Salvar al sanitario Arregi
Aquí, en la segunda ola ·
El virus deja en evidencia muchas urgencias pendientes, pero nada hay ahora tan prioritario como reforzar nuestra Sanidad. ¿Soy un ingenuo?M i Aberri Eguna, o mi 12 de octubre, o mi 14 de julio, no son banderas o himnos, sino el sms de Osakidetza que ... llega de madrugada, menos de 20 horas después del PCR, para darte el resultado del análisis. Esa es la patria que funciona: el rastreador que te avisa, el ambulatorio donde te hacen la prueba enseguida, los resultados que llegan desde un laboratorio que trabaja a destajo. (Y si encima das 'negativo', mejor, aunque esa es ya otra historia). Ese escueto mensaje de teléfono es la bandera que mejor resume el país que queremos. Y que tenemos, por muchas deficiencias que se mantengan.
Resulta más morboso escribir de la batalla de Madrid o del virus de Trump, pero hablemos de tu vecina del quinto: sí, esa que trabaja en Osakidetza. O del que vive en el segundo, ese chaval tan majo que acabó la carrera y ahora ejerce de rastreador. Cuando te los encuentres en el portal, dales las gracias. (Aviso: siguen párrafos de 'buenismo'. Escépticos pasen ya a las páginas de Bolsa o de la Real).
Al grano. Los usuarios de Osakidetza sabemos bien a estas alturas que: 1, la calidad de sus profesionales es habitualmente excelente; 2, la respuesta a las complicaciones inesperadas de salud es casi siempre rápida y buena; y 3, la atención primaria pasa momentos complicados, y no por culpa de los sanitarios, sino por la saturación del servicio, en un mal que viene desde antes del virus.
La mejor 'bandera' es el sms de Osakidetza con el resultado de la PCR, la prueba de que el país funciona
En los últimos meses hemos sabido también que 4, tras el desconcierto inicial ante un virus inesperado que cayó como una bomba atómica, el sistema responde razonablemente bien en su red de PCRs y rastreadores (al margen de sucesos tan tristemente sorprendentes como el de Tolosa y su clínica). En general, cada vez que recurro a esa enorme maquinaria que es Osakidetza sorprende que funcione tan razonablemente engrasada. Pero a veces sus mecanismos chirrían.
Vivimos una situación nueva y frágil cargada de necesidades, pero ahora mismo no se me ocurre prioridad más urgente en el País Vasco (y me temo que en todos los países) que fortalecer su sistema sanitario. Y en especial, aquí y ahora, la red de atención primaria. O sea, el ambulatorio del barrio.
En los últimos años entre jubilaciones, sustituciones, bajas y traslados he cambiado tanto de médico de familia que ya no sé quién es el titular. O la titular, porque todas han sido mujeres. No tengo queja de ninguna, pero ya sabemos que en esto de la Medicina, como en casi todo, cada maestrillo tiene su librillo. Hubo una joven doctora que cuando vio la tendencia alcista del colesterol quería empastillarme directamente. Me resistí. El mes siguiente ya había otra médica que me animó a cuidarme por vía natural, y con ejercicio y prudencia gastronómica me quedaron datos de adolescente. Lo celebró más ella que yo, pero a las semanas desapareció de la consulta.
Hablo de mí, como decía el clásico,porque soy el usuario de Osakidetza que mejor conozco. Es solo una anécdota, pero seguro que usted tiene la suya. El personal sanitario lleva tiempo avisando de las necesidades, y este virus ha agravado los problemas. Dice el lehendakari que en las protestas en Educación y Sanidad hay un factor político añadido, y guerras sindicales de fondo, y puede que así sea: en el País Vasco (y, digámoslo otra vez, me temo que en todos) el factor político está siempre presente en casi todo.
Ya sabemos que los problemas en atención primaria venían de antes, pero el virus los ha acrecentado
Parafraseando aquella película de Spielberg el grito sería 'Salvar al soldado Ryan'. Bueno, aquí serían el sanitario Arregi, o la sanitaria García, por ejemplo. Aseguran en el Gobierno Vasco que se han puesto a la tarea, que hay contrataciones en marcha, y planes a corto, medio y plazo. Que así sea. Pero es urgente, y hacerlo con consensos políticos y sindicales, porque les aseguro que el consenso ciudadano lo tienen.
Hay que hablar también de la Educación, y de tantos sectores económicos que sufren. Pero lo primero es estar sanos. La prioridad de este país lleva bata blanca. ¿Es una carta a los Reyes Magos? Así son muchas veces las películas de Spielberg, y qué relajado sale uno de ellas.
Cuídense.
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