Un vuelo de Hondarribia a Loiu cumpliría la ley del clima francesa

Aunque entró este jueves en vigor, Francia incluyó esta medida dentro de la Ley del Clima que aprobó el pasado agosto. Será aplicada durante al menos tres años, tras los que se hará una valoración sobre su eficacia. Por de pronto, el requisito de que sea posible ir en tren en menos de dos horas y media ha suprimido los vuelos directos desde París a Burdeos, Nantes y Lyon, aunque en este último caso solo los que operan desde el aeropuerto París-Orly pero no desde el de Charles de Gaulle, que es el principal. Se mantienen, en cambio, los vuelos de conexión entre los aeropuertos citados.

Si extrapolamos esta medida a Gipuzkoa, estaría autorizado un vuelo regular entre Hondarribia y Loiu –que ni ha existido, ni existe, ni existirá–, toda vez que el trayecto entre el centro de Donostia –desde la estación de la plaza Easo– y Bilbao –Casco Viejo– son dos horas y 31 minutos, según informa la página web de Euskotren. Por un minuto, pero es más que el tope de las dos horas y media. Solo llegar a Eibar desde la capital guipuzcoana supone soportar el traqueteo del vagón durante una hora y 20 minutos sin salir del territorio.

Junto al requisito del tiempo máximo de 2h30 en tren, la nueva legislación francesa incluye otra disposición, como que el servicio ferroviario ofrezca frecuencias suficientes para satisfacer la demanda. Esto ha permitido salvar los vuelos entre el aeropuerto De Gaulle y las ciudades de Rennes y Lyon, así como desde esta última a Marsella. La idea es que según aumenten las conexiones ferroviarias, se vayan eliminando las aéreas.

Esta salvedad autorizaría a volar desde Gipuzkoa al margen de al oeste, porque la oferta de billetes diarios para viajar en tren a Vitoria y Pamplona sería insuficiente. Las dos capitales se alcanzan en menos de dos horas desde San Sebastián, pero en ambos casos la opción de transporte público más lógica y atractiva desde Donostia es el autobús, que resulta más rápida. Y es que el trayecto normal de 1h15 en bus se traduce en 1h40 en tren hasta Vitoria y 1h50 hasta Pamplona. Según los horarios de Renfe, solo llegar a Zumarraga ya significa 53 minutos, siempre que no medien retrasos.

Alcanzar en tren otras capitales cercanas más allá de Euskadi se va en el tiempo. Es el caso de Burgos, que queda a más de tres horas (3h10), y las dos horas y media solo nos dejarían a medio camino entre Miranda de Ebro y Briviesca. Para el este, tras superar Pamplona alcanzaríamos Tafalla en 2h20 y para Zaragoza necesitaríamos cuatro horas (3h56).

La apuesta de Francia por el tren frente al avión en trayectos relativamente cortos contrasta con el ritmo que el Gobierno de Emmanuel Macron parece imprimir a la expansión de su red ferroviaria de alta velocidad. Al menos, en lo que más interesa a Euskadi, como es la extensión del TGV por el suroeste del país, con la esperanza de que algún día la futura 'Y' vasca conecte con Hendaia. De momento, las obras para dar continuidad al TGV desde Burdeos hasta Dax y Toulouse comenzarán el año que viene, con un plazo de ejecución estimado de diez años, hasta 2034.

De momento, las repetidas peticiones realizadas al Gobierno de Macron desde la UE, los gobiernos central y vasco, así como la Diputación de Gipuzkoa, con el propósito de tratar de abreviar la conexión de la alta velocidad entre ambos lados del Bidasoa, no han tenido éxito. El Elíseo no iniciará antes de 2037 los trabajos, que se prolongarían durante cinco años, hasta 2042. Para entonces, la 'Y' vasca ya llevaría más de una década en marcha.