Preparados y con un destino común
El sector hotelero guipuzcoano recibe con «alegría» las nuevas posibilidades que se abren para el turismo veraniego y ultima los protocolos sanitarios para recibir a los primeros visitantes
Ya empiezan a recibir las primeras reservas tras el parón por la pandemia del coronavirus, aún de forma tímida, y tienen todo preparado para ... recibir clientes con dos objetivos en mente: que el usuario se sienta en un espacio seguro, y preservar la cercanía en el trato y la comodidad a pesar de las medidas y los cambios en el servicio que plantea la nueva realidad. Ya sea en la modalidad de las casas rurales, en apartamentos turísticos o en la diversidad de hoteles, la noticia de una apertura para disfrutar de las vacaciones y para recibir turistas extranjeros durante el verano que ha dado a conocer el Gobierno central ha sido recibida con «alegría» en los alojamientos guipuzcoanos, porque «esto permite que la gente vaya planificando y se anime a reservar».
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El hotel Zenit San Sebastián, en Morlans, reabre precisamente hoy sus puertas con la sensación de recibir «un poco de aliento para los hoteles, que estamos abriendo con un nivel de ocupación que por supuesto no permite de momento aguantar la estructura de personal que se requiere», expresa Raquel Casado, directora del establecimiento. Hoy estarán ocupadas solo tres de sus habitaciones, pero lo que hace un año se hubiera considerado un desastre resulta un verdadero triunfo es este momento. Todos los establecimientos reciben casi con aplausos cada nueva reserva, porque el ritmo sigue siendo muy lento, pero ahora ya con mayores esperanzas.
La nueva situación les ha cogido preparados, aseguran. En el Zenit San Sebastián ya han ido implementando todas las nuevas medidas de salud e higiene: uso de mascarillas y guantes por parte de todo el personal, medir la temperatura a los clientes a la entrada, instalación de mamparas en la recepción y adhesivos en el suelo donde se indican la distancia que tiene que mantener el cliente, eliminación de toda la cartelería y decoraciones que no son necesarias... «En las habitaciones, el mando a distancia de la televisión está envasado al vacío para que la limpieza sea más fácil. Y se ha dado una formación en profundidad a todo el personal, que además se ha sometido a pruebas serológicas para comprobar que no está contagiado», explica Casado.
Primará la creatividad
Hacer el 'check-in' por internet, abrir las puertas con el móvil o un mapa virtual con explicaciones en un audio que se envía por whatsapp al cliente son otros de los nuevos ajustes. «De la experiencia de esta temporada me quedo con la creatividad de mi equipo a la hora de idear todas estas medidas», afirma Casado. «La creatividad es lo que va a primar ahora en todos los establecimientos. Los hoteleros llevamos en los genes la pasión por el servicio y por lograr que el cliente se sienta cómodo, y con una atención cercana, y eso lo intentamos preservar al máximo».
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«Donostia siempre ha sido un destino de calidad en todo tipo de alojamientos, y ahora estamos todos unidos para mantenerlo»
Raquel Casado, Hotel Zenit San Sebastián
«El turismo extranjero suele tener todo reservado con mucha antelación, este año nos dedicaremos al más cercano»
Olga Posse, Casa rural Momotegi
«Las condiciones en que hemos pasado la pandemia en Gipuzkoa transmiten una información positiva para venir aquí»
Borja Amillano, Apartamentos de Iberorent
Hasta tal punto considera Olga Posse acogedor e ideal para estos tiempos el entorno rural de Momotegi que la dueña de este establecimiento de Oiartzun lamenta «que nadie haya podido disfrutar de la casa durante el confinamiento». Olga ve en las casas rurales una alternativa perfecta para las vacaciones en esta situación: «Ahora que necesitamos respirar aire puro y lejos de las masificaciones y un poco de expansión en un espacio seguro, el entorno rural es un privilegio en este momento». La casa que ofrece desde hace más de tres décadas para un solo grupo de cinco o seis personas suele estar reservada para todo el verano ya desde el otoño anterior: «Tenemos sobre todo clientes extranjeros y ellos tienden a organizarse y reservar con mucha antelación».
Olga tenía previsto recomendar a los extranjeros que aplazasen sus reservas y dejar sitio este verano a los visitantes más cercanos, que habitualmente se quedan sin sitio porque no planean sus vacaciones con tanta antelación. Ahora que va a poder venir el turismo internacional se encuentra en una disyuntiva, pero cree que continuará con esa idea, porque aún queda mucho por aclarar sobre las condiciones en que van a poder viajar desde otros países y porque «parece que cuanto más lejos te vas lo vas a pasar mejor, pero aquí cerca hay lugares maravillosos», y con solo recorrer unos kilómetros «en el medio rural se puede cambiar por completo de tu mundo habitual». Pero ve que «los posibles huéspedes están aún un poco parados», y anima a ir reservando porque «en el entorno rural los establecimientos suelen tener pocas plazas y se agotan pronto».
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Otra forma de alojamiento, la de los apartamentos turísticos, también ha empezado a tener reservas: «Se ve que la gente está con ganas de volver a la normalidad, también con las vacaciones», expresa Borja Amillano, gestor de viviendas turísticas en Iberorent, una de las empresas asociadas en Aparture. Pero la alegría conlleva prudencia: «El año va a ser muy malo para el sector de todos modos, pero al menos ya se ve movimiento».
Acostumbrados a una clientela mayoritariamente extranjera, este año ponen también el acento en el turismo nacional: «Si a partir de julio se simplifican las condiciones para que nos visiten los extranjeros, será un incentivo importante, pero aún hay que concretar muchas cosas, cómo van a funcionar los aeropuertos en los distintos países, y como vayamos evolucionando aquí también. Todo cambia continuamente y hay que ir adaptándose».
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El protocolo higiénico sanitario para los apartamentos turísticos está aún en borrador, pero «ya estamos preparando los pisos para cumplir con todas las medidas necesarias». Van poco a poco: «Junio lo damos casi por perdido. Será a partir de julio cuando empecemos a recibir turistas en condiciones», apunta Amillano. Normalmente entre enero y febrero confirman ya las reservas para toda la temporada. Este año, con el confinamiento, todo quedó en el aire, pero «hemos tenido pocas cancelaciones, casi todos quieren venir y han aplazado sus estancias». Ahora habrá que reajustar fechas y confirmar las nuevas reservas.
Condiciones positivas
Todos cuentan con la ventaja del prestigio que tiene el turismo en Gipuzkoa, consolidado en los últimos años: «San Sebastián cuenta con toda una tradición como ciudad de veraneo y las condiciones en que hemos pasado la pandemia transmiten una información muy positiva para venir», añade Amillano, y también Olga Posse destaca las «posibilidades de integrar los protocolos de higiene que ofrece nuestro entorno».
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Con ese destino como objetivo común, el sector «ha hecho mucha piña», asegura Raquel Casado: «La Asociación de Hoteles de Gipuzkoa ha hecho una labor admirable, es para estar orgullosos del esfuerzo que hemos hecho todos, pensiones, hostels, apartamentos, todo el sector, para hacer fuerte el destino. Donostia siempre ha sido un destino de calidad en todo tipo de alojamientos, y ahora estamos todos unidos para que esa calidad no baje, y juntos vamos a estar a la altura en esta nueva realidad que nos espera».
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