La red de alta velocidad vasca se arriesga a nacer aislada en 2027 por el retraso de sus conexiones
La demora en la licitación del proyecto constructivo del tramo Burgos-Vitoria y la ausencia de planes para que la 'Y' vasca enlace con Pamplona y el TGV francés la dejan como una isla
La fecha en la que se pondrá en marcha el Tren de Alta Velocidad (TAV) en Euskadi se ha convertido desde hace años en ... una especie de quiniela, porque los plazos de finalización se han movido sin parar desde que hace 14 años se iniciaron las obras de la 'Y' vasca: 2013, 2016, 2019, 2023, 2025, 2026... Ahora, la fecha más optimista que maneja el Gobierno Vasco es 2027, aunque deberá estrenarse sin completar las entradas soterradas a Bilbao y Vitoria, que tendrán que funcionar con estaciones provisionales al menos tres años. Los gobiernos central y vasco también trabajan con la previsión de que en 2027 pueda estar finalizada la conexión de la 'Y' vasca con la meseta a través del tramo Burgos-Vitoria, aunque esta posibilidad no está ni mucho menos garantizada. En un momento en que la alta velocidad ya ha llegado a Galicia, se extiende por Castilla y León y Andalucía y cubre buena parte del litoral mediterráneo, Euskadi agudiza su aislamiento mientras se agarra a un horizonte de 2027 que empieza a tener los plazos muy justos.
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Situación actual de las obras en los tramos de la 'Y' vasca
El espejo de Galicia. La puesta en marcha del AVE entre Madrid y Galicia a finales del año pasado potenció la idea de Euskadi como isla, ya que las infraestructuras de ambas comunidades han tenido desde su gestación varias similitudes, como la cercanía del inicio de las obras, los problemas que estas han provocado y la difícil orografía. También porque el Gobierno Vasco –como ocurre desde 2011 con A Coruña, Santiago, Pontevedra y Vigo– aspiraba a conectar las tres capitales vascas con el TAV antes incluso de contar con la meseta.
La salida hacia el sur. La razón de ser del TAV es su futura interconexión con el resto de la península y con Francia –forma parte de la rama atlántica del Proyecto Prioritario nº 3 de la UE–, aunque en este ámbito no se han producido grandes avances en los últimos años. Ahora mismo el más tangible es la previsión de que, este junio, Adif pueda licitar el contrato para la redacción de los proyectos constructivos de la conexión entre Burgos y Vitoria –«si no surge ningún imprevisto», puntualizan desde la empresa pública estatal–. Aunque solo en el mejor de los supuestos esas obras estarían finalizadas para 2027. La conexión con la meseta daría una primera salida hacia el sur, pero los enlaces hacia el este seguirán cegados hasta el final de esta década como mínimo.
La puesta en marcha del AVE Madrid-Galicia a finales del año pasado eleva la sensación de agravio
El enlace con Pamplona, en un cajón. En esos posibles puntos de conexión para la 'Y' vasca –a través del corredor mediterráneo y de Francia– las expectativas son sombrías, ya que el proyecto para unir el TAV con Pamplona a través de Vitoria permanece en un cajón desde hace tres años, y no hay previsión de que se vaya a reactivar próximamente.
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Jarro de agua fría francés. Por su parte, las últimas noticias que llegan desde Francia también han supuesto un jarro de agua fría, ya que en marzo París resucitó el proyecto para extender el TGV entre Toulouse y Burdeos (unas obras que comenzarán en 2024), pero aparcó la conexión con la 'Y' vasca. Los cálculos más optimistas apuntan a que las obras en la zona de Iparralde no arrancarían hasta dentro de 15 años, en 2037. Al menos, cuando concluya la construcción de la 'Y' vasca se resolverá el problema del ancho de vía que impedía a Euskadi conectarse a la red ferroviaria francesa.
Burgos como horizonte. Así las cosas, la conexión del TAV con Burgos es la única opción cercana y realista con la que se trabaja en estos momentos. Es a la que se agarra el Gobierno Vasco para mantener viva la llama de 2027, aunque fuentes del Departamento de Transportes recuerdan que la licitación de ese tramo depende de Adif. El Gobierno central dio un impulso definitivo al AVE Burgos-Vitoria a finales del año pasado, cuando aprobó el estudio informativo del proyecto tras cuatro años de trámites y contratiempos. A principios de este año el tramo recibió la aprobación definitiva para su estudio informativo, y las previsiones iniciales eran que para marzo se hubieran licitado los proyectos constructivos, aunque se han producido demoras que han retrasado el plazo hasta junio. Fuentes de Adif explican que «se ha llevado a cabo un importante análisis de antecedentes y trabajos geotécnicos» para los 91 kilómetros que abarcará ese tramo que, a su vez, se divide en dos: Burgos-Pancorbo y Pancorbo-Vitoria. Una de las cuestiones que han retrasado la licitación es la intención de Adif de incluir en ella un tramo adicional con un desvío a Miranda de Ebro.
