¡Feliz 1975 con ostras y angulas!
Viajamos cincuenta años atrás para revisar la amplia oferta guipuzcoana de cenas de Nochevieja y cotillones para despedir 1974
Cambiar de año bien es importante. Hace cinco décadas, muchos guipuzcoanos pasaron de 1974 a 1975 en cenas de Nochevieja y cotillones bailongos. El dictador ... Franco estaba debilitado y aquella sería la última Nochevieja con él en vida. Llama la atención la amplísima oferta de fiestas de fin de año que se anunciaban en las páginas de DV los últimos días de 1974. Curioseamos entre ellas y recordamos así los establecimientos de ocio y restauración que destacaban hace cincuenta años.
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Empezamos con un clásico, el Club de Tenis. Para entrar en el año 1975 dentro de sus instalaciones había que ponerse «traje»…
Se nos activa el paladar al imaginar el sabor de aquella «langosta Bellavista».
Si viajásemos en el tiempo cincuenta años atrás y cenáramos en el Mirador de Ulia, elegiríamos angulas en la disyuntiva del menú entre «angulas de Aguinaga o langostinos dos salsas»…
¿Se han fijado de que aparecían por allí las típicas «sopas de ajo» para recuperar fuerzas en la marchosa madrugada?
En otra página de EL DIARIO VASCO de finales de 1974 aparecían los menús de dos clásicos restaurantes donostiarras, lo cuales, por cierto, incluían ostras entre sus platos.…
Si les ha sorprendido lo de la «brigada» de Paco Centeno en el Akelarre, recuerden que el restaurante que compartía edificio con la discoteca Ku abrió sus puertas en 1970 y primero tuvo al frente de su cocina a Marcelo Gárate y Paco Centeno, hasta que precisamente en el año 1975 llegaría Pedro Subijana y empezaría otra historia.
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Se habrán fijado que los anuncios de las cenas de fin de año no incluían sus precios. Había que telefonear para descubrir lo que costaba aquella noche especial. Sin embargo, entre las inserciones publicitarias de 1974 había una, con angulas y confit de canard en el menú, que sí informaba de su tarifa…
Costaba 1.200 pesetas cenar en Nochevieja en el desaparecido restaurante Guria. Eso sí, la comida estaríariquísima pero había que aguantar la aparición de una tuna.
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Pasamos de las cenas a los cotillones. El más internacional de la Nochevieja guipuzcoana de 1974-75 era el de La Perla, con actuaciones en directo procedentes de España, Polonia, México y Filipinas…
El cava Codorníu estaba entonces en la cresta de la ola. También lo tomaron en el cotillón de una modernísima sala de fiestas que había abierto recientemente en la donostiarra calle Fuenterrabía…
Han leído bien la promesa: «¿Quiere sentirse inmensamente feliz la última noche de 1974?». El Drugstore marcaría una época en la noche donostiarra, aunque la discoteca más deseada ya era la antes mencionada Ku de Igeldo…
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Por cierto, que el menú del Gurutze-Berri parecía todavía más largo de lo que era porque cada plato aparecía en castellano y francés.
La oferta de aquella Nochevieja para recibir 1975 parecía no tener fin. Nos despedimos con dos últimas opciones, mover el esqueleto y tomar turrón en la discoteca Penny Lane de Errenteria, o cenar antes de bailar al son de una orquesta en el restaurante Galarreta Jai-Alai…
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