Historias de Gipuzkoa

La lista de los guipuzcoanos proscritos

Las autoridades prepararon en 1528 un listado de los hombres y mujeres que debían expulsar del territorio: el informe de Martín Martínez de Echezarreta

Ana Galdós Monfort

Historiadora

Jueves, 16 de febrero 2023

Entre mayo y julio de 1528, más de cien personas denunciaron la presencia de conversos y moriscos en localidades guipuzcoanas. Muchas de ellas dijeron conocer ... a estas personas, otras aseguraron que se habían casado con gente de la Provincia. Todas ellas informaron sobre los nombres, profesiones y descendencia de las personas de origen judío y musulmán. Con sus datos, las autoridades prepararon un listado de los hombres y mujeres que debían expulsar de Gipuzkoa.

Publicidad

En los hidalgos, en los 'hijos de algo', no corre sangre judía ni musulmana ni turca ni agote, de ahí que quisieran expulsar a los conversos y moriscos

El listado había sido una idea de las Juntas Generales. En realidad, lo que los junteros querían era que se cumplieran dos órdenes reales: una firmada por la reina Juana I de Castilla en 1510, y otra firmada en 1527 por su hijo Carlos. Según estas reales órdenes ningún descendiente de judío, musulmán o turco podía residir en la provincia. Lo cierto es que a las Juntas estos documentos le venían muy bien, pues llevaban tiempo trabajando para conseguir la hidalguía universal. Sin embargo, tenían un serio problema: en los hidalgos, en los 'hijos de algo', no corre sangre judía ni musulmana ni turca ni agote, de ahí que quisieran expulsar a los conversos y moriscos.

De esta forma, la Provincia contrató a tres escribanos para que fueran de localidad en localidad interrogando a las personas «más honradas» de Gipuzkoa sobre la presencia de conversos, moriscos y de otras «malas razas». Al mismo tiempo, ordenó a los alcaldes de las villas y de las aldeas que eligieran a las personas que los escribanos debían interrogar. Al fin y al cabo ellos eran los que mejor conocían a sus vecinos. Por desgracia, de los tres informes que los escribanos redactaron solo se conserva uno, el de Martín Martínez de Echazarreta, un documento que se puede consultar en el Archivo General de Gipuzkoa.

Fragmento de La mulata de Diego de Velázquez.

Durante un mes y medio, Echazarreta recorrió 32 localidades para interrogar a más de cien personas. El 21 de mayo, el escribano comenzó su informe en Hondarribia, de ahí pasó a Irun, después fue a Oiartzun, Renteria, Pasaia, Donostia, más adelante viajó a Hernani, Tolosa, Villabona y continúo hacia el sur. Por último, el 1 de julio, visitó Beasain. Allí terminó la investigación que le habían encargado.

Publicidad

El listado de Echazarreta, que incluía las reales órdenes y el juramento que los testigos habían hecho delante de la cruz, ocupaba ochenta folios. En el listado, además de personas conversas y moriscas, aparecía el número de forasteros de origen dudoso, así como los agotes. Un navarro, un castellano, un gallego, un irlandés o un francés podían ser sospechosos de descender de un linaje desconocido, de no ser «hijos de algo», de manera que también tenían que estar en el listado.

Algunos nombres

Miguel de Cardona era un nombre de los de la lista. Había llegado a Hondarribia como criado del alcaide Juan de Ganboa. Sus padres eran musulmanes, pero él se convirtió a la fe católica. En Hondarribia se casó con María Sánchez de Primaot, una mujer que procedía de un familia muy arraigada en la villa, con quien tuvo dos hijas. Miguel era inconfundible: su pelo rizado, sus labios gruesos y su piel negra lo delataban como morisco.

Publicidad

María y Catalina tampoco pasaban desapercibidas. La primera había llegado a Ordizia como esclava de Lope de Múgica. Tras varios años a su disposición, consiguió la libertad. A Catalina, un vecino de Beasain la compró en Castilla. Más tarde su dueño la liberó, después se casó con un hombre de la tierra con quien tuvo tres hijas y dos hijos. María y Catalina eran negras y moriscas, de ahí que estuvieran señaladas.

Representación de una mujer morisca y un hombre morisco según Christoph Weiditz (siglo XVI).

