La odisea de una guipuzcoana en Madrid: vídeocasting en Tik Tok para encontrar piso
Lucía ha iniciado un máster en la capital de España, donde los estudiantes que buscan un alquiler se agrupan a través de redes sociales
Las dificultades para encontrar un piso de alquiler no son exclusivas de Gipuzkoa. La crisis afecta a todo Euskadi y al conjunto de España, con puntos en los que se reproducen situaciones tanto o más extremas como las que se suceden en Gipuzkoa.
Es el caso de Madrid, adonde van numerosos guipuzcoanos a estudiar y trabajar y que, como en casa, viven verdaderas odiseas para hallar alojamiento. Muchas veces con la angustia añadida de ver cómo van pasando los días y las semanas y se acerca la fecha en que deben empezar su curso o en su puesto de trabajo sin haber encontrado aún un lugar donde establecerse.
Así le ha ocurrido a Lucía Maté, una joven de Astigarraga que, tras finalizar la carrera de Ingeniería, este mes ha comenzado un máster en la capital de España. Comenzó la búsqueda de piso en julio, consciente de que necesitaría tiempo para hallar una vivienda que le convenciera pero que tampoco precisaba anticiparse en exceso. A diferencia de en Gipuzkoa, explica que en Madrid «los pisos no se apalabran o reservan para septiembre, aunque seas estudiante. Cuando encuentras uno, o lo alquilas al momento o se lo llevan otros». De hecho, es lo que ha tenido que hacer ella. Aunque no ha empezado el máster hasta septiembre, ha tenido que pagar también el mes de agosto para asegurárselo.
A sus 23 años, se maneja sin problemas en las redes sociales, que son las que le han permitido lograr su objetivo. «Hay grupos de whatsapp de gente que busca piso, habitación, compañera para completar una vivienda... En el que estaba yo éramos más de 200 personas».
Y es que otra diferencia del 'modus operandi' del mercado del alquiler en Madrid respecto a Gipuzkoa es que «aquí no sirve que una persona alquile el piso, se haga responsable y luego se encargue de buscar las compañeras para completar las habitaciones. Se exigen los datos y avales de cada uno de los ocupantes. Eso obliga a los candidatos a una vivienda a juntarse previamente y formar grupos de 3, 4, 5 o cuantas personas se requieran para ocupar el inmueble.
Es lo que hizo Lucía, que conoció a las que hoy son sus dos compañeras a través de Tik Tok y whatsapp. Entre las tres optaron a un apartamento de «unos 70 metros cuadrados» y tres habitaciones en el barrio de Chamberí, por el que pagan 1.900 euros más gastos. «Salimos a unos 650 euros al mes cada una. No lo vale, pero si no somos nosotras se quedan el piso otros».
Las conoció porque «subí un vídeo a Tik Tok anunciando que buscaba compañeras para un piso en Madrid. Es una especie de vídeocasting, una primera presentación, en la que tienes que dar buena vibra a otras aspirantes a un alquiler para que puedan contar contigo para formar grupo». Una suerte de marketing personal al que se añaden posteriores 'entrevistas de compañera' al estilo de las laborales.
Su vídeo de Tik Tok tuvo «34.000 visualizaciones», entre ellas las de sus dos compañeras, que tampoco se conocían. «Me contactaron cada una por separado, pero no les hice caso porque tuve un montón de contactos, Finalmente ellas se conocieron y cuando pusieron en el grupo de whatsapp que buscaban una tercera persona, yo las contacté. Así hemos sido capaces de encontrar el piso».