Kabia culmina la integración de residencias con la incorporación de la de Hernani

El proceso ha sido lento y ha sufrido algunos retrasos. El proyecto de crear un órgano foral encargado de asumir la gestión de las residencias fue presentado en julio de 2014 por la Diputación, dirigida por Bildu, dentro de una estrategia que buscaba un cambio de modelo orientado a la gestión directa de los servicios sociales en Gipuzkoa. El plan se topó con el rechazo del PNV, entonces en la oposición, que acusó a los responsables forales de querer «extender el modelo público en toda la sociedad» y poner «en riesgo la pervivencia del modelo de gestión de las políticas sociales» del territorio.

Un acuerdo entre Diputación y PSE hizo posible que Kabia superara los escollos. El 5 de noviembre de 2014, las Juntas Generales dieron el visto bueno a un traspaso competencial que, según aseguraban sus valedores, ahorraría a los ayuntamientos guipuzcoanos diez millones de euros al año. Comenzó entonces el proceso de integración de las residencias.

Las primeras que lo hicieron, en 2015, fueron las de Azkoitia, Elgoibar, Villabona y Zumaia. Hubo que esperar tres años para que, entre enero y junio de 2018, se integraran las de Andoain, Bergara, Lasarte-Oria y Ordizia. El calendario elaborado inicialmente se estaba cumpliendo al pie de la letra. Según las previsiones de la Diputación de Gipuzkoa, en 2019 todas las residencias municipales de mayores ya deberían formar parte de Kabia, pero no sucedió así.

Las negociaciones con algunos ayuntamientos, que se complicaron más de lo esperado y los parones por motivos electorales, retrasaron el proceso de integración. En enero de 2020 se incorporaron a Kabia las residencias de Pasaia y Eibar, pero las de Irun y Hernani seguían estando fuera. La de la localidad fronteriza, Ama Xantalen, pasó a formar parte del organismo en julio de 2020. En la hernaniarra Santa María Magdalena, la puesta en marcha de una oferta pública de empleo para consolidar 34 plazas demoró la integración. Una vez finalizada la oferta y consolidados los puestos de trabajo, el Ayuntamiento ha dejado la gestión de la residencia en manos de la Diputación.

Las reticencias iniciales han desaparecido. En 2016 la institución foral destinó a Kabia siete millones de euros para su funcionamiento, una cantidad que ha aumentado notablemente con el paso del tiempo. En 2021, su presupuesto fue de 58,1 millones. Para el año que viene será de 63,5. En los 16 centros integrados en el organismo autónomo se gestionan un total de 1.336 plazas de residencia y 145 de centros de día. En estos recursos trabajan cerca de 300 personas y otras 950 lo hacen en la veintena de empresas que prestan servicio a las residencias.

El presupuesto de Kabia para 2022 se ha estructurado en función del plan estratégico 2020-23, que establece cuatro líneas prioritarias de actuación: ser referente en la prestación de servicios, continuar con el proceso de unificación, fomentar la gestión rigurosa en el ámbito económico, asistencial y laboral, y reforzar la posición de Kabia y trabajar las relaciones con ayuntamientos y agentes locales, entre otros, para desarrollar proyectos comunes.

Estas cuatro líneas abarcan objetivos como la implantación de medidas de eficiencia energética, elaborar un plan de inversiones, garantizar el adecuado mantenimiento de las instalaciones o impulsar y reforzar el uso del euskera como lengua de servicio, trabajo y comunicación. Además, se darán pasos para completar le estructura de los servicios centrales de Kabia con personal que pase de las residencias o creando puestos de trabajo en función del organigrama definido y las prioridades identificadas.