Infanta Beatriz 7, esquina Infante Jaime 9. Estas dos calles atesoran una de las villas más evocadoras de San Sebastián. El edificio ubicado en la histórica ciudad-jardín de Ondarreta, fue construido en 1926 por el entonces embajador de España en Washington, Alejandro Padilla Bell, casado con Carmen Satrústegui Barrié, y se convirtió en una de las obras más reconocidas del arquitecto madrileño Luis Gutiérrez Soto.
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Actualmente, la villa mantiene el estilo exterior portugués con los azulejos de aquella procedencia y una decoración interior ecléctica, con un carácter clásico-vasco perteneciente a los años 20. A lo largo de sus ocho habitaciones, cinco baños, salón, comedor y cocina, entre otras estancias, perdura el mobiliario que se construyó para la propiedad original. Sin una modificación en su distribución, ni en los elementos que componen el interior y la fachada del edificio, y con un valor histórico incalculable, en el mercado actual el precio de la villa alcanza los tres millones de euros.
El extraordinario metraje, el inmenso jardín y la privilegiada ubicación (a 50 metros de la playa), la hacen tan apetecible y misteriosa, como inaccesible. Mauricio Sotelo, consultor inmobiliario de Engels & Volkers, nos muestra una de las últimas joyas de la corona que perdura en Ondarreta.
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