«El aeropuerto de San Sebastián tiene capacidad para dar servicio a más de ocho conexiones»

–Las cifras de pasajeros de mayo en el aeropuerto de Hondarribia mejoraron las del mismo mes de 2019. ¿Este año se superarán las cifras prepandemia?

–No se puede asegurar eso, pero sí que las cifras de este año se acercarán a las de 2019. Estimamos que se situarán a caballo entre las de 2019 y 2018.

–¿Sin llegar a mejorarlas?

–En principio no está previsto que se vayan a superar, será difícil. De hecho, en el conjunto de Aena se prevé alcanzar en torno a un 80% de las cifras de 2019. El aeropuerto de San Sebastián mejorará ese porcentaje.

–El aeródromo contará este verano con la oferta de vuelos comerciales más alta de su historia, con conexiones directas a Madrid, Barcelona, Canarias, Mallorca, Menorca, Sevilla y Málaga, y pronto se unirá Londres. ¿Eso no puede hacer que las cifras se disparen?

–Puede hacerlo, pero dada la trayectoria que se ha llevado hasta ahora, no parece probable. El primer trimestre del año, con la variante Ómicron del Covid, las ocupaciones de los aviones fueron bajas y esa desventaja es difícil levantarla el resto del año, por más que sumes destinos. En cualquier caso, será un buen año porque nunca antes habían coincidido simultáneamente ocho rutas en este aeropuerto.

–El sábado se estrenará la ruta con London City, la primera internacional de este año. ¿Qué supone para Gipuzkoa?

–En 2016 y 2017 ya hubo una conexión con el aeropuerto de Luton, cercano a Londres, que fue un éxito. Esta ruta supondrá la llegada de más turistas en periodo veraniego a nuestro territorio, lo que puede hacer que se conozca más y sea un incentivo para el desarrollo económico.

–¿Esta conexión londinense está pensada más para atraer turistas británicos que para viajeros guipuzcoanos?

–Toda conexión necesita tener sentido en ambas direcciones, tanto del turismo que pueda llegar como del que se pueda generar desde Gipuzkoa.

–¿Este verano aún podría haber alguna conexión de última hora?

–No es probable por las fechas en las que estamos ya.

–¿En qué quedaron las negociaciones para nuevos destinos? Se habló de la opción de Ibiza...

–Todas esas negociaciones las llevan a cabo las instituciones de promoción turística y son ellas las que deben explicarlas, pero ya es difícil que se añada una conexión adicional.

–¿Podría ser de cara a 2023?

–No me puedo aventurar a decirlo... Son esas instituciones de promoción turística las que tienen los datos de primera mano, aunque trabajamos conjuntamente en muchos aspectos. Ambas partes solemos ser bastante cautas a la hora de anunciar los destinos hasta que no están totalmente cerrados. Nosotros, como Aena, gestionamos el aeropuerto y lo promocionamos en las ferias de rutas aéreas, pero la promoción del territorio es responsabilidad de la sociedad Ortzibia y son ellos los que tratan con las aerolíneas para promocionar nuevas líneas.

–Este aeropuerto siempre se ha considerado pequeño, pero ¿tendría capacidad para dar servicio a más de ocho conexiones?

–Sí, seguro que sí. Por capacidad en estos momentos no hay ningún problema, todo lo que se pudiera incorporar en los próximos años podría ser asumido por las instalaciones existentes.

–¿La alta oferta actual ha tensionado alguno de los servicios?

–En general, no. Y cuando hemos detectado que se ha producido algún tensionamiento, hemos redimensionado ese servicio para poder atender la demanda.

–¿Se cumplen los horarios?

–Sí, no está habiendo problemas en ese sentido.

–En las últimas semanas ha habido algunas cancelaciones, sobre todo en las vuelos de Iberia con Madrid. ¿A qué se deben?

–Hay que tratar con mimo cualquier cancelación porque supone un trastorno para los usuarios, pero desde el punto de vista numérico y porcentual, las cancelaciones son realmente bajas. Generalmente se dan por problemas puntuales, como los meteorológicos o técnicos. Pero no hay un problema incipiente con ninguna de las rutas, tampoco con la de Madrid.

–Hace años había dudas sobre la viabilidad de este aeropuerto. Ahora el mensaje apunta más hacia la expansión de rutas y viajeros. ¿Qué ha cambiado?

–Estamos en un buen momento porque han evolucionado para bien dos cosas. Primero, se percibe un mayor grado de cohesión de las instituciones públicas en promocionar el aeropuerto y, sobre todo, una situación económica general que ha favorecido que la sociedad tenga un nivel adquisitivo suficiente para volar. Pero, precisamente por eso, ahora mismo hay muchas incertidumbres sobre el futuro, porque todos los indicadores apuntan a que la situación económica va a empeorar en los próximos meses, por lo que nos mantenemos a la expectativa.

–Si la economía empeora, ¿el tráfico aéreo se resiente?

–Suele ser un indicador muy sensible, tanto de las épocas de bonanza como de las de crisis. Si la economía empeora, los ciudadanos muchas veces reducen sus posibilidades de viajar. Todo es una cadena y, en los próximos años, parece probable que puede haber un ajuste en la demanda.

–Los combustibles no paran de subir en las gasolineras. ¿Se encarecerán también los billetes de avión?

–A corto plazo no, porque las compañías cierran acuerdos con los operadores petroleros con un precio a largo plazo. Pero, claro, si el precio de los combustibles sigue disparado durante meses, acabará impactando en el precio del combustible para aviones.

–¿Este verano ya no subirán?

–No, sería más adelante. En lo que queda de año no se prevé una subida de los precios de los billetes.