Los protocolos antiacoso escolar «no acaban de solucionar el problema», según los fiscales
Este tipo de delitos se dan de modo presencial o a través de redes sociales como Instagram, y suelen derivar en el cambio de colegio de la víctima
Los mensajes de acoso escolar varían según la persona destinataria: «mariquita, gordo, ojalá te violen, eres gay, gordo con sobrepeso, homosexual, maricón», en el ... caso de ellos; «zorra, te vamos a pegar, gorda, chupapollas», cuando las víctimas son ellas. Pero unos y otras tienen un denominador común: oscilan «entre los 12 y 15 años» de edad y «presentan problemas de salud mental o importantes minusvalías físicas y psíquicas».
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Así lo revela la Fiscalía de Gipuzkoa en su memoria anual, en la que recoge que en este tipo de acciones denunciadas a lo largo de 2024 se combinan «las presenciales en las aulas con las proferidas a través de las redes sociales fundamentalmente a través de Instagram», pero también otras como «WhatsApp, Telegram o TikTok». Tampoco hay un entorno socio-económico más propicio, dado que las situaciones de acoso se dan tanto en centros educativos públicos como privados, de la capital como del resto del territorio, según observan las fiscales de menores.
Como dato para la esperanza, en 2024 fueron denunciados 25 casos de acoso escolar en Gipuzkoa, un 32% menos que el año anterior (37). Diez de ellos, es decir, el 40%, fueron archivados al ser los autores menores de 14 años. «En la mayoría de los supuestos es la víctima la que termina cambiando de centro escolar», lo que lleva a la Fiscalía a concluir que «los protocolos de acoso escolar no acaban de solucionar el problema. Y las campañas educativas hacia una convivencia en igualdad no son suficientes».
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