Nepal, cinco años después del terremoto
El reino de las grandes montañas resurge de sus escombros, aunque muy lentamente. Todavía a muchos les falta la ayuda del gobierno
Empeñado estaba Nepal en que este 2020 fuera el foco de atención mundial para que se acercaran los turistas en masa e hicieran su ... gasto diario de 75 dólares. A día de hoy, con la pandemia mundial del coronavirus, esta intencionalidad se le ha ido al traste porque, de momento, no se puede viajar. Pero cuando se pueda -esperemos sea más pronto que tarde-, mucho tendrán que cambiar las cosas. Tras el terremoto que asoló el país asiático hace hoy cinco años. se va recuperando poco a poco.
Hace unos meses regresé a Nepal tras haber estado en mayo de 2015 justo después de los terribles terremotos que asolaron buena parte del país los días 25 de abril y 12 de mayo. En aquellos trágicos momentos, donde murieron más de ocho mil personas, desaparecieron de la faz de la tierra varios pueblos y aldeas. Quedaron literalmente borrados del mapa. Tras regresar de aquel viaje en el que pude vivir de cerca el sentir de sus habitantes seriamente afectados por las consecuencias del terremoto, relataba que Nepal se escribe con 'D' de desolación, destrucción, devastación… Ahora, después de haber estado otros dos años consecutivos en Nepal -los meses de octubre y noviembre- he de decir que Nepal se escribe con 'C' de construcción, composición, colaboración, porque, más o menos, a diferentes ritmos, según la zona, se está construyendo otra vez, se está componiendo lo que se puede de casas, recintos, patrimonio histórico, aunque muy lento, y se está colaborando en levantar un país azotado por la tragedia.
Y el turismo regresó
Nunca se dejó de insistir que a pesar de lo ocurrido en 2015, la gente tenía que seguir yendo a Nepal. Y, si bien al año siguiente hubo muchas anulaciones de viajeros que quería ir a las montañas o simplemente visitar el país asiático, a partir de 2017 se comenzó a recuperar, pudiendo comprobarlo en 2018 y 2019 con overbooking en muchos hoteles y las calles repletas de turistas y montañeros. Una muestra de recuperación del país, teniendo en cuenta de que el turismo es la fuente principal de ingresos. Por eso sus habitantes sabían que tenían que levantar la cabeza cuanto antes. A duras penas, muy lentos en muchos casos por falta de medios y recursos, pero con tesón y sin perder su imborrable sonrisa están trabajando duro para recuperarse.
Evidentemente como decimos queda mucho por hacer, principalmente en la reconstrucción y recuperación del Patrimonio histórico. Pistare-pistare, como dicen ellos coloquialmente cuando se sube a las montañas, -poco a poco-, irán haciendo, si bien también todavía hay cosas para ver porque no todo se cayó al suelo. Hay pagodas, estupas, monasterios, etc., que siguen en pie soportando la fuerte intensidad del terremoto y que merece la pena visitarlos.
En Durbar Square de Katmandú concretamente todavía se están reconstruyendo sus famosas pagodas de valor histórico y patrimonial mundial. Se ha reconstruido ya el antiguo Palacio Real, pero todavía se está trabajando en sus anexos para reconstruirlos tal y como figuraban antes del desastre. Todavía no han terminado de reconstruir las pagodas situadas frente al palacio. Están en ello sin que a lo largo de estos tres últimos años se vea mucho avance para volver a levantarlas.
El resto de Katmandú sigue levantando diferentes edificios que el propio progreso de la ciudad genera. Algunos altos edificios que se pueden ver desde Swayambhunath, por cierto, también restaurado y reconstruyendo el monasterio, han sido reparados de sus enormes grietas producidas por el terremoto. La vida, evidentemente, sigue en la capital nepalí y van progresando.
Datos
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8.832 cifra oficial de muertos del terremoto de Nepal, con más de 322.000 personas sin hogar y 130.000 casas destruidas.
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4.570 millones de euros fue la valoración de los daños según la comunidad internacional. De todo esto sólo llegaron 92.
Peor lo lleva la ciudad de Bhaktapur, muy devastada por el seísmo. Recuerdo en 2015 cómo iban desescombrando a mano. A día de hoy, el pasado mes de diciembre, pude pasear por sus calles y observar cómo todavía en algunas edificaciones siguen desescombrando a mano. En otras, muy lentamente, se van levantando, pero trabajando todo a mano ante la imposibilidad de meter maquinaria pesada. Por ejemplo, también en Durbar Square, que junto a la de Patán y la de Katmandú, son las tres plazas del Valle de Katmandú que forman parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1979, se está reconstruyendo varias de sus pagodas. El resto de esta magnífica ciudad va muy lentamente levantándose, viéndose diferentes obras en nuevos edificios con infinidad de ladrillos rojos esperando a ser colocados y pudiendo verse todavía algunas lonas y toldos que tapan la desgracia de 2015.
Cuando hablas con la gente nepalí afectada por el terremoto, te explican que las ayudas prometidas por el gobierno no les han llegado todavía a muchos de ellos, y eso hablando con los habitantes de Katmandú y Bhaktapur; lo que no ocurrirá con los afectados en zonas rurales que son la mayoría… Aún así, Nepal se está levantando, con ayuda y sin ella porque quieren que siga siendo Nepal, ese maravilloso país que alberga las montañas más altas del mundo. Pero ahora, con el coronavirus, habrá que esperar...
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