Imagen de archivo de Boris Johnson.DV

Los insultos de Boris Johnson

El nuevo ministro de Exteriores británico se ha forjado una carrera a base de salidas de tono y faltas de respeto a representantes internacionales con los que ahora deberá intentar ser diplomático

DV

Jueves, 14 de julio 2016, 22:11

Nombrar al conservador Boris Johnson el nuevo ministro de Exteriores brtánico es como poner a un payaso a dirigir un funeral. Cuando la nueva 'premier' Theresa May anunció ayer que en encargado de representar a Inglaterra en el mundo varios de las representantes de las cancillerías europeas dudaron de que la cosa iba en serio. El exministro sueco Carl Bildt puso en duda la noticia y preguntó si era una broma. El responsable de la diplomacia alemana le llamó «político irresponsable» mientras que su homólogo francés dijo directamente que Johnson era un «mentiroso», algo que rompe la regla no escrita de la diplomacia de criticar a las políticas pero no a las personas. El nuevo ministro británico, alcalde de Londres entre 2008 y 2016, tiene un pasado de provocador que no ha dudado en utilizar el insulto para referirse a líderes de otros países y que se ha especializado en poner en compromiso a la diplomacia británica. Estas son algunas de las salidas de tono del recié nombrado jefe de la diplomacia inglesa.

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Hillary Clinton: En 2007,en una columna que escribía para 'The Daily Telegraph', Johnson dijo de la actual candidata a la presidencia de Estados Unido: «Tiene el cabello teñido de rubio, los labios carnosos y una mirada de acero azul, igual que una enfermera sádica en un hospital mental». A renglón seguido aseguró que los norteamericanos debían votar a a la actual rival de Donald Trump, ya que de esa forma, el expresidente Clinton regresaría a la Casa Blanca. «Si Bill puede lidiar con Hillary, seguro que puede lidar con cualquier crisis global».

Obama: En un artículo en 'The Sun' acusó al actual presidente Barak Obama de sentir «un desdén ancestral hacia el imperio británico». También dijo de él que era un «medio keniano».

Erdogan:Los insultos más gruesos del exalcalde de Londres han ido dirigidos al presidente turco Recep Tayyip Erdogan. Después que que el mandatario de Turquía se quejase al Gobierno alemán por el poema de un escritor germano, el 'Spectator' convocó un consurso de poesía sobre Erdogan. El certamen lo ganó el propio Johnson con unas rimas en las que llamaba al dirigente otomano «el gran masturbador». «Se aceptaban rimas con algún objetivo político, pero inevitablemente quedarían en segundo lugar ante otros trabajos que ahondaran en la conocida afición de Erdogan por las cabras y la imposibilidad de fiarse de él cuando se encuentra en las proximidades de cualquier zoológico público», dijo tras ganar un premio.

Europa y los nazis: Durante la campaña del 'Brexit', Johnson se refirió a los intentos de invadir Europa por parte de Napoleón y Hitler, a los que equiparó con la política de la Unión Europea. «Ellos lo intentaron y otra gente lo intentaron antes, pero siempre acaba de una manera trágica. La UE es un intento de hacer lo mismo con diferentes métodos».

China: Con respecto al gigante asiático, Johnson declaró: «La influencia cultural de China es nula. De hecho toda la cultura china es una imitación de las formas de Occidente». El ministro de Exteriores brtitánico ha mortificado siempre que ha podido a los chinos con argumentos de todo tipo. «Es difícil pensar en un solo deporte chino incluido en los Juegos Olímpicos, en comparación con los tantísimos inventados por Gran Bretaña». «El número de premios Nobel obtenidos por chinos en tierra propia es cero, aunque luego hacia legiones de ellos tratando de escapar a (las Universidades de) Stanford y Caltech».

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África: Ante un viaje del exprimer ministro británico Tony Blair a África, Johnson escribió: «Dicen que pronto irá a Congo. Sin duda las AK47 permanecerán en silencio y las pangas dejarán de piratear carne humana, y los guerreros tribales llegarán con sus sonrisas de sandía a ver a su gran jefe blanco aterrizar en su gran ave británica y blanca, financiada por los contribuyentes». Con referencias al pasado colonialista británico, el exalcalde de Londres dijo: «El problema no es que una vez estuvimos a cargo (de los gobiernos africanos), sino que ya no lo estamos».

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