El vertedero de Epele reabrirá para acoger 487.000 toneladas de residuos industriales

El Ejecutivo autonómico calcula que hasta 2030 harán falta 7,5 millones de metros cúbicos, cuando la capacidad que queda en los vertederos abiertos es de apenas cuatro millones. Descartada la posibilidad de abrir nuevos depósitos, la apuesta del Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente que dirige Arantxa Tapia (PNV) es optimizar las infraestructuras existentes y aprovechar todos los recursos disponibles. Es el caso de Epele, cerrado en septiembre de 2018 por decisión de la Mancomunidad de Debagoiena –controlada por EH Bildu– cuando aún le quedaban 324.730 metros cúbicos, el 10% de las carencias actuales que tiene Euskadi. Ese volumen equivale en peso a unas 487.000 toneladas, siguiendo la regla que establece una media de 1,5 toneladas por metro cúbico.

Aunque haya estado inactivo, Epele mantiene vigente su autorización ambiental y no se ha sellado, por lo que solo es necesario actualizar el proyecto y realizar los pertinentes estudios geotécnicos, de estabilidad del terreno, etc., que aseguren la viabilidad de la reapertura y que esta se hace en condiciones de seguridad. Medio Ambiente concederá el permiso de vuelta a la actividad una vez que se hayan cumplimentado esos trámites, por lo que aún no hay una fecha concreta para que los camiones vuelvan a Epele.

Aunque la gestión de la instalación corresponde a la mancomunidad, será el Ejecutivo autonómico el que, además de dar la autorización, se haga cargo de los costes de reactivación y funcionamiento. Para ello acordó en noviembre pasado conceder una ayuda a Debagoiena de hasta 2 millones de euros.

La idea del Gobierno Vasco era no solo utilizar los 325.000 metros cúbicos disponibles, sino ampliar Epele en otros 700.000. Esta ampliación ha sido desestimada por Debagoiena, que en una nota hecha pública ayer en la que confirmaba su disposición a reabrir el vertedero, subrayaba que «su capacidad será la misma que la actual».

De este modo, la ayuda del Gobierno Vasco, variable en función de la cantidad de material que se acabe depositando, no alcanzará el tope de dos millones de euros. Por ahora, Vitoria ya ha aportado la mitad (un millón) como subvención directa para sufragar los costes de reactivación y los estudios previos. El resto, hasta 500.000 euros en 2022 y otros tantos en 2023, dependerán de la actividad que se lleve a cabo y los balances económico-financieros que presente la mancomunidad.

La reapertura de Epele se produce en un momento en el que los socios del Gobierno Vasco (PNV y PSE) y EH Bildu están abriendo una nueva etapa de entendimiento en este ámbito, como demuestra que hayan sido capaces de pactar hace un mes hasta 15 enmiendas en el plan vasco de gestión de residuos industriales.