La víctima de maltrato y su agresor huyeron en un autobús de Donostia a París con su bebé
El Juzgado de Violencia sobre la Mujer emitió una orden para rastrear el móvil de la joven y se cree que la desaparición fue voluntaria y que su objetivo es llegar a Bélgica
La víctima de maltrato que este sábado desapareció con su hija de 10 meses del centro de acogida en el que residía en una localidad ... de Donostialdea tras huir con su agresor y padre de la niña, que la recogió en un coche a las puertas del recurso foral, cogió un autobús en Donostia esa misma tarde con destino a París junto a su pareja y la bebé. La geolocalización del móvil de la joven les situó en Francia, aunque las autoridades sospechan que su intención es llegar a Bélgica, e incluso superar el espacio Schengen alcanzando Suiza, donde la orden europea de detención contra el varón quedaría sin efecto.
Una información que refuerza la hipótesis que maneja la Er-tzaintza y la autoridad judicial de que la desaparición fue voluntaria, dentro del contexto de violencia de género que envuelve a la pareja. La joven, de 20 años y originaria de Europa del Este, abandonó el centro donde residía a las 17.00 horas y se montó en un coche con su agresor, un varón magrebí de 26 años. Apenas dos horas después, sobre las 19.00 horas, las cámaras de seguridad de la estación de autobuses de San Sebastián captaron a esta con su bebé y con su pareja, quien tiene vigente una orden de alejamiento e incomunicación respecto a ella, subiendo a un autocar con destino París.
El juzgado de Violencia sobre la Mujer de Donostia, que instruye el caso, emitió una orden para rastrear el móvil de la joven, una medida habitual en casos de desaparición. El propio consejero vasco de Seguridad, Josu Erkoreka, confirmó que la Ertzaintza estaba haciendo un «seguimiento» a la mujer, que permitió situarle en diferentes localidades francesas, entre ellas Burdeos. El mismo juzgado emitió una orden de europea de detención contra el varón, por haber quebrantado la orden de alejamiento, y las policías de todo el espacio Schengen le buscan desde hace días. Las autoridades sospechan que estarían buscando refugio en Francia o Bélgica, donde existe una importante comunidad musulmana.
En Gipuzkoa, lo que sigue sin estar claro es qué pasó para que la joven, con nivel especial de protección, el más alto para una víctima de violencia de género en Euskadi, pudiese salir del centro y huir con su agresor. Si bien la joven rechazó el servicio de escolta que se le ofreció, este nivel conlleva que cada salida tenga que ser comunicada a la Ertzain-tza y que haya una vigilancia por parte de agentes de paisano. Fuentes policiales aseguran que, en otras salidas, cuando la mujer se percataba de la presencia policial, pedía que se fueran.
Las cámaras de la estación de Donostia les captaron subiendo al autobús el sábado sobre las 19.00
Por otro lado, la orden de protección impuesta por el juzgado también dictaba la prohibición del varón de comunicarse con la víctima. Y sin embargo, todo parece indicar que pudo contactar con ella para conocer dónde residía –una información que es confidencial para preservar la seguridad de la víctima–, y elaborar el plan de huida.
Esquinazo
El sábado el centro de acogida avisó a la Ertzaintza de que la mujer iba a salir. Desde la Diputación aseguran que la salida iba a ser a las 17.00 horas, pero desde Seguridad afirman que se programó para las 15.00. Asuntos Internos investigará los hechos para saber si el protocolo falló en este caso. Pero lo que está claro es que la joven consiguió dar esquinazo a la policía y a los responsables del centro. Ese día, sobre las cinco de la tarde, salió del recurso con su bebé en el carrito. En las inmediaciones le esperaban su agresor y otro hombre. Tras cerciorarse de que no había presencia policial, todos se subieron a un Audi A3 de color negro y huyeron del lugar.
En un principio se pensó que podrían haber cruzado la muga en coche, pero las cámaras de seguridad les captaron cogiendo un autobús. El otro varón prestó declaración de forma voluntaria el pasado lunes en una comisaría de la Ertzaintza, pero no ha sido imputado.
La joven residía en un recurso de acogida foral para víctimas de violencia machista con pocos recursos desde hace tres semanas. Fue la medida adoptada tras sufrir una agresión por parte de su pareja y padre de su bebé de 10 meses. Todo ocurrió en presencia de una amiga de la joven, que grabó los hechos. El varón se puso violento y la agarró por el cuello, e incluso llegó a morder a la pequeña. Tras estos hechos un juzgado impuso una medida de alejamiento e incomunicación respecto a su pareja, y decretó el nivel especial de protección, el máximo, para la joven.
Sigue sin esclarecerse por qué la joven salió sola del centro de acogida si tenía protección especial
Era la única que residía en el centro de acogida con ese nivel. Había renunciado a la escolta, pero aceptó que a su pareja se le colocara una pulsera telemática para poder tenerlo geolocalizado y garantizar que cumplía con la orden de alejamiento. La autorización judicial llegó el viernes, el día antes de la huida, y estaba previsto que la pulsera se le fuese colocada hoy, en presencia de un técnico del centro Cometa, que controla estos dispositivos, para explicarle todas las instrucciones de colocación y mantenimiento.
Erkoreka afirma que se «reconstruirá» la secuencia de hechos
El consejero de Seguridad del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, confirmó ayer lo que ya había adelantado este periódico, y es que la Ertzaintza abrirá una investigación interna para esclarecer posibles «responsabilidades» en el seno de la Ertzaintza en la actuación de vigilancia a la víctima de violencia de género desaparecida el sábado en Gipuzkoa. «Se han publicado informaciones que apuntan a actuaciones concretas de responsables concretos de la estructura de la Ertzaintza que pueden entrañar responsabilidades», señaló el consejero. En este sentido, aseguró que «siempre que se produce una circunstancia de este tipo, se abre una investigación interna», con el fin de «reconstruir cuál es la secuencia completa de hechos, de actuaciones, de decisiones y de comunicaciones». El consejero añadió que en torno a este caso incluso se han difundido «imputaciones concretas, con identificación de personas concretas. Evidentemente, en el seno de la Ertzaintza, no puede pasar desapercibido».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión