Se acaba la pesca de la angula en Euskadi
La Unión Europea decide prohibir la captura de esta especie de manera amateur –que es la que realizan los anguleros en los ríos vascos– y limita la actividad profesional
La pesca de la angula se acaba en Euskadi. Con mayor o menor dinamismo, la actividad ha perdurado a lo largo de varios siglos ... en nuestros ríos, a menudo transmitida de padres a hijos. Lejos quedan aquellos años en los que había tal cantidad de ejemplares que incluso se despreciaban o se daban de comer al ganado. Pero ahora los expertos aseguran que se halla en peligro de extinción, lo que ha llevado a la Unión Europea a prohibir desde el año que viene su pesca recreativa, que es la modalidad que se practica en el País Vasco, ante el estupor de los anguleros.
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Sin embargo, quien mantenga la tradición de gastarse un buen puñado de euros en una cazuelita de angulas por Navidad o en el Día de San Sebastián podrá seguir de dándose el capricho. Y es que este manjar va a seguir llegando a las pescaderías vascas a través del mismo cauce que hasta ahora: en teoría, los caladeros franceses, cántabros o asturianos, ya que la ley impide que los ejemplares que se capturan en Euskadi se puedan comercializar y los ciñe únicamente para autoconsumo. Sin embargo, desde el próximo año no habrá angula que poder llevar a la boca desde nuestros ríos, ya que así lo ha decidido el último consejo de ministros de Agricultura y Pesca celebrado en Bruselas.
Hacía ya unos años que la idea de 'cero capturas' para la angula y la anguila estaba en las carpetas de trabajo de instituciones y organismos científicos y defensores del medioambiente, con el fin de velar por la supervivencia de una especie que entidades como Azti catalogan «en peligro de extinción en todo el planeta».
Los anguleros vascos aseguran que el curso pasado no llegaron a los mil kilos, cuando Francia alcanzó las 60 toneladas
En la misma línea se había manifestado el propio Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES/CIEM), que por primera vez recomendaba no pescar angulas ni anguilas en 2023 en ningún hábitat, tanto en referencia «a las capturas recreativas como a las profesionales, incluyendo las angulas para repoblación y de acuicultura».
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Sin embargo, la Unión Europea ha optado por aplicar la prohibición únicamente sobre la pesca deportiva, que es la única modalidad que estaba permitida en Euskadi. Por el contrario, en toda Europa se mantendrá la actividad profesional –autorizada en el resto del Cantábrico y en otros territorios del litoral atlántico como Francia y Portugal–, aunque, eso sí, limitada únicamente a tres meses, entre noviembre y enero.
El acuerdo alcanzado en Bruselas pretende lograr la recuperación de una especie en peligro de extinción según los científicos. La medida ha sido mejor acogida en Euskadi a nivel institucional que por los anguleros que se reparten un total de 700 licencias en toda la comunidad autónoma. La dirección de Pesca y Agricultura del departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco considera la medida europea obedece a una «lógica» para tratar de salvaguardar la especie. Según explican desde la dirección que encabeza Leandro Azkue, la medida no significa que «nunca más» se vaya a practicar esta tradición que se ha desarrollado durante siglos. «En su momento (2005) también se decidió la prohibición de la anchoa y la especie se recuperó» tras una veda de cinco años.
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En los últimos tiempos tanto el Gobierno Vasco como el centro científico y tecnológico Azti venían abogando por una política de cero capturas dada la «alarmante caída de ejemplares» registrada en los últimos años. Según precisan, por cada cien ejemplares que entraban en nuestros ríos en los años 70-80 del siglo pasado, ahora llegan 7. «Esa es la proporción, aunque es verdad que el gran bajón se dio en la década de los 90-2000, y en los últimos años se han mantenido unas cifras parecidas».
Una opinión opuesta mantienen los anguleros vascos, para quienes «no tiene lógica que nosotros no podamos pescar en Euskadi cuando conseguimos unas capturas mínimas, y en cambio puedan seguir pescando en el resto de la cornisa cantábrica, en Portugal o en Francia, donde el año pasado capturaron 60 toneladas. ¿Qué se va a ganar si en todo el Golfo de Bizkaia solo prohíben pescar en Euskadi?», se preguntaban este jueves desde la Asociación de Anguleros de Euskadi. Esta agrupación, fundada hace casi dos años, va a ampliar esta mañana su parecer sobre la decisión europea en una rueda de prensa en Orio. Según los datos de Euskadiko Angulero Elkartea, en aguas del País Vasco solo se captura en torno al 0,01% de los ejemplares pescados en toda Europa.
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Las angulas seguirán llegando a las pescaderías, al permitirse la pesca profesional que se practica en el resto del Cantábrico
La actual campaña deportiva comenzó el pasado 15 de noviembre y concluirá el 31 de enero, por lo que, a falta de la confirmación oficial, es muy probable que, como mucho, pueda ver comprometidos sus últimos 15 días, con la entrada en vigor de los acuerdos alcanzados en Bruselas, aunque no se descarta que se pueda acabar la campaña. La prohibición, por lo tanto, será efectiva la próxima temporada.
Según los datos del Gobierno Vasco, la pasada temporada se tramitaron 700 licencias deportivas para la pesca de la angula. La gran mayoría (666) fueron para la actividad desde superficie: la mitad para los ríos de Gipuzkoa (338) –162 el Deba, 159 para el Oria y 17 para el Urola– y la otra mitad (328) en cuencas vizcaínas –Plenzia/Gorliz (168), La Peña Las Arenas (94), Lea (23), Abra (19), Artibai (16), Ika (5) y Bakio (3)–. Para faenar desde barco se concedieron otras 34, casi todas en Gipuzkoa: 22 en el Oria, 11 en el Urola y la restante en Plentzia/Gorliz.
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Con el fin de «asegurar la explotación sostenible» de la especie, por cada licencia se puede pescar un máximo de dos kilos diarios. Según los anguleros consultados, «hay días en los que sí alcanzamos ese cupo», pero «muchas veces no se llega a 500 gramos, o nada». Quienes pescan con embarcación, «muchos días no hemos podido salir por el mal tiempo». El curso que viene, ni con la marea y la luna favorables.
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