La calle de la memoria guipuzcoana

«Encontró la pierna cercenada»

Hace cincuenta años se produjo un «extraño y grave accidente en Gainchurizketa»

Mikel G. Gurpegui

San Sebastián

Miércoles, 20 de noviembre 2024, 06:35

En 'La calle de la Memoria guipuzcoana» de hoy nos metemos entre sucesos. Evocamos dos accidentes que ocurrieron en las carreteras guipuzcoanas hace cincuenta años, ... en noviembre de 1974, y que contaron en EL DIARIO VASCO en el estilo periodístico de entonces.

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El primer siniestro, ocurrido en el casco urbano de Tolosa, provoca especial pena por afectar a dos miembros de una familia, la abuela y una nietita de siete años de edad…

Noticia publicada el 19 de noviembre de 1974 en DV.

Según explicó el corresponsal Goñi, «coincidió que en el mismo momento que el camión arrancaba para salir a la carretera general y situarse en dirección a Madrid, la infortunada señora, que llevaba a su nieta en un pequeño coche de mano, se encontraba intentando cruzar la calle Oria, frente al camión. Según parece, el conductor no se percató del hecho y con su vehículo arrastró durante varios metros a abuela y nieta, hasta detenerse ya en la carretera general o calle San Francisco».

La niña murió en el acto y la abuela, camino el hospital. Lógicamente, «la circunstancia especial de esta tragedia que afecta por partida doble a una familia muy apreciada en Tolosa ha producido enorme impresión en el ámbito local».

Eterno punto negro

En 2024, los vecinos se siguen quejando de que la GI-636, la carretera del alto de Gaintxurizketa, sea un punto negro para el tráfico, en el que se producen muchos, demasiados, accidentes graves. Pues hace cincuenta años, por desgracia, ya era así. Fíjense en la noticia que apareció hace medio siglo…

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Un joven de Mendelu que se dirigía en moto en dirección a Donostia fue probablemente arrollado «por algún vehículo cuyo conductor se daría a la fuga». Lo contaban a través de la perspectiva del taxista que halló su cuerpo.

«Un taxista de Irún –cuyo nombre desconocemos– que se dirigía también a San Sebastián llevando un cliente, vio en Gainchurizquieta, a la izquierda, un cuerpo inerte. El taxista descendió de su vehículo y levantó al joven en brazos: comprobó que al joven le faltaba una pierna; el taxista –que tuvo un ejemplar comportamiento– encontró la pierna que había sido cercenada del cuerpo casi en el centro de la carretera. Del cuerpo del joven manaba sangre a raudales».

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El viajero, desmayado

La situación era enrevesada, y más para un hombre que tuvo que situarse rápidamente y resolverla con resolución y sin ayuda.

«El taxista hizo lo posible por realizar un 'torniquete' con vendajes, con el fin de acoplar la pierna y zanjar la hemorragia, pero las cosas se le complicaron al hombre, porque ante aquel espectáculo, el viajero del taxi se desmayó. El taxista pudo, por fin, introducir al herido en el vehículo y trasladarlo lo más rápidamente que le fue posible a la Residencia de San Sebastián. El estado del joven es muy grave».

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