En aquellos años en los que jugábamos en la calle sin más peligro que algún coche que apareciera de vez en cuando, los críos no ... teníamos ningún miedo de corretear de noche por terrenos inexplorados, en verano, durante el juego de «el escondite». Así me explico que mi padre, tan buenico, buscara cómo asustarnos: nos hablaba de «el hombre del saco» y de «el sacamentecas». Del señor del saco no tuve más noticias pero me enteré muy mayor de que El Sacamantecas existió, que fue un asesino en serie y alavés, de aquí al lado. Estos días ruedan una película sobre el personaje.
A mí ahora me asusta Trump, no sé por qué los relaciono. Lo de menos es que no tenga coherencia intelectual ni ideológica, lo que da miedo es la cuadrilla de nombramientos que estamos conociendo. Responsable de Salud negacionista, un multimillonario como Elon Musk jefe de Eficiencia Gubernamental que promete «hacer temblar el sistema»; el de Exteriores, Marco Rubio, preparando una guerra fría contra China y una señora que ha sido alta ejecutiva de lucha libre (el pressing catch de los 80) va a ser ministra de Educación.
Pues tengo que decir que conozco a una persona, joven por más señas, encantada del efecto que el nuevo presidente de EEUU ha producido sobre las criptomonedas y sus ahorrillos. Es la vida; yo creo que estaré más preparada cuando me apunte al centro deportivo de Riberas de Loiola que ofrece clases y torneos donde practicar lucha de espadas láser. Temblemos.
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