El riesgo de contagio en las residencias de Gipuzkoa ha sido menor que en las de Bizkaia y Álava en la pandemia
Los geriátricos del territorio son los que mejor han afrontado la pandemia, según un informe del Ararteko, que subraya la dimensión del centro como factor clave
Las residencias de mayores de Gipuzkoa han lamentado miles de contagios desde que estalló la pandemia en marzo del año pasado. Más de trescientos usuarios ... fallecieron con el virus, que azotó al colectivo más vulnerable sobre todo en la primera ola, entre marzo y junio. Pese a los datos, que reflejan la difícil situación que han vivido estos centros con la crisis sanitaria, el riesgo de contagio en las residencias de Gipuzkoa fue menor que en las de Bizkaia y Álava en la primera y segunda ola. Así lo recoge el informe sobre 'El impacto de la pandemia del Covid-19 en los centros residenciales para personas mayores en Euskadi' realizado por el Ararteko entre marzo de 2020 y enero de 2021 y publicado ayer.
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El territorio más seguro. Las personas residentes en centros de Álava y de Bizkaia tuvieron un riesgo de contagio 6,5 veces y 4,1 veces mayor, respectivamente, que las de Gipuzkoa. Es decir, en la primera y segunda ola era más probable que un usuario de un geriátrico vizcaíno o alavés diera positivo en una prueba PCR que un guipuzcoano, según el documento elaborado por el defensor del pueblo vasco. Las diferencias entre territorios tienen que ver con la incidencia de la pandemia en el resto de la comunidad, las características de los centros y las medidas de prevención adoptadas o su temporalidad.
2 de cada 3 centros, con casos. El 66% de los centros residenciales para personas mayores de Euskadi ha tenido algún contagio de Covid-19 desde el inicio de la pandemia hasta enero de este año, si bien, en el otro lado de la balanza, uno de cada tres geriátricos «ha sido capaz de evitar la propagación del virus entre sus usuarios». La prevalencia acumulada de contagios en los geriátricos guipuzcoanos se sitúa en el 26,1%.
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26,1% es el porcentaje en el que se sitúa la prevalencia acumulada de contagios en las residencias de Gipuzkoa.
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47,5% de las residencias vascas y el 70,9% de las que han tenido algún contagio ha registrado al menos una muerte por Covid.
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938 usuarios han fallecido por causas relacionadas con el coronavirus desde el año pasado hasta este enero en Euskadi.
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66% de las residencias de mayores vascas ha tenido casos, si bien uno de cada tres centros ha evitado la entrada del virus.
El 5% de todos los contagios. Las personas que viven en residencias para mayores representan el 5% de todos los contagios de Euskadi, con datos de finales de octubre. Así, la prevalencia acumulada en los recursos vascos es seis veces mayor que la de la población de entre 80 y 89 años que reside en sus casas, y casi tres veces mayor que la de la población general de 90 años o más. Probablemente, una de las razones principales tenga que ver con los test PCR que no se realizaban a la población general a comienzos de pandemia pero sí se hacían en las residencias. Otra de las diferencias puede atribuirse a las propias características individuales de cada usuario. «Debe tenerse en cuenta que las personas que viven en residencias presentan un grado de dependencia más elevado que el resto de la población», explica el informe.
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Tasa de positividad media: 23%. En los centros en los que ha habido algún brote, la tasa de positividad media se sitúa en el 23%, con una gran variabilidad entre recursos. En cualquier caso, «la tasa de positividad en centros residenciales para personas mayores permite comprobar que el impacto en Euskadi ha sido similar al que se ha dado en otros países». En comparación con el resto de comunidades, Euskadi ocupa el quinto lugar con una tasa de contagios más elevada, a falta de saber si la de detección también ha podido ser mejor. Si solo se analizan los datos de mortalidad por coronavirus, la posición del País Vasco mejora «notablemente».
5 de cada 100 muertes Covid. Hasta enero de este año, el 47,5% de las residencias vascas y el 70,9% de las que han tenido algún contagio ha registrado al menos un fallecimiento con Covid. En total, según los datos que maneja el Ararteko, 938 mayores han fallecido por causas relacionadas con el coronavirus desde marzo del año pasado hasta enero de este, lo que representa el 5,4% de los usuarios. La mortalidad total, sea por la causa que sea, independientemente del Covid, ha sido del 25%. Además, «los fallecimientos por Covid-19 de personas usuarias de centros residenciales para mayores representan un 30,7% del total de fallecimientos atribuibles al Covid en Euskadi».
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Más casos en los centros grandes. El estudio pone de manifiesto la vinculación entre las características estructurales del centro y el riesgo de infección. Es decir, cuantas más plazas tenga la residencia más posibilidad de contagiarse de Covid-19. «En comparación con los centros de 25 plazas o menos», recoge el documento, «el riesgo de infección sería 6,3 veces más alto en los centros de 26 a 70 plazas y 11,3 veces más en los que tienen más de 70 plazas». Los centros con más capacidad suelen tener más afluencia de gente y, por tanto, más riesgo de contagio, mientras que los más pequeños tienen una mayor capacidad para adaptar sus protocolos de prevención. El número de plazas por comedor también muestra una asociación significativa con el número de positivos. Los centros con más de 30 plazas por comedor tendrían, de acuerdo a datos de Osakide-tza de los que el Ararteko habla en su estudio, un 80% más de positivos que los centros de menos de 20 plazas en el comedor.
Efectiva limitación de acceso. El Ararteko ha identificado a lo largo de estos meses tres grandes grupos de medidas que se han adoptado en residencias para limitar el número de personas que acceden a los centros y que, a su entender, han sido efectivas: la limitación o regulación de las visitas, la reducción de la rotación del personal y evitar la (re)admisión de personas residentes infectadas, «ya fuera ante nuevos ingresos o ante retornos de personas usuarias tras estancias hospitalarias». Según el defensor del pueblo vasco, cada día de retraso respecto a la aparición del primer caso en la zona de salud a la hora de tomar la decisión de cerrar el centro supuso un 11,9% más de riesgo de tener algún positivo hasta el 10 de enero de este año, «y un incremento del 1,5% en el número de casos de los centros afectados».
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En Euskadi, dos de cada tres residencias han registrado al menos un caso de infección por coronavirus, con un porcentaje de personas residentes infectadas cercana al 25% hasta el 10 de enero de este año
El diagnóstico precoz, esencial. Si algo ha quedado claro desde que estalló la pandemia en marzo del año pasado es la importancia del diagnóstico precoz para el control de la pandemia. Los centros que implementaron controles de temperatura y de sintomatología compatible con el Covid-19 antes de que se detectara algún caso en su zona de salud tuvieron, de media, un 42,3% menos de positivos en comparación con los centros que adaptaron las medidas más tarde. Así, explica el Ararteko, «las diferencias entre los territorios en la temporalidad de la implantación de estas medidas respecto a la situación epidemiológica en la zona pudieron, por lo tanto, ser otro de los factores que contribuyan a explicar el menor riesgo de contagio en los centros de Gipuzkoa». El territorio estableció los controles de temperatura, de media, 0,5 días antes de la aparición del primer caso en la zona, a diferencia de Bizkaia que lo hizo 3,1 días después y Álava, con 14,5 días de retraso.
A pesar de las medidas implantadas por las diferentes diputaciones y el Gobierno Vasco, impedir que el virus se extendiera por las residencias una vez dentro resultó complicado sobre todo en la primera ola, lo que se ve reflejado en los datos. Los usuarios de residencias de mayores representan el 5% de todas las personas contagiadas en el País Vasco, una prevalencia acumulada «seis veces mayor que la de la población de entre 80 y 89 años y casi tres veces mayor que la de la población general de 90 y más años». Probablemente, una de las razones principales tenga que ver con los test PCR que quizá no se realizaban a población general a comienzos de pandemia pero sí en las residencias.
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