El juicio se celebra en la Audiencia Provincial de Gipuzkoa. José Usoz

«Teníamos plena confianza en ella y nos robó 116.000 euros de la caja»

La camarera acusada de apropiarse dicha cantidad mientras trabajaba en un bar de Irun niega su implicación en unos hechos por los que se enfrenta a 4 años de prisión

Iñigo Villamía

San Sebastián

Lunes, 11 de diciembre 2023, 19:06

La mujer acusada de robar 116.000 euros entre 2016 y 2019 mientras trabajaba como camarera en un bar de Irun ha negado su implicación ... en unos hechos por los que la Fiscalía pide para ella una pena de 4 años de prisión además de una multa 3.000 euros y la devolución del dinero sustraído a la responsable del establecimiento. En el juicio celebrado este lunes en la Audiencia de Gipuzkoa, la investigadaha expresado que «nunca me llevé dinero de la caja registradora» y se ha declarado «inocente».

Publicidad

En cambio, tanto el Ministerio público como la acusación particular han considerado «probado» que la encausada generaba un exceso de efectivo realizando operaciones en la caja «ya que su pulsera de registro ha contabilizado el 70% de los movimientos totales» durante sus tres años como trabajadora del negocio. «Teníamos plena confianza en ella y nos robó 116.000 euros», ha manifestado con rabia la propietaria del local hostelero ubicado en pleno centro de la localidad fronteriza.

Al parecer, la procesada aprovechaba los turnos en los que estaba sola y que podía acceder a la caja registradora sin control para realizar los movimientos fraudulentos. Después del pago de un cliente registraba operaciones de devolución o corrección, por lo que generaba un exceso de efectivo que se quedaba para sí, y también realizaba ventas sin emitir ticket, apropiándose del dinero de las mismas. Todo ello, presuntamente, a través de su pulsera personal. Asimismo, según la Fiscalía, se hizo con otros 1.004,36 euros usando la pulsera maestra de la responsable del bar, que estuvo extraviada «desde mayo hasta septiembre de 2019», siguiendo el mismo modus operandi.

El punto de inflexión

La aparición de la pulsera maestra en septiembre de 2019 marcó un antes y un después en la investigación. «Llegué un día al bar cuando solo estaba ella trabajando y casualidad me encontré la pulsera al lado del equipo de música, donde las dejábamos a diario», relató con cierta ironía el exmarido de la dueña del mismo. «¿Y esto? Le pregunté. Su cara lo dijo todo y no supo qué contestarme», ha añadido el también trabajador.

Publicidad

Tras solicitar un informe pericial sobre los movimientos de dicha pulsera a la empresa informática, los resultados permitieron conocer que, durante el tiempo que estuvo extraviada la misma, no se realizaron apenas ventas y sí «continuas devoluciones y borrados de operaciones» que coinciden «en todos los casos» con la jornada laboral de la acusada. «A veces, incluso, conmigo presente», ha concluido la propietaria. El juicio ha quedado visto para sentencia.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad