«Recibo mensajes de hijos que viven fuera para que lleve a sus padres lo que necesitan a sus casas»
Malek Aboallal lleva once años vendiendo fruta en las localidades pequeñas de Tolosaldea y Goierri, donde asegura tener una clientela fiel
Gabiria, Abaltzisketa, Aduna, Altzo, Albiztur, Amezketa, Orendain o Ikaztegieta son las localidades que cada semana visita Malek Aboallal. Algunas de ellas no cuentan con ... ninguna tienda y el marroquí, afincado en Zumarraga, les suministra fruta y verdura. «Ya me conocen todos en estos pueblos. Saben quién soy, conocen la furgoneta y si necesitan algo me pueden llamar tranquilamente. Antes de poner el puesto o empezar a vender en cada pueblo llamé a los ayuntamientos y me presenté a los alcaldes. Todos me conocen y me han apoyado cuando han sabido que quería empezar a vender en sus pueblos, porque no tienen ese servicio allí y lo aprobaron enseguida».
«No es fácil trabajar vendiendo fruta como autónomo, por muchas razones, pero a mí me gusta lo que hago»
Malek Aboallal
Frutero
Los grupos de whatsapp de cada pueblo con el número de teléfono del frutero de Zumarraga están siempre activos. «La verdad, no me puedo quejar porque se acercan a comprar todas las semanas y, si no pueden, voy yo hasta sus casas o empresas y les llevo lo que me han pedido. También recibo mensajes de hijos que viven fuera de esos pueblos, pero que tienen a sus padres ya mayores en sus casas y a los que me piden que acerque lo que necesiten. También tengo gente trabajadora y cada semana, antes de acercarme a su pueblo, me encargan lo que necesitan y yo se lo llevo. No hay problema, son muchos años trabajando como vendedor ambulante y la gente me conoce y hay total confianza. Voy a sus casas, me abren la puerta y les dejo sus pedidos. Si no están en ese momento, saben dónde les dejo las cosas y nunca hay problema para cobrar».
Malek lleva ya once años vendiendo fruta en las pequeñas localidades de Tolosaldea y Goierri. «No es fácil trabajar vendiendo fruta como autónomo, por muchas razones: el gasoil no deja de subir, la fruta es un género delicado, nunca sabes cómo va a ir y los meses de verano la venta baja mucho, porque la gente tiene sus manzanas, peras, tomates, y mucha verdura en sus huertas, pero a mí me gusta mi trabajo». Reconoce que «no me perjudica tanto que la gente tenga su fruta y verdura, lo malo es el precio porque no puedes competir con el de las grandes superficies». Sin embargo, este frutero marroquí asegura que «la gente valora la calidad de mi producto y sigue comprando». Cada semana instala su puesto de fruta llenando un par de mesas largas en los arkupes de los ayuntamientos o zonas resguardadas a los que los clientes acuden sobre todo «cuando empieza el curso. Dejan a los niños en la escuela y después se acercan a mi puesto a hacer la compra. Entonces, el trabajo es de continuo. En verano es más imprevisible cuándo van a venir. Estoy en cada pueblo cuatro horas y normalmente, nos arreglamos bien».
«Tenemos asumido que no es viable tener un negocio con una población tan pequeña, pero no nos resulta un problema»
Isabel Moto
Vecina de Gabiria
Ane Miren Aizpuru, una de las clientas de Malek, ha acudido como cada semana a comprar algo de fruta. La gabiriarra pregunta al frutero por su familia, antes de adquirir algunos productos. La relación entre ambos es estrecha después de tantos años. «Antes de jubilarme, hice un trabajo con los niños de la escuela de Gabiria sobre el trabajo de Malek, la fruta que traía... Fue interesante para todos». Aizpuru reconoce que «son más de veinte años sin tiendas en nuestro pueblo. Llegué a conocer tres puntos de venta, Izar Txuri, Txoko y la taberna. Ahora solo tenemos el ostatu abierto, pero no funciona como tienda».
Isabel Moto también vive en Gabiria y reconoce que «en los pueblos pequeños nos adaptamos con el tema de las compras. Es verdad que viene el frutero, el panadero, el pescadero y en el ostatu tenemos cuatro cosas puntuales, por lo que acudimos a Ormaiztegi, Ordizia, Olaberria... a hacer las compras grandes. Tenemos asumido que no es viable tener un negocio con una población tan pequeña, pero no nos resulta un problema y cada vez lo es menos con la venta por internet».
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