«Amaia, seguirás subiendo montañas en nuestros corazones»

Entre lágrimas, Jon quiso lanzar un mensaje de cariño a su hermana, de la que se siente «muy orgulloso. Siempre aprovechaba cualquier excusa para presumir de hermana», aseguró en un acto muy emotivo, que comenzó con un 'Agurra' bailado por tres vecinas de Urnieta. En su discurso, el mayor de los hermanos Agirre recordó a Amaia como «una chica demasiado inteligente que todo lo hacía mejor que yo y conseguía todo lo que se proponía. La adolescente que decidió que preparar la comida a los mediodías les compensaba para librarse del comedor y que empezó a ganar premios de escalada, incluso literarios. La niña pequeña que a los 3 años siempre quería venir conmigo, para mi desesperación. La que organizaba turnos de lectura cuando nos regalaban una única copia del libro que los dos queríamos leer... Pero sobre todo la niña con la sonrisa permanente, que te acompañó toda tu vida y con la que te recordaremos todo el resto de la nuestra».

Ese mensaje, esas palabras sobre la alegría y la fuerza que transmitía Amaia se repitieron entre quienes se animaron a dedicarle unas palabras. «Se nos ha abierto una gran herida en el pecho, mucho más profunda que la grieta en la que te quedaste», dijo su hermano Jon, «a pesar de que es cierto que viviste tu vida plenamente, como quisiste en todo momento, dedicándote en cuerpo y alma a la que era tu pasión. Y espero que esto en un futuro nos consuele, porque ahora solo pienso que te fuiste demasiado pronto».

Su cuadrilla también le echará de menos. «¿Quién nos iba a decir que cuando viniste antes de Navidad iba a ser la última vez que nos juntáramos?», se preguntaban Itziar Bélver y Estíbaliz Soria, amigas de Amaia desde pequeñitas, cuando pasaban «horas en casa, viendo películas, bebiendo chocolate caliente hecho por Belén -ama de Amaia- o ensayando con nuestro grupo de música ficticio. Incluso construiste un búlder de escalada en el garaje y practicábamos ahí. Recordamos tantos momentos vividos juntas en tu casa», aseguraron estas jóvenes frente a una Urnieta emocionada, que no podía contener las lágrimas al recordar a la fallecida.

Fue con 18 años cuando Amaia decidió «volar de Urnieta con la intención de vivir nuevas aventuras. No fueron pocos los nuevos destinos elegidos, aunque te sentíamos cerca en la lejanía. Los últimos años los has pasado en el monte, donde eras feliz. Y nos transmitías muchas ganas de vivir y de comerte el mundo», insistieron sus amigas, que se «guardan» los «grandes momentos» vividos juntas. Porque «una parte» de ellas «se ha quedado ya en un lugar increíble de la Patagonia. Y ya nada va a ser como siempre. Tendremos que aprender a vivir con este vacío, pero una parte tuya siempre vivirá en nosotras. Te queremos», se sinceró su cuadrilla.

En un homenaje como el de este sábado, no podían faltar las compañeras de Amaia de la Federación española de Montañismo y Escalada (FEDME). Amaia Segurola, Uxue Loizu y Maialen Rojo «además de ser sus amigas», forman parte de «esa familia creada en la montaña. Nos sentimos afortunadas por todo lo que hemos podido vivir con ella. Hemos conocido a una Amaia sonriente, fuerte y llena de energía, que siempre va a estar en nuestros corazones y en todos nuestros viajes y logros», aseguraron. «Siempre serás nuestra fuente de inspiración. Te has quedado para siempre abrazada al monte. Esperemos que el viento de la Patagonia lleve todo el calor de nuestros corazones hacia ti, a quien nos enseñó a vivir la vida».

El homenaje, en el que también se cantó un bertso a la familia y donde participó una representación de Egape ikastola -donde estudió Amaia-, finalizó con una ofrenda foral y la canción 'Txoria txori' cantada al unísono entre los presentes en la ceremonia.