Vivo en la distancia pero muy solidaria el drama de la Macarena y el orgullo herido de Sevilla. La ciudad esta conmocionada por la restauración ... fallida del rostro de su Virgen más popular. Parece que han cambiado, para mal, sus ojos. ¿Todo por unas pestañas?
Seamos empáticos. ¿Que pasaría en Pamplona si a la cara de San Fermín, cuyas fiestas comienzan en cinco días, le quitan bronceado? No sé, la verdad, si el disgusto popular sería de tal calibre. A los pamploneses ya les desilusionaron hace tiempo y saben que su patrón quizá no es negro de nacimiento, aunque le siguen considerando un santo 'morenico', igual por el humo de las velas.
La poesía y la pasión andaluza nos ganan de lejos aunque quizá también los navarros hayan sentido como en Sevilla, al ver cada cual su imagen «la mirada en la que están depositadas las oraciones de tus padres, tus recuerdos más íntimos, tus sentimientos, tu infancia», resumen los pregoneros macarenos. También debe haber poesía, aunque me cueste verla por encima de la perplejidad, en los nombres de las prendas de una colección de moda de un diseñador mallorquín que me gusta. Hay una falda que se llama «ciruelas para el viaje» y un pantalón «me voy a Moscú, como usted». «Por allí hay alcachofas» es el nombre de un traje precioso de la temporada. La señora que se ha casado con el dueño de Amazon quería ir de virgen blanca pero se ha vestido de choni con un corsé tan apretado que podría llamarse «no me cabe una aceituna».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.