30 años entre la paz firmada y la paz vivida
El próximo domingo 14 de diciembre se cumplen tres décadas del final de la guerra de Bosnia, una herida todavía por cerrar
Treinta años pueden hacerse eternos pero son apenas un instante en la historia. No son suficientes para sanar tantas heridas. Los ecos de la guerra ... todavía retumban en cada rincón de Bosnia, un país acostumbrado a la calma frágil, incapaz de olvidar sus fantasmas, donde la memoria no se entierra, solo se cubre de polvo. Bosnia-Herzegovina es hoy un país independiente, en proceso de adhesión a la Unión Europea, pero que tres décadas después de que los Acuerdos de Dayton acabaran con la guerra –no el conflicto–, sigue siendo esclavo de su pasado, con miles de trabas que le impiden pasar página y avanzar hacia adelante. El país se mantiene dividido por fronteras invisibles, fragmentado en un conflicto étnico que no es pasado, sino presente.
«Mi padre dice: no hace falta hacer chistes sobre Dayton. Dayton ya es el mayor de los chistes. ¡Un acuerdo de paz que consagra la limpieza étnica!», escribe Sasa Stanisic, uno de los autores más importantes de la literatura balcánica, en 'Cómo el soldado repara el gramófono' (Alfaguara, 2008). El escritor, natural de Visegrado –ciudad situada en Bosnia Oriental, muy cerca de la frontera con Serbia–, tuvo que huir junto a su madre a Alemania debido a la guerra.
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«Todavía hay gente dispuesta a coger las armas y matar»
El conflicto bélico sacudió Bosnia en abril de 1992, en plena desintegración de la República Federativa Socialista de Yugoslavia. Tras la secesión de Croacia y Eslovenia, Bosnia (habitada por un 44% de musulmanes bosníacos, un 32% de ortodoxos serbobosnios y un 17% de católicos bosniocroatas) aprobó un referéndum para la independencia del país. Los representantes políticos serbobosnios no aceptaron el resultado de las urnas y proclamaron la República Serbia de Bosnia y Herzegovina, hoy en día República Srpska. La declaración de independencia produjo que los serbobosnios, liderados por Radovan Karadzic y apoyados por el gobierno serbio de Slobodan Milosevic, que movilizó al Ejército Popular Yugoslavo, entraran en Bosnia y empezara la guerra, que enfrentó a bosnios, serbios y croatas y que acabó con más de 100.000 personas.
Epicentro de la guerra
El cerco de Sarajevo fue el más largo sobre una capital europea en la historia contemporánea. Durante los casi cuatro años que fue sitiada, fallecieron unas 12.000 personas y otras 50.000 fueron heridas, entre las que se estima que el 85% eran civiles. Se dice que en 1914, en la capital bosnia, dio comienzo el siglo XX con el asesinato del archiduque Fernando de Austria que desencadenó la Primera Guerra Mundial. Antes de dar paso al actual siglo, Sarajevo volvió a ser epicentro mundial de la guerra. «Un jersey encima de mi cabeza. Tomo aire. La pistola en mi pecho. La abuela no quiere trasladarse a ninguna parte y por eso malviven aquí, donde nadie más quiere vivir. Está esperando que una granada le caiga en el plato o que el enemigo irrumpa en el cuarto de estar», narra Damir Ovcina en 'Plegaria en el asedio', (Automática, 2021) un libro que evoca el sinvivir que era el día a día en Sarajevo, más concretamente en el barrio de Grbavica, durante el cerco.
Todo el transcurso de la contienda fue sangriento y cruel, pero la masacre de Srbrenica sobresale por encima del resto. Allí, en la localidad de Bosnia Oriental muy cercana a la frontera serbia, fueron asesinados en julio de 1995 más de 8.000 bosníacos en una semana por el ejército de la República Srpska, comandado por el general Ratko Mladic, que dispuso de todo el arsenal del ejército yugoslavo, pese a que se trataba de un enclave protegido por 400 cascos azules neerlandeses.
Este episodio terminó propiciando los Acuerdos de Dayton y que el 14 de diciembre de 1995 terminara la guerra tras casi cuatro años de combate que debieron ser frenados mucho antes. Dayton acabó con los disparos y los bombardeos en Bosnia, pero dividió para siempre el país con la consagración de la República Srpska. El consejo de presidencia del país está ahora formado por un serbio –votado en la República Srpska–, un bosnio y un croata, elegidos en la Federación, con rotación del presidente cada ocho meses, que se vota cada cuatro años. «Bosnia hoy es un no país», recalca Sunita Idoia Begic.
Safaris humanos en Sarajevo
La guerra de Bosnia vuelve a ser actualidad en estos tiempos que corren después de que el periodista y novelista italiano Ezio Gavazzeni denunciara que «italianos y personas de otras nacionalidades pagaron para disparar contra civiles en la ciudad sitiada de Sarajevo». La investigación de la Fiscalia de Milán sobre los presuntos safaris humanos en la 'Jerusalén de Europa' prosigue.
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