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Las jaulas de engorde de atún rojo comenzarán a instalarse frente a Getaria la próxima semana
Se trata de una primera fase de este proyecto piloto y se espera que sea en primavera cuando empiece el engorde de los primeros 50 ejemplares
El proyecto para recuperar la pesca de atún rojo en el Cantábrico comenzará su andadura la próxima semana, como muy tarde la siguiente, según las ... condiciones meteorológicas, cuando comiencen a instalarse a 3,688 millas del puerto de Getaria dos jaulas sumergibles destinadas al engorde de la especie. La iniciativa, presentada este martes por Itsasbalfegó, empresa creada por el centro tecnológico AZTI y la catalana Balfegó, plantea capturar atún rojo vivo mediante artes de cerco en colaboración con la flota pesquera vasca.
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Con la instalación de las jaulas se pondrá en marcha una primera fase en la que la instalación se testará con pruebas hidrométricas y de anclaje durante los meses de otoño en invierno para valorar su flotabilidad, capacidad de inmersión y resistencia frente a los fenómenos meteorológicos adversos del Cantábrico. Será en verano de 2025 cuando en una segunda etapa empezará el engorde de 50 atunes rojos, con el fin de valorar su comportamiento y comprobar la viabilidad técnica y económica del proyecto. Si todo sale como esperan los promotores de la iniciativa, en 2026 se instalarán más jaulas, dependiendo de la cuota de pesca destinada a engorde. La idea es que en un futuro próximo se instalen seis o siete jaulas permanentes en las que se capturarán más de 1.100 toneladas de atún rojo.
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«El principal desafío será determinar si es viable utilizar el arte de cerco para la pesca del atún rojo en el golfo de Bizkaia. Si se logra y, posteriormente, el engorde en jaulas tiene éxito, este proyecto podría tener un impacto muy positivo en la economía y sociedad vasca, permitiendo revalorizar las cuotas de pesca, mejorar la calidad del producto y optimizar la gestión pesquera», ha afirmado Juan José Navarro, director adjunto de Balfegó, durante la presentación del proyecto en la cofradía de pescadores de Orio.
La cara visible de las jaulas es un gran flotador circular de 50 metros de diámetro que se mantendrá a flote en condiciones normales. La instalación quedará completada por los anclajes al fondo marino, a cien metros de profundidad, y una malla que contendrá a los atunes. Todo el conjunto alcanzará una profundidad de unos 40 metros.
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Las severas condiciones del Cantábrico, poco favorables al desarrollo de la acuicultura, han obligado a los autores del proyecto a idear una novedosa solución para capear posibles temporales. Para sortear la acción del oleaje, las jaulas, a las que se les colocará una cubierta, podrán sumergirse unos 50 centímetros, lo suficiente para que los túnidos queden protegidos de las turbulencias de la superficie. La inmersión se llevará a cabo introduciendo agua de mar dentro del flotador que rodea el perímetro de cada jaula. Cuando lo peor haya pasado, se inyectará aire a presión en el flotador para que la instalación ascienda.
Cuanto las jaulas comiencen a funcionar, los atunes serán atrapados vivos a cerco por barcos de la flota vasca. Una vez en su interior, los ejemplares serán alimentados exclusivamente con pescado azul, la misma dieta que ingieren estos peces en libertad. El proyecto, que tiene un presupuesto de dos millones de euros, supone «una oportunidad» para el sector pesquero vasco, según ha afirmado Norberto Emazabel, presidente de la Cofradía de Hondarribia. «No es fácil para nosotros cambiar de la caña al cerco, pero no podíamos perder esta oportunidad. No sabemos como va a ir la pesca en el futuro, por lo que tenemos que estar dentro del proyecto, los trenes no pasan dos veces», ha dicho.
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