Un hombre achica agua de su embarcación y de la de su vecino de amarre en el muelle donostiarra. O.O.g.

«He venido a achicar agua del bote, porque si se hunde es una gran faena»

El temporal se lleva la cubierta de una caseta en el muelle de Donostia y tira varias motos, pero los barcos no sufren daños

Oskar Ortiz de Guinea

San Sebastián

Martes, 17 de enero 2023, 17:27

Durante la mañana de este martes numerosos usuarios se pasaron por el muelle donostiarra a supervisar el estado de sus embarcaciones tras haber sufrido el ... azote del temporal, especialmente fiero por la noche. Alguno se acercó con cierta angustia, tras haber visto los vídeos que se hicieron virales del viento huracanado que durante la madrugada barrió el Cantábrico y causó algún daño, como la cubierta de una de las casetas del muelle, que voló por los aires y se estrelló en varios cachos repartidos entre el agua y uno de los espigones. También varias motos acabaron por los suelos en la calle Mari, mientras los establecimientos hosteleros y comerciales de la zona se cuidaron de no sacar nada al exterior.

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«En los barcos no ha habido que lamentar desperfectos»», se felicitaba al mediodía un hombre mientras iba achicando agua de una embarcación. «La nuestra –compartida entre cinco amigos– es la de al lado, que al ser también viejita no es autoachicable, por lo que también he andado con el cubo para que no se hunda», añadía 'Piña' desde la popa del bote vecino. «No conozco al dueño, pero como estaba de agua hasta arriba, lo estoy vaciando para que no acabe hundiéndose. Espero que no se moleste el dueño por estar yo aquí», añadía el hombre, que había venido en tren expresamente desde Villabona, donde reside. «A veces te avisan desde el puerto si ven que hay peligro de que se hunda. Porque si se hunde es una gran faena. Pero esta vez no ha sido necesario».

«Por suerte, ha resultado una falsa alarma», resumía Ramón Vega. Este donostiarra había sido previsor y, «al ver los partes de lo que venía, el fin de semana le puse otro chicote al bote. Cuando acaba la temporada de pesca le ponemos un chicote más, y ahora, otro por si acaso». A continuación se dirigió al soto del CD Fortuna –junto a los de Ur Kirolak y Donostia Arraun Lagunak–, donde se guardan piraguas y tablas de windsurf. «No ha habido ningún problema», según constató.

El temporal de 2014

En la mente de muchos afloraron los recuerdos del temporal de febrero de 2014. «El viento de 120 km/h por la noche impresionaba, pero al final no ha causado daños. Creo que la dirección del noroeste ha hecho que el viento pasara por todo el pasillo del muelle, y las rocas que echaron tras aquel temporal han hecho su labor para que las olas rompieran antes y no contra los botes», añadió Ramón, mientras hacía memoria de otros inviernos duros.

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También Santi, que se asomó al muelle tras salir del trabajo se acordaba de los destrozos de hace nueve años. «Entonces se hundieron 40 barcos, pero esta vez no ha pasado nada», afirmó tras asegurarse de que su bote estaba en perfectas condiciones. «Es autoachicable, y no ha habido problema». «Prueba superada», resumía.

«Lo normal es que ahora haga este tiempo y que en febrero tengamos otro temporal. Lo que no es normal es que en noviembre nos estuviéramos bañando en la playa tras salir a correr con 20 grados y el agua a 16». Al mal tiempo le ponía buena cara Ramón, que bromeaba con sus recuerdos de la infancia. «En días de olas, la diversión era ir al Paseo Nuevo a jugar a que no te pillaran, sabiendo que ibas a ganarte una bronca en casa por volver empapado. Ahora no se puede ni ir a verlas».

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