Carlos Pesqué: «El teletrabajo ha hecho que ganen peso las viviendas sostenibles y saludables»

- ¿En qué consiste este barrio?

- Es un proyecto lanzado desde Ecodes junto a (la empresa) EDP y el Ayuntamiento de Zaragoza dirigido a impulsar el autoconsumo en un barrio, sin que sus vecinos deban realizar ninguna instalación en su vivienda, tampoco tendrán permanencia ni que cambiar de comercializadora. Para ello, la instalación se fijará en un edificio público o privado, y los vecinos y comercios a menos de 500 metros podrán conectarse con una cuota mensual siempre menor que el ahorro que les generaría esta estación de consumo renovable. Queremos también visibilizar esos pequeños comercios -que precisamente no lo están pasando bien- que son sostenibles para crear arraigo en el barrio. Además, a través del programa 'Ni un hogar sin energía, pretendemos que las personas más vulnerables puedan participar, porque quizá sean los más necesitados de reducir sus facturas.

- ¿Cuándo será real este barrio?

- Estamos aún en una fase previa de selección del emplazamiento, que seguramente será una instalación deportiva, pero la idea es que esté en marcha en enero.

- ¿Para cuántos vecinos sería?

- La estación está concebida para unos 200 participantes, de los que el 10% serán personas que seleccionarán los servicios sociales y participarán sin ninguna cuota. Queremos que sea también un elemento tractor para fomentar la cultura energética, la cooperación dentro del barrio y la conciencia ambiental. Paralelamente se instalará la oficina del barrio solar, desde la que se impulsarán actividades para fomentar esta cultura, con talleres, asesoramiento energético...

- ¿Con esta estación se podría prescindir de otras compañías?

- No. La instalación es de cien kilovatios. A cada vecino otorgaremos medio kilovatio, que no es mucha potencia, pero permitirá minimizar los excedentes para que sea rentable para el usuario.

- ¿Sería aplicable en Gipuzkoa?

- Sí. Arrancamos en Zaragoza porque ahí está nuestra sede central. Queremos estudiar bien el proyecto piloto para poder replicarlo en otras ciudades. El proyecto también pretende empezar a implicar a la población en el cambio de modelo energético.

- En este sentido, ¿el covid ha impulsado esa vida de barrio?

- Sí creo que la ha potenciado poniendo en valor la proximidad entre los ciudadanos y el comercio. Eso que llamamos 'ciudad de kilómetro' para tener todos los servicios a 15 minutos.

- Con el teletrabajo, no sé si podemos ser muy sostenibles...

- Y si tienes niños pequeños aún es más insostenible (ríe). Más en serio, el teletrabajo ha llegado para quedarse, y ahora valoramos más aspectos que no valorábamos tanto al pasar menos tiempo en casa. Tener una vivienda sostenible y saludable va a ganar mucho peso en los próximos tiempos.

- Según un estudio del Gobierno Vasco, 24.000 guipuzcoanos necesitan cambiarse de casa por problemas de espacio o accesibilidad. ¿Un consejo sostenible?

- Es fundamental el aislamiento. Las energías renovables -la solar, la geotérmica...- nos sirven para que nuestra demanda de energía sea satisfecha con unas fuentes sostenibles. Pero más sotenible es no necesitar tanta demanda, y para ello el aislamiento de cerramientos y ventanas es fundamental. Pero es verdad que en Euskadi la construcción en aislamiento se trabaja muy bien.

- ¿Qué hábitos que tenemos arraigados desaconsejaría?

- Hay muchísimos. Desde el punto de vista del consumo energía, hay que tener cuidado con el uso de equipos. Los electrodomésticos son los grandes consumidores, sobre todo los que producen calor: el horno, la vitrocerámica, la lavadora... El 80% de la energía que consume una lavadora es para calentar el agua, por lo que de lavar a 60 grados a hacerlo en frío, la diferencia es grande. Lo importante es saber dónde estamos gastando más. Una vez que sepamos cuáles son esos devoradores de energía es donde podemos corregir nuestros hábitos. Saber, por ejemplo, que unas bombillas de LED consumen un 10% de las incandescentes... Ahí centramos nuestras energías.

- El miércoles, la Eurocámara reclamó recortar las emisiones de CO2 en un 60% para 2030. Como experto en cambio climático, ¿es factible o una utopía?

- Ya vamos tarde en estos asuntos pero esta pandemia creo que nos ha hecho ver a la sociedad que somos mucho más vulnerables de lo que creíamos. Y que amenazas que hasta hoy no nos parecían importantes quizá si lo sean. En muy poco tiempo pasamos de que no se hablara del covid a estar confinados. Con el cambio climático, como es más progresivo y lento, a muchas personas parece que les cuesta más concienciarse del peligro que entraña. Ahora tenemos esta crisis, pero la que viene después es mucho mayor. Por eso tiene tanto valor tomar este tipo de decisiones tan ambiciosas. Por responsabilidad con las siguientes generaciones, debemos tratar de cambiar el rumbo que llevábamos.