Los rebrotes y los vetos extranjeros torpedean las reservas en Gipuzkoa
Los alojamientos del territorio han conseguido salvar julio, pese a que las noticias sobre el Covid-19 hagan fluctuar a diario las cancelaciones y las reservas de última hora
Como quien tiene que cruzar a pie un río helado y no sabe cómo de gruesa es la capa de hielo que lo cubre, los ... alojamientos turísticos de Gipuzkoa avanzan por este verano atípico a paso lento, precavido y sin grandes aspavientos aunque la orilla del otro extremo esté cada vez más cerca.
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Las previsiones de ocupación que hicieron para esta temporada estival empezaron siendo nefastas cuando estalló la pandemia en marzo, y han terminado cerrando julio con unos índices alejados de su normalidad, pero nada desdeñables dadas las circunstancias, con ocupaciones que oscilan entre el 35 y el 45% en función del tipo de alojamiento.
Ahora afrontan agosto como una cometa a merced del viento, porque cada nuevo brote o cada nueva advertencia política tiene su reflejo en el comportamiento de los turistas. El escenario tan cambiante, con cancelaciones constantes y reservas de última hora, no permite hacer demasiadas previsiones, pero los establecimientos consultados coinciden en que con repetir los datos de julio se dan por satisfechos. «Está siendo una montaña rusa de cancelaciones y reservas, que varían a diario. Hemos tenido clientes que nos han llamado por el camino para decirnos que se daban la vuelta», reconoce Elena Estomba, directora del hotel de Londres y presidenta de la asociación Hoteles de Gipuzkoa, que representa el 65% de las plazas hoteleras del territorio.
Las cifras
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49% ha sido la ocupación media de las casas rurales y los agroturismos de Gipuzkoa en julio. Algo menores fueron de media en los hoteles (45%) y en las viviendas de uso turístico (40%). En los albergues de Donostia, en cambio, ha habido días en la segunda quincena que han rozado el lleno.
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6.318 británicos se alojaron en agosto del año pasado en Gipuzkoa, uno de los mercados emisores más potentes para el territorio.
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40% se han reducido de media en julio y agosto las tarifas por noche en hoteles y viviendas de uso turístico en Gipuzkoa.
El último palo en la rueda ha sido el puesto por el gobierno británico que obliga a todos los ciudadanos que provengan de España -excepto a los que hayan visitado Baleares o Canarias, según publicó ayer The Sun- a hacer una cuarentena, que ahora podría reducirse de 15 a 10 días. Una medida, cuyo perjuicio varía en función del tipo de alojamiento, pero que en cualquier caso supone que en agosto dejen de visitar el territorio los 6.318 ingleses que lo hicieron el mismo mes del año anterior, y que se ha convertido en uno de los mercados emisores más potentes para Gipuzkoa.
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«Nuestro principal cliente es el estadounidense, que ya lo hemos descartado. Y el siguiente es el británico, que aunque no estaba reservando como años anteriores sí había un goteo, pero suponemos que anularán las reservas», comenta Estomba. La asociación que preside, integrada en Adegi, dio a conocer ayer una encuesta a sus asociados que revela que la inversión total en mejoras de sus infraestructuras ronda los 350 millones de euros en los últimos 10 años, una razón de peso para afrontar el reto de «recuperar el turismo perdido, tanto nacional como extranjero».
Para las viviendas de uso turístico «el anuncio de ciertos gobiernos desaconsejando visitar España» tampoco ha sido bien recibido. El presidente de Aparture, Asier Pereda, señala que «son estos anuncios y no los brotes» los que provocan las cancelaciones, aunque «nada comparable a marzo, porque los mercados extranjeros se activaron tarde». En circunstancias normales el turista británico representa el 15% de los visitantes que se alojan en estos pisos, «por detrás del norteamericano y por delante incluso que el estatal. Por fortuna, el grueso de este año es cliente que llega de otras comunidades autónomas y de Francia, y estos no están cancelando tanto», comenta aliviado.
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Sin embargo, la situación inestable que vive el sector turístico, tras meses sin actividad, ha hecho que estas dos modalidades de alojamiento reduzcan las tarifas por noche. Un abaratamiento en el coste, que en el caso de los hoteles ha supuesto una reducción de entre el 40 y 45% de la tarifa media, y del 35% en el caso de los pisos turísticos.
Situación sanitaria
Mientras que los vetos extranjeros son directamente perjudiciales para hoteles, pensiones y viviendas de uso turístico, en el caso de las casas rurales y los agroturismos es la situación sanitaria de otras comunidades autónomas la que está influyendo en su actividad. La directora de Nekatur, Idoia Ezkurdia, reconoce que la amenaza de un nuevo confinamiento en Cataluña, si en diez días no mejora la curva de contagios, sería una mala noticia para sus alojamientos, ya que catalanes, madrileños y valencianos figuran entre los turistas que más demandan este tipo de establecimientos en Gipuzkoa.
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La semana la arrancaron con nuevas reservas de cara a agosto, pero también con anulaciones. «Tenemos clientes catalanes que llaman preguntando por la política de cancelación y que esperarán hasta el último momento para decidir qué hacer en función de la situación sanitaria tanto de Gipuzkoa como de su comunidad».
«Es una montaña rusa de cancelaciones y reservas. Algún cliente ha llamado de camino para decir que se daba la vuelta»
Elena Estomba | Presidenta Hoteles de Gipuzkoa
«Los turistas británicos representan el 15%. Por suerte, el grueso de este año es francés y estatal, y no están cancelando tanto»
Asier Pereda | Presidente Aparture
«Hay catalanes que preguntan por la política de cancelación. Esperarán hasta el último momento para decidir si vienen o no»
Idoia Ezkurdia | Directora Nekatur
«En los últimos 10 días se han anulado el 15% de las reservas para agosto. Una pena, porque teníamos la ocupación al 80%»
Peio Larretxea | Coordinador albergues Donostia
De momento para agosto solo desea mantener el 76% de ocupación con el que ya cuenta, y que pese a ser 13 puntos inferior que el año pasado, «son buenas cifras», comenta Ezkurdia, que reconoce que el alojamiento rural está siendo el mejor parado porque «la gente busca entornos naturales, viviendas completas para evitar espacios compartidos y alejarse de zonas más concurridas».
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Y precisamente por este motivo, los campings municipales de Donostia tampoco están exentos de los vaivenes del resto del sector del alojamiento. Peio Larretxea, coordinador de la red de albergues de San Sebastián, afirma que en los últimos diez días han tenido que borrar de la lista el 15% de las reservas que ya tenían hechas para agosto. «Ha sido una pena porque ya teníamos el mes al 80% de ocupación», lamenta. No cree que el confinamiento de 250 personas en el camping de Zarautz hace dos semanas haya sido el motivo concreto, sino que «es el ruido en general lo que condiciona al turista», que este año será nacional y «la presencia de franceses, holandeses o alemanes será residual».
Se trata de una percepción similar a la que tienen en la Oficina de Turismo de San Sebastián. Sus mostradores atienden a diario a los turistas, que este año se muestran más interesados en conocer entornos naturales de Gipuzkoa, pero también más preocupados, dicen, por los horarios o si hace falta reservar para ir a la playa.
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