Una veintena de víctimas de maltrato y sus hijos pasan la pandemia en pisos de acogida de Gipuzkoa
Las instituciones blindan su red de atención a mujeres que sufren violencia de género para garantizar su protección durante la emergencia generada por el coronavirus
La alerta sanitaria generada por el coronavirus encerró bajo el mismo techo a las víctimas de violencia de género con sus agresores, que se ... vieron obligadas a convivir 24 horas expuestas al maltrato con la impunidad y el dominio total que concede el encierro.
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En Gipuzkoa seis mujeres ingresaron en centros de acogida inmediata durante las semanas del confinamiento, según los datos del departamento de Política Social e Igualdad de la Diputación, que se suman al total de 21 mujeres víctimas de violencia machista, además de 9 menores, que viven en alguno de los recursos residenciales de los que dispone el ente foral, como son los centros de acogida inmediata o de corta estancia, los de media estancia y los pisos de autonomía, destinados a atender demandas de protección y alojamiento temporal de mujeres víctimas de violencia machista. Un lugar seguro donde poder recuperarse cuando su propio hogar ha dejado de serlo.
Cifras
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9 menores han pasado el confinamiento en alguno de los pisos para mujeres maltratadas.
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476 casos atiende ahora el servicio de atención psicológica a víctimas de violencia machista.
Los recursos de protección para estas mujeres no han bajado la guardia, y según recuerda la directora foral de Igualdad, Miren Elgarresta, «los servicios de atención a las víctimas de violencia de género han seguido activos durante los meses de confinamiento». Sin embargo, el simple hecho de hacer una llamada o mandar un mensaje en el momento equivocado podía ponerlas en peligro. A las dificultades para denunciar se une el miedo a hacerlo mientras se está viviendo con el agresor como posibles causas del descenso de las denuncias durante el confinamiento.
Según datos de Emakunde, las denuncias por violencia de género interpuestas durante las cuatro primeras semanas del confinamiento por la pandemia del coronavirus en Euskadi se han reducido a menos de la mitad de las registradas justo en la semana anterior al inicio de esta medida. Así entre el 7 y el 13 de marzo se presentaron un total de 90 denuncias por maltrato en Euskadi, y en el resto de las cuatro semanas posteriores, con el estado de alarma ya activado, han estado por debajo de las 45 semanales.
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Unos datos que, lejos de significar que haya menos violencia de género en los hogares, esconden otra realidad: la de una violencia que se queda silenciada y se sufre de puertas para adentro por el propio instinto de supervivencia.
Es precisamente esta circunstancia la que alertó a las instituciones y asociaciones, que han blindado su red de atención para luchar contra esta lacra. De hecho, se planificó la apertura de un nuevo recurso, con siete plazas, en caso de que fuese necesario su uso como consecuencia de un aumento de casos de mujeres maltratadas.
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«Las mujeres han soportado mucho estrés por mantener su supervivencia»
La atención psicológica a víctimas de violencia machista se ha mantenido telemáticamente fundamentalmente y se han incorporado 49 casos nuevos desde el inicio del confinamiento, 6 de ellos de forma presencial. Con los casos que se venían atendiendo de antemano, son un total de 476 los que se están siguiendo actualmente a través del servicio de atención psicológica de la Diputación foral de Gipuzkoa. Este servicio atiende a mujeres que se enfrentan a la violencia machista y que presentan afectación psico-emocional y que desean iniciar un tratamiento psicológico. Asimismo, el servicio de atención jurídica, que atiende a mujeres víctimas de violencia machista que deseen información legal y asesoramiento sobre recursos del ámbito jurídico y derecho de familia, se ocupó de 27 nuevos casos, 12 más que los atendidos durante el mismo periodo del año anterior. Por otro lado, el Servicio de Coordinación de Urgencias Sociales, que presta atención inmediata a las situaciones de urgencia social o emergencia social, recibió 18 llamadas de víctimas de violencia machista, de las cuales 16 requirieron atención presencial. Estos casos se suman a los 47 atendidos por este servicio durante el período de enero a abril, el mismo número que en 2019.
El riesgo de quedarse en casa
A pesar de que los datos se han mantenido estables, desde la dirección de Igualdad señalan que «necesitamos contar con una secuencia de datos más amplia para interpretar la incidencia del factor Covid-19. Hacer una lectura de datos en un período tan corto sobre lo que ha supuesto el Covid-19 en el marco de la violencia sexista es arriesgado», apunta Elgarresta, si bien adelanta que «las atenciones se han ido dando de manera normalizada y no ha habido una sobrecarga en los servicios. Sabemos que el número de denuncias ha disminuido y las voces expertas nos avisaron de que se podía producir un aumento de casos en la medida en la que fuéramos avanzando en el desconfinamiento. Para ellas habrá sido bastante decepcionante tener que escuchar ese mensaje de 'quédate en casa' como ese hogar ideal, ese refugio, cuando para las mujeres que pueden estar viviendo una situación de violencia su casa podía convertirse en un lugar de alto riesgo».
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Ni siquiera la situación excepcional ha frenado las agresiones, la última el pasado 25 de julio en Barakaldo, que se suma a las registradas el 25 de mayo en Lezo, el 2 de mayo en un domicilio de Donostia y otra en Hondarribia en abril, además del asesinato de Soraluze, el 16 de marzo.
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