Unciones con bastoncillo desechable y confesiones protegidos con mascarilla
Las medidas propuestas por la Conferencia Episcopal detallan las precauciones que hay que adoptar en las restantes celebraciones
Aunque la manifestación más evidente de lo que la Confederación Episcopal Española ha denominado «recuperación progresiva de la vida eclesial» sea la misa, hay otras ... celebraciones que también requieren de medidas específicas de prevención.
Por ejemplo, el sacramento de la reconciliación -es decir, la confesión o penitencia-, que en condiciones normales, con confesonario o sin él, requiere cercanía y discreción. Las circunstancias actuales, sin embargo, recomiendan «escoger un espacio amplio y mantener la distancia social asegurando la confidencialidad», un criterio general que admite soluciones diversas. Eso sí, «tanto el fiel como el confesor deberán llevar mascarilla» y «al acabar, se aconseja reiterar la higiene de manos y la limpieza de las superficies». Las dos parroquias consultadas, con ligeras variantes, ya han arbitrado las soluciones pertinentes.
El contacto físico desaparece de los sacramentos en los que se produce, como el bautismo, la confirmación o la unción de enfermos. En todos los casos se establece que el rito sea breve, y que para aplicar los aceites que correspondan en cada caso en lugar se utilice algodón o bastoncillos desechables, «que posteriormente serán incinerados».
Tristemente, en las próximas semanas cobrarán especial protagonismo los funerales que no han podido celebrarse en los últimos dos meses, que muchas parroquias ya están empezando a programar para poder dar una respuesta a quienes quieren despedir en la iglesia a los seres queridos que han fallecido.
En cuanto a normas de seguridad, en los funerales «se seguirán los mismos criterios de la misa dominical» aunque, como reconoce el documento, será especialmente difícil evitar «los gestos de afecto que implican contacto personal».
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