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2027, en el aire. Las últimas demoras en el proyecto Burgos-Vitoria hacen que la previsión de 2027 empiece a estar muy ajustada en plazos y será imposible de cumplir si las obras no cuentan con un firme impulso político y económico por parte del Gobierno central. Para ello será clave que la licitación del proyecto se realice en junio y no se demore más.
Avances en un tramo previo. Junto a la licitación del tramo Burgos-Vitoria, este año también se producirá un avance reseñable en la futura conexión con Madrid: la puesta en servicio de la línea entre Venta de Baños (Palencia) y Burgos. Este tramo, de 89 kilómetros, da continuidad al corredor Madrid-Segovia-Valladolid-Venta de Baños hasta su llegada a la capital burgalesa, y representa un primer paso para su posterior conexión con Euskadi.
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Los trabajos en Gipuzkoa. Si hay una buena noticia entre las incógnitas que rodean a la 'Y' vasca es que las obras del tramo guipuzcoano «avanzan a buen ritmo» para que pueda estar finalizado en 2025. En Gipuzkoa, donde los trabajos están más avanzados que en Bizkaia y Álava gracias a la encomienda de gestión que firmaron los gobiernos central y vasco en 2006, la red se completará dentro de tres años, con la nueva estación de Atotxa incluida. Euskal Trenbide Sarea (ETS), la sociedad pública dependiente del Gobierno Vasco que se encarga de la construcción del tramo Bergara-Irun, prevé que el tronco principal de la 'Y' vasca esté concluido para 2027 –con la excepción ya apuntada de las entradas soterradas a Bilbao y Vitoria–.
Adif quiere licitar en junio el proyecto constructivo del tramo Burgos-Vitoria para mantener la opción de 2027
Avanza el tramo Hernani-Astigarraga. El último tramo que ETS está construyendo en Gipuzkoa se ubica entre Hernani y Astigarraga, el punto en el que esta plataforma conectará con la vía convencional de Renfe antes de entrar en Donostia. Iniciado en 2012, se paralizó por la necesidad de cambiar el proyecto y no se volvió a retomar, con un nuevo contrato, hasta 2019. En este momento se están construyendo dos viaductos que «encajarán las vías de ancho UIC en las vías de ancho convencional, que discurren de forma paralela», explica ETS. Para esta intersección entre la red de alta velocidad y la convencional se ha habilitado un paso elevado en Ergobia.
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Astigarraga-Lezo, sin fecha. Cuando el tramo Hernani-Astigarraga esté finalizado en 2025, solo quedará por abordar el tramo Astigarraga-Lezo, una línea para mercancías y trenes internacionales que eludirá el paso por Donostia. Se encuentra aún en estudio informativo y su inicio no se plantea a corto plazo, aunque no impediría la puesta en marcha de la 'Y' vasca en 2027.
El corredor mediterráneo, muy verde. En cuanto al corredor Cantábrico-Mediterráneo que debería conectar Zaragoza con la 'Y' vasca pasando por Navarra, el proyecto aún está muy verde. Adif se encarga de la construcción del tramo Castejón-Pamplona. Las obras de Castejón a Tafalla están finalizadas o en ejecución, mientras que el tramo Tafalla-Campanas está en fase de redacción. El de Campanas-Esquíroz sigue pendiente, a la espera del estudio del bucle de Pamplona. Aún no hay ningún proyecto para la conexión entre Pamplona y Vitoria.
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El País Vasco es la autonomía más poblada sin enlace con el AVE
Euskadi ya es la comunidad autónoma más poblada de las que no tienen enlace a la red de alta velocidad. El 70% de la población española, más de 33 millones de personas, cuentan con una estación del AVE relativamente cerca de su lugar de residencia. Solo Navarra, Cantabria, Asturias y Extremadura están en una situación similar a la de Euskadi. En el caso extremeño es llamativo que está a punto de poner en servicio una red de alta velocidad interna que también nacerá aislada del resto del AVE, como ocurrió con Galicia en 2011, a la espera de una futura conexión entre Toledo y Plasencia. El caso gallego es paradigmático de la importancia de que el TAV conecte con toda la red: los viajes en tren a Madrid se han reducido en una hora de golpe.
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