No arruines el trabajo de los diseñadores

Evidentemente, esto se produce por el gran desconomiento que existe a la hora de cumplir unos códigos de vestimenta que, en ocasiones, damos por sentado los asesores de imagen, pero que el público desconoce.

Si alguien se sienta en 'front row' vestido por la firma, ahí poco o nada podemos añadir. Nos puede parecer más o menos acertado, pero el equipo de marketing y estilismo de la marca es dueña de la imagen que quiere transmitir de sus invitados. Lo solemos ver en París o Milán: en el caso de las «grandes», la primera fila se convierte en la continuación o en el complemento de lo que presentan sobre la pasarela.

Pero esto sucede en casos contados. La gran mayoría de los asistentes ni visten de la firma en cuestión, ni poblan el 'front row' de la marca. Es ahí donde la gente se vuelve loca.

¿Vestido largo para un desfile de noche? No rotundo. ¿Grandes escotes y aberturas explosivas? No rotundo. ¿Un estilismo reciclado de una boda? No rotundo.

Menos es más. A un desfile como el de Balenciaga o San Telmo, por poner casos concretos y locales, se debe acudir correctamente, elegantes y sobrios para la ocasión. Eso no quiere decir que no «arriesguemos» con elementos como las plumas, el 'glitter' o prendas 'crop'. No. Pero no nos podemos poner todos los elementos a la vez. Cada uno en su estilo, siendo arriesgados (si así lo deseamos), pero sin salirnos de la línea del «buen gusto».

¿Y qué es tener «buen gusto»? Difícil respuesta, pero quedaros con esta reflexión: no perder el saber estar nunca. Estés con quien estés. Estés donde estés. Ahí es nada.