos acompaña esta semana mientras nos acercamos a un bonito rincón de Hernani en el que los gruesos muros de un antiguo fuerte albergan la peculiar ermita de Santa Bárbara. Esa combinación inusual cuando menos, tiene un factor común, la protección. No en vano, el fuerte cumplía la función de punto de vigilancia de posibles ataques enemigos, mientras a la santa se le encomienda la función de protección de tormentas. Además, Santa Bárbara es patrona de la artillería y, por consiguiente, de todos los trabajadores que se dedican profesionalmente al mundo del fuego, como los bomberos, electricistas o mineros.

Los hernaniarras acuden a diario hasta este enclave al que Mendira nos acercará el próximo sábado, 19 de octubre, partiendo desde el centro de salud, junto a la plaza Atsegindegi, a las 10.00 horas. Siguiendo las marcas blancas y azules a lo largo del recorrido impulsado por el consistorio hernaniarra, llegaremos hasta la ermita de Santa Bárbara. Aunque el actual edificio data de 1955, tras la reedificación del templo de montaña por los fieles hernaniarras en auzolan, los estudios realizados por Antxon Agirre Sorondo sobre la misma, remontan muchos siglos atrás. Al parecer, el primer dato sobre esta ermita constan en un acuerdo de Hernani de 1526 en el que se anuncia la propuesta para reemplazar «la serora o hermitaño tras el fallecimiento de la anterior disconisa».

Los documentos de la época recogen que la ermita la nave de la antigua ermita de Santa bárbara se encontraba en la parte baja (cuadra) del caserío Santa Bárbara, donde al parecer, se conserva la hornacina sobre la que se asentaba la imagen venerada. Además, se sabe que la ermita tenía tres altares por suposición tres imágenes, aunque solo se conocen la de Santa Bárbara y San Lorenzo.

Desde entonces y hasta ahora, la devoción a Santa Bárbara ha estado vinculada a las tormentas. De hecho, la serora de la ermita se encargaba de hacer sonar insistentemente la campana de la ermita cada vez que se acercaba una tormenta. Por un lado, son el sonido de la campana servía como conjuro para que se diluyera los maléficos efectos de truenos y rayos. Además, se avisaba a los parroquianos para que también hicieran tañer las campanas de la iglesia. Así lo constata un documento de 1755. La devoción de los hernaniarras a Santa Bárbara ha perdurado durante siglos, y acudían al templo de montaña en varias ocasiones al año para escuchar misa en el mismo. El Domingo de Ramos, el día de San Ignacio y el 4 de diciembre, día de Santa Bárbara, los fieles mostraban su devoción a la protectora en los días de tormenta, en los que los hernaniarras sacaban al exterior de sus caseríos un puchero que contenía hojas de ajo, laurel bendecido el Domingo de Ramos y unas hojas de 'intxusa' (saúco), que puestos al fuego provocaba una humareda que espantaba al rayo.

Durante generaciones los hernaniarras han participado en misas y romerías celebradas en la antiguo actual ermita, ubicada en el interior del fuerte del mismo nombre. Además de ser lugar de culto religioso, el emplazamiento militar, que constituye un conjunto patrimonial contemporáneo, cuenta con una planta poligonal y se ubica en un saliente de la cumbre oriental del monte. Se extiende por medio de un pasadizo hacia el oeste, en dirección al punto más álgido del monte, lugar donde se asienta la ermita. El fuerte presenta muros de fábrica de mampostería y se compone de tres cubos y una torre con almenas y ventanas saeteras. En la actualidad posee dos entradas, una al Norte y al Sur la segunda. En su interior se encuentran diversas edificaciones, algunas de las cuales se encuentran adosadas a los muros.

El fuerte jugó un papel muy importante de protección en diferentes momentos históricos.

