Productores y baserritarras, ojo avizor

El sentir general entre productores y baserritarras es que «ha habido otros momentos con más motivos para estar preocupados por la gripe aviar que ahora, y nunca ha habido un problema». Se refieren sobre todo a los casos registrados en Iparralde y Las Landas. «Hemos tenido el virus a 40 kilómetros de la frontera, con años en los que se han sacrificado miles de aves en Francia, así que ahora mismo no hay motivo para la alarma», trasladaban este viernes desde una de las principales explotaciones de Gipuzkoa. En otra instalación del Goierri recordaban que «se trata de un caso aislado, de un buitre que no sabemos de dónde ha venido y está controlado», aunque antes contagió a otro ejemplar de la misma especie con el que tuvo contacto en el centro de recuperación de fauna silvestre Arizmendi, en Urnieta, al que fue evacuado el pasado día 1.

En la más de media docena de granjas guipuzcoanas consultadas este viernes transmitían opiniones similares. El pasado lunes, el Gobierno Vasco, a través del departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, mantuvo una reunión informativa con los principales productores, en la que «nos instaron a mantener unas medidas de prevención con las que ya habíamos convivido en otros momentos». En resumen, que estén «ojo avizor por si apreciamos algún caso y que reforcemos las medidas de bioseguridad, como que aves y comederos no estén en contacto con aves silvestres y con personas ajenas, o darles agua de depósitos controlados. La Diputación nos ha dicho algo parecido».

En caso de que se detectara alguna infección en una instalación, deberían ser sacrificadas todas las aves, con el consiguiente perjuicio económico. «Sería un fastidio grande, pero no puedes estar pensando en algo así, porque nunca ha ocurrido y sería un sinvivir», afirmaba una granjera. En esta línea, otro productor se mostraba «más preocupado por no poder tener las gallinas al aire libre todo lo que nos gustaría, porque venimos de un confinamiento y estar demasiado tiempo en la nave afecta al desarrollo natural del pollo».

La precaución sugerida desde las instituciones no se limita solo a las granjas avícolas, sino a todas las personas que posean aves de corral ya sea en el caserío o el jardín de casa. A Javier, con una veintena de gallinas en Oinatz (Azpeitia), no le inquieta que el buitre contagiado fue hallado relativamente cerca, entre Azpeitia y Beasain. «A saber de dónde venía y si bajó en esta zona de casualidad por la fatiga». Este hombre mantiene a sus aves «en un recinto al aire libre. Si enfermaran las sacrificaría pero el daño sería pequeño». En Berastegi, Juanito –con 25-30 aves– y Amparo –con 8– permanecían «tranquilos». «A ver –puntualiza ella–, el coronavirus parecía una cosa que se iba a quedar en China, y llegó. Quién sabe qué puede pasar pero no veo motivo para la alarma».