Gipuzkoa hará más inspecciones por sorpresa en residencias ante las anomalías detectadas

Las carencias han salido a la luz con un informe fechado a 17 de septiembre y que recoge los resultados de la inspección realizada el pasado día 1 en el centro Txara I de Donostia, concertado con la Diputación y gestionado por la empresa Biharko. Fue una denuncia de una trabajadora delegada del sindicato ELA la que puso a la sección de inspección de la Diputación de Gipuzkoa sobre la pista. Entre otras cosas, se solicitaba una revisión de los ratios y de los horarios de ingestas y acuestes de los residentes al alegarse en la querella que «las cenas llegaban a comenzar a las 18.45 horas», permaneciendo los usuarios «muchas horas» sin comer nada.

El documento constata que los mayores pasaron, al menos el día de la inspección, hasta 14 horas sin ingesta, ya que las cenas se sirven sobre las 19 horas y los desayunos a las 9.30 horas. La directora del centro, según consta en el informe, negó que se sirvieran cenas antes de esa hora. Los inspectores que acudieron a Txara I llaman especialmente la atención sobre este punto: «Comenzar las cenas a las 19.00 horas y no empezar con los desayunos hasta la 9.30 horas supone que hay catorce horas de una ingesta a otra», por ello, «se propuso retrasar» la última comida del día a las 19.30 y adelantar la primera a las 7.30.

Pero hay más. El informe denuncia también el incumplimiento de ratios –el número de personal por usuario exigido por la normativa–, sobre todo en lo que refiere a enfermería. La explicación que se da en el documento es que «en agosto no se han sustituido las jornadas de manera habitual. Teniendo en cuenta los usuarios en el momento de la visita, son 7.203 las horas anuales establecidas por decreto. Observando el calendario, se comprueba que se han cubierto solamente 402».

También se constata que «las vacaciones del médico no se han sustituido» y que los monitores y psicólogos han hecho «labores de recepción con motivo de las salidas y visitas» y por las que «se han descontado las horas». El servicio de psiquiatría se ofrece desde comienzos de la pandemia vía telefónica y no hay fisioterapeuta. Se instó a la residencia a incluir uno antes del 27 de este mes y según ha podido saber este periódico no se han cumplido los plazos y aún no hay especialista en el centro.

La diputada de Políticas Sociales, Maite Peña, respondió a los hechos a preguntas de los periodistas. Admitió los resultados del informe, si bien matizó que solo se han visto afectados por estos horarios 16 de los 116 usuarios del recurso. Peña insistió en que «estaban en la cama, no encerrados» y «no han estado sin comer. Se les ofreció recena». El documento de la inspección, no obstante, en todo momento se refiere a «catorce horas sin ingesta». Peña también admitió la falta de horas de enfermería, «en 9 de los 31 días de agosto», si bien la falta de personal en los meses estivales «es común y no solo afecta a Gipuzkoa», argumentó.

Como se hace con todas las inspecciones tras una denuncia, la visita a Txara I fue «sin previo aviso». Así ha sido también en el 74,26% de los controles realizados en estos centros en lo que va de año. El objetivo en un futuro es reforzar estas inspecciones no planificadas para así «medir la calidad de vida» de los usuarios de estos centros, según fuentes del departamento, que adelantan que en estos controles se incluirán, además de lo que recoge la norma, «apartados para evaluar la calidad de los servicios». Para ello también se quiere incluir un inspector más –en este momento hay siete–.

La Diputación lleva meses trabajando en un cambio de modelo de inspección, dentro una reforma de calado del modelo de residencias. Este proyecto se ha acelerado con la pandemia. La crisis sanitaria ha evidenciado las carencias y también las fortalezas de los centros, como se recogió en el informe realizado a petición de la Diputación por dos expertos. En ese documento ya se plasmaba la necesidad de abordar un cambio en el modelo de inspecciones. También se asume ya que los centros deberán cambiar su organización para atender a grupos más reducidos y en habitaciones individuales.

Por su parte, el sindicato ELA aseguró ayer que los mayores pasan horas con falta de ingesta en una veintena de recursos guipuzcoanos y que, «desafortunadamente», es una práctica que «se ha normalizado». La central, que lleva ya casi tres años de huelga por la negociación del convenio, exige a la Diputación que «actúe ya» para mejorar las condiciones laborales del sector y la atención a mayores.