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«Solemos venir desde nuestro pueblo al centro comercial a llenar el carro de la compra»

La relajación del confinamiento perimetral se ha hecho notar de forma muy discreta esta mañana en el C.C. Urbil con los primeros vecinos de los municipios colindantes de Usurbil

Lunes, 15 de febrero 2021, 16:19

Vecinos de Lasarte-Oria, Donostia, Orio o Zizurkil, además de los propios usurbildarras, han vuelto esta mañana al centro comercial Urbil para llenar sus ... carros en el primer día sin restricciones de movilidad para las actividades socio-económicas.

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Los centros comerciales, por estar ubicados en la periferia de grandes localidades, se vieron especialmente afectados por el confinamiento perimetral el pasado 25 de enero cuando el Ejecutivo dio luz verde al cierre de todos los municipios. A partir de ahora, y al menos hasta el próximo 5 de marzo, esta flexibilización del confinamiento municipal para desplazarse al municipio colindante supondrá un respiro para aquellos comerciantes que han observado estas tres últimas semanas un «ambiente desolador» en este centro comercial y para los vecinos de alrededor, «una muy buena noticia» porque «hemos estado muy limitados».

Quienes hablan son Arantza y Joaquin, que se han desplazado desde Lezo hasta Usurbil, a pesar de que estos dos municipios no colindan, para hacer la compra de todo el mes, ya que justifican que en su propia población no cuentan con suficientes establecimientos. «Solemos ir siempre a centros comerciales porque en Lezo no tenemos nada, más que una tienda pequeñita. Para ir a Alcampo, Carrefour, Mercadona… tenemos que salir del municipio», recalcan. Ahora esperan «que la gente cumpla las medidas y no se desmadre la cosa y dentro de 15 días nos cierren otra vez».

La donostiarra Olga Gonzalez ha acudido esta mañana a hacer la compra, como solía hacer «una vez por semana». Hasta entonces, se ha «apañado» yendo a Garbera, «pero es que aunque viva en Donostia me queda mucho más cerca venir a Urbil», explica, al tiempo que observa muy poca gente a su alrededor. La noticia, anunciada el pasado viernes por el Lehendakari, se la «esperaba, porque este centro comercial no puede sobrevivir sólo con los vecinos de Usurbil, es un pueblo muy pequeño y aquí venimos muchos de alrededor», comenta.

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De esto sabe un rato Isabel Fernández, desde su puesto de repostería artesanal Mañeko. La mayoría de sus clientes proceden de Lasarte-Oria, Donostia, Andoain y alguna zona de Bizkaia también, «pero de Usurbil tengo solo unos cinco o seis clientes», detalla. Aunque la relajación de las medidas supone «cierto alivio, el ambiente es desolador, deprimente. Apenas hay clientes, es la ruina. Y además de no haber ventas, tenemos pérdidas porque el producto es perecedero. Hemos tenido que tirar a la basura mucho género», lamenta.

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