Gipuzkoa impulsa programas de lucha contra el cibercrimen para policías de toda Europa
Eactda, asociación con sede en el territorio y financiada por la CE, nutre de herramientas informáticas antidelitos a los Estados y policías del viejo continente
El número de delitos que se cometen a través de internet se ha disparado en los útimos años. El digital es un escenario delictivo que solo el año pasado en Euskadi registró 16.000 infracciones penales. En el primer trimestre de este 2022 fueron 5.000, un aumento del 9% respecto al año anterior. Los delitos de estafa siguen siendo los más cometidos, suponen el 90% del total. No obstante, cada año crecen otros tipos como las amenazas, el acoso o las falsificaciones.
Publicidad
El cibercrimen evoluciona a una gran rapidez, en un espacio que no se delimita a un territorio, sino al mundo entero. Perseguir a los delincuentes en la red es un reto difícil para las policías del mundo, cuyos medios personales y materiales aún son insuficientes para abarcar toda la delincuencia que se comete en el espectro virtual.
En aras de facilitar esa labor y dotar de herramientas para la lucha contra el cibercrimen nace Eactda (European Anti-cibercrime Technology Development Association), una asociación impulsada desde Gipuzkoa, donde tiene también su sede, cuyo objetivo es que las policías, gobiernos y otros organismos dispongan de distintos programas informáticos para combatir la delincuencia en la red. Todo ello bajo las directrices de un consejo asesor liderado por Europol y del que forman parte cerca de 20 Estados.
Están testando un detector de vídeos con contenido terrorista y otro de delincuentes que actúan bajo diferentes alias
En su último informe sobre la amenaza del crimen organizado en internet, Europol constata que «los cibercriminales son cada vez más metódicos y agresivos en su forma de actuar», y que una de las principales necesidades detectadas es que las «Fuerzas de Seguridad requieren más formación y herramientas para descubrir y detener la actividad delictiva en el ámbito digital».
Sin embargo, «aunque hay muchos proyectos de investigación en este ámbito, son muy pocas las herramientas (software) que acaban llegando a los cuerpos policiales», asegura Juan Arraiza, Bussines Manager de Eactda. La asociación tiene como función conseguir que esos prototipos, esa tecnología, se convierta en un producto útil para la lucha contra el cibercrimen.
Publicidad
Así, con la financiación casi mayoritaria de la Comisión Europea, identifican esos prototipos en el mercado y se llega a un acuerdo con el propietario para financiarlo y que los miembros de Eactda puedan obtenerlo sin coste de licencia. En el proceso se realiza un testing y desarrollo de esa tecnología, para medir su calidad y si cumple los estándares de seguridad exigidos. Entre otros, son miembros de Eactda las policías de Francia, Portugal, Lituania, Suecia, Holanda, Finlandia y el Ministerio del Interior español. «La idea es conseguir que una pyme de Gipuzkoa elabore un programa informático que usen la policía lituana o la propia Ertzaintza».
Las policías de Francia, Lituania, Suecia, Holanda, Finlandia y el Ministerio del Interior español ya son parte de la asociación
La asociación se creó en 2020 y apenas ha empezado a operar. En estos dos años se han captado más de una decena de prototipos que se están estudiando. El objetivo a medio plazo es conseguir crear un catálogo de herramientas a disposición de sus miembros, con unos 15-20 programas nuevos al año. «El potencial es enorme y creo que podríamos incrementar sobremanera los recursos de las fuerzas policiales en el ámbito del cibercrimen», asegura Arraiza. Entre los programas que ya están testando (los que se pueden contar) se encuentran algunos destinados al análisis digital forense, programas que permiten analizar los dispositivos digitales incautados a un sospechoso.
Publicidad
Otro software que se está probando detecta vídeos potenciales de contener material terrorista, y también hay otros que analizan las redes sociales para detectar a un mismo delincuente que opera detrás de diferentes alias. «Son herramientas muy variadas y muy útiles para la policía», señalan desde Eactda, más aún teniendo en cuenta que los recursos de las fuerzas de seguridad «son limitados y hablamos de un campo emergente y que evoluciona muy rápido».
Buscando talento
Pero además, Eactda busca formar a los futuros ingenieron informáticos en materia de cibercrimen, un nicho de mercado en constante crecimiento en el que asegura que la demanda de trabajadores es muy inferior a la oferta. Para ello ya cuenta con un acuerdo con la Universidad de Deusto por el cual cuatro alumnos del grado de Informática realizan prácticas en la asociación. Pero se han realizado convenios también con universidades de Lituania e Irlanda, y se trabaja con más centros similares para crear colaboraciones permanentes.
Publicidad
«Tecnologías como Pegasus acaban en la 'dark web'»
Contra el cibercrimen, además de dotar de más medios a su lucha, es necesaria la prevención, lo que se conoce comúnmente como ciberseguridad. Hace un mes el escándalo por el espionaje de Pegasus a políticos y a miembros del Gobierno central como ministros o el propio presidente Pedro Sánchez puso el foco en la vulnerabilidad de los dispositivos que manejamos en el día a día. Pero el mayor peligro es que esa tecnología de espionaje puede llegar a manos de delincuentes.
«Es una tecnología que existe y que vende una sola empresa a un precio alto. Y puede ser muy interesante para su uso, por ejemplo en el espionaje industrial o farmacéutico», explica Juan Arraiza. «Copiar un programa existente es mucho más fácil que crearlo, puede que no sea del mismo nivel, pero se creará una variante y esa herramienta tarde o temprano va a estar disponible en la 'dark web'», asegura.
La ventaja con la que cuentan además los ciberdelincuentes respecto a la policía es que disponen de más medios económicos para invertir en softwares delictivos y que no deben pedir permiso ni hacer frente a la burocracia para poder utilizarlo, uno de los principales obstáculos que se presentan en el escenario legal. «No conozco una tecnología a la que no se haya dado un mal uso», advierte Juan Arraiza.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión