«En Secundaria vemos a muchos chicos que reaccionan contra el feminismo»
Procedente del ámbito de la educación, la eibartarra advierte que los primeros hábitos en materia de género se adoptan en la infancia y en la familia
Nerea Isasi asumió la Dirección de Igualdad de la Diputación de Gipuzkoa el pasado 2 de noviembre, cuando su predecesora, Miren Elgarresta, fue nombrada directora ... de Emakunde. Cuatro meses después, la eibartarra afincada en Mendaro afronta la celebración del 8-M, con una campaña institucional que trata de «visibilizar la dificultad de las mujeres para llegar a puestos de decisión y liderazgo, y los roles y estereotipos que vamos adquiriendo desde niñas o niños y que luego nos influyen a la hora de tomar decisiones y de organizar nuestra vida».
– Aclare por favor algún término de la campaña: suelo pegajoso.
– Son aquellos puestos, normalmente en trabajos feminizados, donde los sueldos no son altos y es difícil ascender, donde nos quedamos ancladas, pegadas al suelo y es difícil salir de ahí, y no es por falta de preparación. Un ejemplo son los cuidados de niños, de mayores y dependientes, que mayormente recaen en mujeres. Y muchas veces no ascendemos porque debemos elegir entre el trabajo o el cuidado de la familia, y muchas eligen o no les queda más remedio que lo segundo.
– ¿La falsa meritocracia?
– Las propias mujeres no nos creemos capaces de hacer muchas cosas, nos ponemos barreras. Si a un hombre le planteas un reto, se va a lanzar y da igual si no sabe hacerlo. La mujer, y hablo en general, le va a dar muchísimas vueltas y puede que no se vea capaz de hacerlo. Es algo que hemos ido adquiriendo desde niñas.
– ¿Los techos de cristal? Que irían unido a ese 6% de mujeres vascas en puestos de gerencia?
– Aparte de nuestras propias barreras, está la necesidad de tener que demostrar más que el hombre y los roles que se nos han adjudicado desde pequeños bien por ser mujer o por ser hombre. Cuando a los niños y niñas se les pregunta qué es un líder, la mayoría lo identifica con el hombre.
– ¿Es un problema de educación?
– En Euskadi, a nivel de educación, hay planes de equidad que abordan estas cuestiones. Pero hay que tener en cuenta que la primera socialización se da en el entorno familiar, donde muchas veces adquirimos unos comportamientos que no son aprendidos, sino imitados. La escuela por supuesto que tiene que dar ejemplo, pero antes debemos hacerlo en nuestras propias familias.
«Las mujeres no nos creemos capaces de hacer muchísimas cosas; nosotras mismas nos ponemos barreras»
– Nadie nace machista, ¿no?
– Ni machista ni feminista, ¡nos hacemos así! El feminismo es un comportamiento en contra de esos comportamientos machistas en todos los ámbitos de la sociedad. Es un problema de todas y de todos, y los hombres tienen que ser cómplices para cambiar esto.
– ¿La juventud que viene tiene sistemas de alerta más sensibles ante situaciones machistas?
– Hay mayor convencimiento por parte de las mujeres, pero nos estamos dando cuenta de que en muchos chicos hay una reacción contra el feminismo. Porque nosotras queremos que algunos hombres cambien, y ellos se sienten atacados. Hay que trabajar con ellos y hacerlos cómplices.
6%
de las plazas de gerencia en Euskadi las ocupan mujeres
– ¿Han detectado ese problema?
– Sí, es un problema que se viene dando en Secundaria y hay que intentar solucionarlo.
– ¿No son casos aislados?
– ¿Sabes qué pasa? Que hay ciertos comportamientos que se contagian. Quiero pensar que no es generalizado y que vamos a lograr que esas personas entiendan y apoyen al feminismo y a la mujer.
– Por contra, todavía hoy solo el 23% del alumnado en carreras técnicas son mujeres.
– Sigue habiendo desigualdades, roles y estereotipos. Sin darnos cuenta, seguimos educando de esa manera. Al ser un problema estructural es difícil el cambio. Es cuestión de tiempo. Pero, ¿por qué las mujeres tenemos que ser ingenieras o informáticas? No digo que no debamos serlo, pero nos lo preguntamos porque son carreras que están mejor valoradas socialmente y donde, por cierto, existe la brecha salarial. En cambio, si estuvieran bien valoradas las profesiones feminizadas, no habría este problema. Todas y todos tenemos que estar en todos los estudios y puestos de trabajo.
– ¿Tienen las empresas un compromiso en término de igualdad?
– Ahora mismo, por ley se les exige tener un plan de igualdad y nosotros desde la Diputación y Erantzunkide Sarea, intentamos no solo que tengan un plan, sino que lo lleven a cabo y se aterrice a la realidad de cada empresa.