Santa Bárbara a pesar de no encontrarse a gran altitud, dado que la cumbre de su monte Agerreburu se sitúa a 249 metros sobre el nivel del mar, ha sido y es una relevante atalaya natural que cuenta con un gran dominio visual sobre todo el territorio que lo rodea: controla Galarreta, Oriamendi, el valle del río Urumea, Urnieta y Andoain.

Su excelente ubicación y el control que sobre el territorio otorgaba el monte Santa Bárbara, un importante papel militar. Por ejemplo, «el contexto de la Revolución Liberal, si bien ya a finales del siglo XVII se planteaba la posibilidad de fortificar el alto de la loma (así lo testimonia un documento de 1697). Sin embargo, no fue hasta finales del siglo XVIII cuando esta idea se materializó, cuando en 1793 la Diputación de Gipuzkoa solicitó al Ayuntamiento de Hernani la fortificación del altozano. Desde su construcción el fuerte fue utilizado y reconstruido en más de una ocasión para los conflictos bélicos que acaecieron, siendo escenario de cuatro enfrentamientos militares en 150 años: La Guerra de la Convención (1793-1795), la primera y la tercera Guerras Carlistas a las cuales debe principalmente su actual fisonomía (1833-1840 y 1872-1876 respectivamente), y la Guerra Civil (1936-1939)», destacan los expertos.

La última reconstrucción del fuerte de Santa Bárbara, que data de 1874, mantuvo la fisonomía con que se la dotó en la primera Guerra Carlista.

La ruta desde Hernani hasta Santa Bárbara, en la que un 'iratxo' ubica el punto más alto. Para llegar hasta él. Saliendo desde la plaza Atsegindegi de Hernani, solo tenemos que acceder al barrio de Santa Bárbara en el que encontraremos unos paneles informativos en los que relatan la historia de la ermita y el fuerte. Siguiendo las marcas blancas y azules nos adentraremos en zonas boscosas en las que un sencillo juego de cubos de madera nos permitirá identificar los árboles de la zona gracias a los dibujos realizados en los mismos.

El escenario deja de ser totalmente urbano para convertirse en rural gracias a los prados y jardines que lucen los caseríos que lucen sus jardines en los alrededores del barrio Jauregi, mientras un bosque de coníferas impresiona en la subida por su gran altura. En sus largos y estilizados troncos nos encontramos una ardilla, un pájaro, un buho,... de madera colocados curiosamente.

Avanzamos por la pista de tierra, para llegar a un cruce que nos dirige a una zona boscosa que nos lleva a la ermita o un camino que nos conduce por la puerta del fuerte hasta la zona de bar y la cuesta de algo de pendiente que nos acerca al templo. Desde el mismo, las vistas son preciosas, Adarra, Buruntza en primera línea muestran la belleza de Buruntzaldea, mientras la vida continúa a sus pies.

Regresamos hasta la zona de parking y el bar donde podemos ver el acceso al campo de tiro en desuso, o la zona de mesas del merendero. Tras volver a disfrutar de las vistas, comenzamos el descenso hasta Hernani siguiendo las marcas que nos conducen por la carretera asfaltada.

Ya está abierta la inscripción para la segunda salida organizada por el canal Mendira. La cita será el próximo sábado día 19, a las 10.00 horas. El punto de encuentro será el centro de salud de Hernani. De la mano de la periodista y responsable del canal Mendira, Eli Belauntzaran, el grupo comenzará un recorrido de 7 kilómetros con un desnivel que ronda los 260 metros hasta la cima del monte Agerreburu, donde se encuentra la ermita de Santa Bárbara. En total, se necesitarán cerca de dos horas y media para completar el recorrido.

Como en otras ocasiones, la salida está pensada para todos los públicos, especialmente familias con niños. Está permitido llevar mascotas, siempre que vayan debidamente atadas. Para participar, es necesario cumplimentar la inscripción en el formulario sobre estas líneas. Todos los participantes a esta marcha, que cuenta con la colaboración de Aena, recibirán un obsequio