Otras dos mujeres que aparecen en la lista son Madalena y Catalina de San Vitor. Ellas eran hijas de un mercader de origen judío y de una descendiente de la casa Txipres de Renteria. Las dos hermanas vivían en Oiartzun donde se habían casado y habían formado sus familias, aun así había que expulsarlas: eran descendientes de un judío converso.

Publicidad

En Segura, los informantes delataron a Martín de Segura, un antiguo esclavo de Juan Íñiguez de Aurgazte. A continuación, explicaron que su dueño lo había liberado y que después se había casado con una mujer de Idiazabal. También mencionaron que en casa de Juan Vélez de Guevara vivía una esclava liberada y una hija de esta. A pesar de que estaban bautizadas por la Iglesia católica, ellas tenían que estar en la lista: eran moriscas.

A veces, las acusaciones eran dudosas. En Hondarribia, por ejemplo, varias personas aseguraron que el bachiller Juan Núñez de Palencia era de origen judío. En sus explicaciones afirmaron que el padre y abuelo de Núñez eran conversos. Sin embargo, Núñez desmintió la denuncia. Según él, la acusación no era viable, pues su difunto padre había sido juez, una profesión que exigía ser hidalgo, es decir, no tener sangre judía. Después añadió que sus rivales habían inventado la acusación. Finalmente, la Provincia no logró averiguar quién decía la verdad.

Publicidad

Tres meses para marcharse

Tras la redacción y entrega de los informes, el siguiente paso era la expulsión. No importaba que tuvieran casa, profesión, hijos o amistades: en un plazo de tres meses debían doblar sus trajes, embalar sus muebles y salir de Gipuzkoa. Ahora bien, la Provincia tuvo un gesto amable con las mujeres: todas aquellas casadas con conversos y moriscos podían quedarse. De manera que ellas tuvieron que elegir entre permanecer con sus hijos o abandonar su tierra, y alejarse de sus padres, hermanas y otros parientes. De poco les sirvió haber sido las artífices de integrar a los conversos y moriscos en esas localidades.

Sin embargo, todo parece indicar que entre el deseo de la Provincia y la realidad hubo una diferencia. Según unos informes que se redactaron años más tarde, algunas de estas personas no llegaron a marcharse nunca. Sin duda, estos matrimonios mixtos no estaban dispuestos a dejar su casa y comenzar de cero en una tierra desconocida.

Noticia Patrocinada

Con todo, las personas que se quedaron tuvieron que vivir con el miedo de ser descubiertas y expulsadas por las autoridades. De hecho, cada cierto tiempo, la Provincia encargaba nuevas investigaciones para saber quiénes podían desmantelar su idea de hidalguía universal. A lo largo del siglo XVI y parte del XVII, los listados se sucedieron. En ellos no solo se repetían algunos nombres, sino que aparecían algunos nuevos. Tal vez, nadie los había delatado en anteriores averiguaciones, tal vez llegaron más tarde.

Fragmento de la declaración de uno de los testigos.

Este es el caso de Cristóbal de Sevilla, un soldado de la fortaleza de Behobia. Su nombré apareció en una lista de 1563. Cristóbal llevaba 35 años viviendo en Irun, donde se había casado con María Esteban de Ibargoien, hija de un clérigo de la localidad. El matrimonio le permitió a Cristóbal integrarse en Irun, aunque, al igual que le había ocurrido a Miguel de Cardona, a Catalina o a María, su tez negra lo delataba como posible morisco. De hecho, de él decían que era «más negro que los negros de Guinea».

Publicidad

Así bien, a pesar de que la Provincia quería evitar que la gente de la tierra se mezclara con personas moriscas o conversas, no siempre lo consiguió. María Esteban de Ibargoien, María Sánchez de Primaot, la descendiente de la casa Txipres y muchas otras mujeres que se citan en los informes son una muestra de ello. A estas mujeres no les importaba el color de la piel ni la ascendencia de sus maridos, y quisieron que sus hijos e hijas vivieran en la localidad donde habían nacido. Si bien, siempre estarían señaladas, ninguna de ellas quiso abandonar su tierra natal, el lugar donde habían formado una familia.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad