Juzgan a una madre y un hijo por apuñalar a un hombre en un bar en Errenteria

Sucedió el 28 de noviembre de 2009, cuando el bar ya estaba a punto de cerrar. Eran las 23.30 horas, y los acusados se encontraban en el bar apurando su consumición, junto a otro cliente que era amigo de la propietaria. Entre los tres comenzó una discusión, al parecer por unos cedés de música que el hijo había sustraído de detrás de la barra. Según recoge el escrito de acusación de la Fiscalía, el cliente se metió en la cocina, donde estaba la dueña del bar, momento que aprovecharon los encausados para abrir la caja registradora y llevarse el dinero que había dentro.

«Alertados por el ruido», el cliente y la propietaria salieron de la cocina, recriminando a madre e hijo, momento en que la mujer rompió un vaso y se lo lanzó, causando daños en la pared y en la cafetera.

Los procesados abandonaron el establecimiento, pero solo para dirigirse a su casa, a dos portales del bar, y coger un cuchillo «de 13 centímetros de hoja». Ambos regresaron poco después y en la puerta del bar la mujer sacó el arma y se la clavó al cliente en un costado, perforándole un riñón. El fiscal sostiene que la mujer quería «atentar contra la vida» de este hombre, que estuvo 18 días hospitalizado, ya que la puñalada «podría haber resultado mortal de no mediar asistencia médica inmediata». Además, señala que no se produjeron más porque el agredido logró arrebatarle el cuchillo y arrojarlo a la calle.

En el momento de la agresión apareció en el lugar el marido de la propietaria del bar, que intentó sujetar al hijo de la mujer, quien se resistió y provocó su caída, rompiéndole las gafas. Alertados por los vecinos, varios ertzainas llegaron al lugar, cesando así la agresión, si bien el acusado le dijo al hombre apuñalado «que le iban a matar». Madre e hijo fueron detenidos y el arma fue encontrada, con restos de sangre, a pocos metros. Los equipos sanitarios desplazados al lugar atendieron al herido, que después fue trasladado al Hospital Donostia.

La propietaria apenas llevaba dos meses al frente del negocio, si bien no era la primera vez que tenía un encontronazo con la madre y el hijo, que en el momento de los hechos tenían 52 y 34 años, respectivamente. Según relataron entonces algunos vecinos, los dos se habían comportado de forma agresiva en al menos una anterior ocasión. La propietaria, «muy asustada», siempre intentaba cerrar el bar en compañía de su marido o de algún amigo.

Por estos hechos la Fiscalía considera a ambos acusados autores de un delito de homicidio en grado de tentativa, por el que pide 8 años de prisión, un delito de robo con armas en tentativa, por el que solicita dos años y medio de cárcel, un delito de amenazas, penado con un año de prisión, y otro de daños, por el que pide el pago de una multa de 3.000 euros. Por los desperfectos causados en el bar reclama el Ministerio Público la cantidad de 1.595 euros, y por las lesiones provocadas a la víctima, 5.400 euros.