Día de la metrología

Este viernes, si compramos un metro de tela, obtenemos lo mismo en China o en la tienda de la esquina. Pero eso no fue siempre así. No había una medida unificada aceptada por todos. Las medidas entre distintos países y provincias eran muy distintas, incluso aunque llevaran el mismo nombre, lo que, sin duda, dificultaba las relaciones comerciales y el intercambio de conocimiento científico. Por ejemplo, el pie castellano era de 27,86 cms, pero el carolingio era de 33,27, el romano de 29,57... El lío de medidas era tan grande que se imponía una normalización. Esa fue la misión de la Convención del Metro, de la que surgió el Sistema Métrico Decimal y que este viernes se ha transformado en el Sistema Internacional de Unidades. Este sistema no es algo inamovible, cuando es necesario se añaden nuevas unidades y se rectifican otras. Por ejemplo, yo estudié que el metro era la distancia entre las rayas en una barra de platino-iridio conservada en París. Este viernes la definición de metro dice que es la distancia que recorre la luz en el vacío en 1/(299 792 458) de segundo. Con la nueva definición se puede obtener la longitud exacta en cualquier laboratorio equipado adecuadamente.