Ramón García: «El buen gusto se tiene de nacimiento, no se aprende»

Domingo, 14 de septiembre 2025, 00:37

La moda, como el resto de los idiomas, explica el mundo y a sus gentes. De hecho, es una de las expresiones culturales que más rápido intuye y describe los cambios sociales, porque asalta la calle antes que ninguna otra. Ramón García dirige Jantziaren Zentroa, en Errenteria (calle Kapitanenea), un observatorio de la evolución del vestir en Gipuzkoa en los últimos siglos. Un museo de obligada visita. Una pequeña joya.

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- ¿Gipuzkoa ha vestido bien por ser afrancesada?

- Estar cerca de Francia ha sido importantísimo. La moda nos ha llegado aquí antes que a Madrid. Hay cantidad de crónicas que hablan de la condesa que pasó por tal sitio y se quedó alucinada por cómo vestían las mujeres. María Teresa de Austria, que se casó con Luis XIV en la isla de los Faisanes, pidió que fueran unas bateleras las que la llevaran en su barcaza a la boda. Todo el mundo piensa que el baserritarra, el vasco, ha sido un zarrapastroso. Al contrario. Aquí se han llevado las modas como en el resto de Europa, como en Alemania, en Francia. Vinieron cronistas mandados por un rey alemán al País Vasco a dibujar cómo vestían las mujeres en el siglo XVI. Y luego, una vez que los reyes vienen a veranear aquí, llega toda la alta burguesía europea y el vestir ya es extraordinario. El casino de Donostia fue impresionante. Hasta Mata Hari estuvo aquí.

- ¿Eso que destaca tanto en las clases altas se percibe también a nivel de calle?

- Una mujer de alta sociedad tenía veinte vestidos y la del pueblo tenía uno o dos. Se conservan muchos más trajes de alta sociedad, que se pueden estudiar. Pero la gente popular nunca ha sido tonta. Aquí se ha cosido muy bien. No ha sabido diseñar, pero la gente pobre ha copiado muy bien. ¿A quién copiaba? A las ricas. Todo el mundo copiamos al que va mejor vestido, no al que va peor del pueblo. Siempre se ha hablado del buen gusto del vestir en Donostia. No es una cosa que viene del veraneo de los reyes, sino de mucho antes.

- O sea, eso existe, ¿el buen vestir de San Sebastián?

- Creo que más que existir, ha existido. Antes, todo el que venía alucinaba, hasta hace unos años, desde que han empezado las marcas multinacionales.

- ¿Ha ganado la uniformización?

- Sí. No es que se vista mal hoy en día, pero se ve que el nivel del buen vestir ha bajado. Antes era más formal y ahora es todo más informal.

- Ropa para el día a día y de domingo...

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- Exactamente. Aquí en Errenteria las mujeres se hacían ropa nueva para estrenarla en Magdalenas. El domingo se vestía mucho mejor, o para una cena, un compromiso... Hoy el lunes vas igual que el domingo y a las 7 de la mañana igual que a las 10 de la noche para cenar. No hay ese cambio. Son modas también dentro de la moda.

- ¿Puede volver el vestir más formal?

- El vestir ha evolucionado como ha evolucionado todo. La mujer hace unos siglos era una mujer florero. Hoy ya no, la mujer está trabajando, ya no puede ir como antes. En el museo se ve la evolución de la moda. Tenemos originales desde el siglo XVIII hasta 1970 y se ve muy bien cómo la mujer ha llegado a ser una mujer trabajadora y ha tenido que ir cambiando la ropa para llevar la vida que lleva hoy día.

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- ¿Cuando se piensa en la moda se sigue pensando en la mujer?

- Se suele decir que la moda está dictada por el hombre para que la lleve la mujer. Ha habido grandes diseñadoras, pero la mayoría han sido hombres. El hombre siempre se ha preocupado menos del vestir. En las parejas, por lo general era ella la que elegía la ropa o le compraba la ropa hasta hace muy pocos años. Un hombre normal de la calle nunca iba a la tienda. En eso por lo menos se ha avanzado. El hombre, casi desde la prehistoria, chaqueta, pantalón, camisa y para de contar. En el siglo XVI vestía así, en el XVII, en el XVIII lo mismo, en el XIX y en el XX igual... Sin embargo, la mujer ha evolucionado. En ella es donde se ve mejor el paso de la moda a lo largo de los siglos.

- ¿París sigue siendo una referencia?

- París siempre será París. Es el centro de la moda. Mucha gente dice, 'no, Italia, Milán'. No, París. París tiene el espíritu de la moda en el aire. Aquí, en cambio, se ha relajado mucho. Ahora se impone el casual.

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- ¿Hay diferencias en el vestir con las zonas cercanas?

- Para mí, siempre se ha vestido mejor en Donostia que en Bilbao, donde se vestía muy bien, pero mucho más clásico. A nivel de historia, muchos siglos atrás, en Bizkaia se vestía muy bien, era la provincia más rica, la que más dinero tenía, y eso también se notaba. Hoy en día, el bilbaíno, no digo el vizcaíno, sigue siendo mucho más clásico que el donostiarra.

- ¿Hay modelos de elegancia o eso es muy personal?

- Es muy personal. El buen gusto hay que tenerlo de nacimiento. El buen gusto no se aprende. El saber vestir no se aprende, tiene que venir casi desde la cuna. Se puede mejorar, pero se tiene o no se tiene. También hay una cosa: los críos van a la ikastola y tienen deporte, no sé qué, no sé cuántos. No pueden ir vestidos, tienen que ir con un chándal, que es lo más cómodo para hacer la vida que hacen los chavales hoy en día. Ha cambiado mucho la forma de vivir y la moda ha ido cambiando a la par. Pero todos estamos un poco pendientes de la moda. Que me diga alguien que quiere salir a la calle feo o mal vestido. Otra cosa es que tengas gusto o no, pero a todo el mundo le apetece dar buena impresión.

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- ¿Hay unas pautas básicas, tres o cuatro cosas que no pueden faltar?

- Se habla mucho del fondo de armario. Hoy en día el fondo de armario es un pantalón vaquero y un chándal. Antes era tener un abrigo bueno, una americana buena, una camisa buena, un jersey bueno y un pantalón bueno. Con eso ya ibas a todos los lados. Hoy, con un vaquero y unas zapatillas es suficiente. Tampoco debes ponerte lo que te dictan. Si tú te sientes a gusto, te ves bien, es moda.

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