– Qué tareas le dejó Elgarresta a unos meses de las elecciones?
– Miren hizo un trabajo excelente en Diputación de Gipuzkoa, y espero que siga igual en Emakunde. Me lo dejó todo atado y me toca rematarlo para que Gipuzkoa siga en vanguardia de Europa en igualdad. Aún hay mucho que hacer.
– ¿Por ejemplo?
– En cada área de Diputación trabajamos para introducir la perspectiva de género en todo aquello que influye a la ciudadanía guipuzcoana. Y hacia afuera, trabajamos con ayuntamientos, asociaciones de mujeres y grupos feministas en el desarrollo de sus políticas de igualdad y medidas de prevención contra la violencia machista.
«Era absolutamente necesaria porque las niñas y las mujeres de Gipuzkoa a veces seguimos teniendo miedo de salir de noche»
– La directora de Emakunde cuestionó a Idoia Mendia la idoneidad de que el 8-M sea festivo en 2024.
– Nos sorprendió la idea porque es una fecha muy señalada para muchas mujeres que trabajan codo con codo y habría que tener en cuenta sus opiniones y analizar los pros y los contras antes de declararlo festivo. No puede ser una decisión unilateral.
– Usted fue una de las impulsoras del grado formativo en Igualdad creado el curso pasado.
– Es un ciclo superior que en Gipuzkoa empezó el curso pasado y ahora saldrá la primera promoción, un año después que en Biz-kaia. El único centro que lo imparte es el CIFP Meka de Elgoibar. Hasta ahora solo optaban al máster las personas que tuvieran un grado, y ahora las personas que no habían tenido la oportunidad de ir a la universidad y tienen un grado medio, pueden hacer un grado superior en Igualdad.
– ¿Cómo es el alumnado?
– Es gente comprometida, que de verdad cree en la igualdad, que probablemente haya vivido desigualdades en su vida. Y hay que dar una oportunidad a la Formación Profesional, llevo siete años trabajando en esta educación, es otra vía de estudio y no impide que luego puedas ir a la universidad. El año pasado tuvimos unos veinte alumnos, este año menos. Hay que tener en cuenta que muchas de estas personas comprometidas trabajan, y que tampoco se ha dado a conocer este ciclo.
– ¿Qué opinión le merece la ley del 'solo sí es sí', que ha motivado la revisión de numerosas condenas por agresiones sexuales?
– Es absolutamente necesaria. Hasta que se aprobó esta ley estatal, existía la ley de violencia de género, que solo recogía aquella violencia que se daba en la pareja o expareja, y la nueva ley recoge también las demás violencias sexuales. En Euskadi tenemos la ley que se aprobó en marzo de 2022, la modificación de la ley que ya recoge aquellas violencias que incluye esta ley, e incluso la prevención, intervención y atención adecuada desde un punto de vista feminista a aquellas mujeres que han sido víctimas.
«Hay más denuncias ya que las mujeres nos estamos empoderando y ahora reconocemos situaciones y las podemos hacer frente»
– ¿Hay que retocar esta ley para que prevalezca su espíritu y no permita reducir ciertas penas?
– No soy jurista, y no me atrevería a decir qué ha fallado o si ha fallado algo. Se va a cambiar, y espero que se logre una mejor interpretación o ejecución de esa ley.
– En 2022 hubo más de 1.500 denuncias de agresión sexual en Gipuzkoa, más de cuatro al día. ¿Hay más agresiones o es que se detectan más y se denuncian?
– No sé si las mujeres denunciamos más, pero visibilizamos muchísimo más muchas situaciones de violencia sexual que antes no reconocíamos como tales. Las mujeres nos estamos empoderando gracias también a la labor de grupos feministas y las casas de las mujeres, y eso hace que reconozcamos lo que estamos sufriendo, y seamos capaces de hacerles frente y hacer valer nuestros derechos.
– O sea, ahora no hay más agresiones, sino que se detectan más...
– No creo que haya más. El hecho de que antes te levantasen la falda o te tocasen el culo estaba normalizado en la sociedad y hoy día, no. Esta nueva ley tipifica las agresiones sexuales que no tipificaba la ley de violencia de género y es necesaria porque las mujeres y las niñas de Gipuzkoa seguimos teniendo miedo a veces a salir una noche a la calle. Habría que poner la fuerza en la prevención para que no ocurra. De hecho, la Diputación Foral de Gipuzkoa trabaja con el Departamento de Juventud en la prevención de las violencias, en la sensibilización.
– ¿Puedo preguntarle por la 'ley trans' que ha entrado en vigor?
– Todas las personas tenemos derechos. Esta ley supone dotar de derechos a personas, y siempre que sea dotar de derechos a personas me parece bien.
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