Vecinos de Morlans hacen patrullas para que los jóvenes que han desalojado de sus garajes «no vuelvan»
Tras retirar colchones y enseres de las escaleras de su parking, vigilan que no regresen «unas personas conflictivas» mientras realizan la obra para cerrar los accesos
Desde hace casi dos semanas, cada noche, sobre las 21.45 horas, un grupo de 12-15 vecinos de las viviendas VPO de Morlans ... hace ronda por el barrio. «No salimos con bates de béisbol ni nos vamos a enfrentar con nadie. Solo supervisamos las entradas de los garajes, para comprobar que los jóvenes que vivían ahí no vuelvan».
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Lo dicen conscientes de que «esta gente», que según cuentan eran «chicos magrebíes jovencitos» aunque «alguno tendrá 22-23 años», tienen «derecho a buscarse una vida mejor». El «problema», objetan, es que ese derecho acaba cuando choca con la seguridad de esta comunidad de seis portales –los pares de los números 2 a 12, con 72 viviendas–, que comparte aparcamiento subterráneo de plazas de raya con un hotel y un bloque de oficinas. «Últimamente venían robando en los coches. Solo el fin de semana pasado, robaron en cinco vehículos. La Ertzaintza y la Guardia Municipal están viniendo constantemente». Y los bomberos han acudido más de una vez. «Manipulan cuadros eléctricos y provocan pequeños incendios. La última vez, por conectar un microondas de 12 voltios, que procedería de alguna furgoneta. Ellos mismos cogieron los extintores y sofocaron el fuego para cuando llegaron los bomberos». Con las mangueras antiincendios «se duchaban». Un par de vecinos prefieren dejar el coche en la calle y una mujer se dio «un buen susto» al toparse con un morador en el ascensor de casa.
El parking dispone de siete accesos peatonales con puertas antipánico, de esas que para entrar se precisa llave y para salir basta con bajar una barra. «Arrancaron las barandillas de las escaleras para atrancar con ellas las puertas y así ellos poder asentarse ahí abajo», donde habían instalado «colchones, microondas, palés, mantas, comida, basura...», según acreditan en fotografías, donde se aprecia «que no se daba un mínimo de salubridad» en un sitio sin baños...
Con guantes y mascarilla
Los garajes, precisan, son «una concesión municipal». Hace «cuatro meses» se reunieron con el Ayuntamiento, y hace «mes y medio o así vino una dotación de FCC equipados con EPI y máscaras de carbono, pero dijeron que para retirar todo necesitaban más equipos, y se fueron».
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Así que los vecinos se 'armaron' de guantes, mascarillas FFP2 y paciencia, y, tras varios días de limpieza, el viernes liberaron la última escalera. «Vamos a pedir que vengan a desinfectar», apuntan, porque el hedor se ha impregnado. En breve van a iniciar una obra que les va a costar «una derrama de 12.000 euros entre los vecinos» para hacer «unos cerramientos en superficie» para evitar otro asentamiento. «Hasta hacer la obra, mantendremos la vigilancia», apuntan algo incómodos por saber que habrán «trasladado el problema a otro barrio. No hay fácil solución».
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