Recién estrenada la primavera aquí en el hemisferio sur, tras doce días de navegación desde Brasil ayer llegamos con el 'Ypake II', al mando de ... su capitán Ezequiel, al puerto Stanley (Malvinas) después de navegar 1.400 millas de Sao Lourenço do Sul pasando por Brasil, Uruguay y Argentina. La primera semana tras zarpar el día 12 de Río Grande tuve la sensación de mareo. Fuerte oleaje y mucho meneo en el 'Ypake II'. Llevo dos días sin comer. Prefiero no hacerlo, estar relajado y que asiente el estómago. Es como aclimatarme en el Himalaya a la altura. En alta mar debo aclimatarme contra el mareo… Ufss, no sé qué es peor, si el mal de altura, salvando las distancias de lo peligroso que puede ser, o el mareo. La ventaja del primero, si se puede hablar de ello, es que desciendes perdiendo altura en la montaña, te recuperas y empiezas a encontrarte mejor. Aquí en el velero no hay opción, no te puedes bajar, puedes contrarrestar el mareo, eso sí, con diferentes medicamentos…, de momento no he recurrido a ellos, simplemente me he tomado paracetamol y algo me ha aliviado. Siempre me ha gustado la montaña, pero también el mar a pesar del mareo.
Publicidad
El miércoles 14 el capitán decidió arrimarse más a la costa en la frontera imaginaria entre Brasil y Urugua, país que empezamos a costear pasando por Punta del Este. Y lo hace porque no hay tanta mar y el oleaje, afortunadamente, se ha reducido. Así que estoy mejor del mareo. Y además ya he comido después de tres días sin ingerir alimento alguno. Eso dicen los expertos: «en tres días se te pasará el mareo». Seguimos tranquilamente hasta el jueves 15 con buena mar, buen viento, que nos está dejando navegar a vela, y excelente tiempo, para abandonar Uruguay, pasando a Argentina por esa línea imaginaria en alta mar a modo de frontera.
El viernes 16 y sábado 17 comenzamos a navegar algo más rápidos por la llegada de viento del norte que empuja las velas rumbo a las Malvinas. Una vez pasado Montevideo, donde decenas de grandes mercantes esperaban su turno para que les entre a puerto el práctico, y Mar de Plata, en Argentina, ya no se ven casi navíos, vamos solos rumbo sur. Eso sí, añadiéndose a la agradable compañía de albatros y petreles un grupo enorme de simpáticos delfines australes. Los días sucesivos, muy nublados, fríos (unos 6 grados) y con vientos cambiantes de más de 30 nudos, fueron realmente duros, volviendo esa sensación de mareo, con olas muy altas que a veces saltaban por encima del barco y que golpeaban fuertemente contra el casco de acero del velero.
A medida que avanzamos rumbo sur cada vez teníamos más oleaje provocado por las fuertes corrientes que empujan desde la Antártida chocando con las que vienen de arriba haciendo llevar al 'Ypake II' a escorarse hasta 30 grados estribor, con Ezequiel y yo zarandeados en el interior del barco de una manera acusada. Así fuimos quemando millas hasta llegar ayer a Stanley. Hoy, sábado, llegan mis compañeros. Visitaremos juntos las Malvinas para zarpar hacia Georgias del Sur el martes. Nos quedan aún 750 millas por delante hasta nuestro objetivo. Espero, en mi caso, contra el mareo, estar bien aclimatado, como en el Himalaya.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión