El Gobierno tardará «bastantes meses» en retirar los residuos y no sabe dónde llevarlos
Se reanuda con excavadoras la búsqueda de los dos desaparecidos en el derrumbe
Excavar, trasladar y volver a depositar los residuos del vertedero destruido en Zaldibar a un nuevo emplazamiento seguro supondrá una labor de «bastantes meses». Así ... lo afirmó ayer la viceconsejera de Medio Ambiente del Gobierno Vasco, Elena Moreno, tras una reunión que mantuvo en el Ayuntamiento de la localidad con el alcalde, los geólogos y los técnicos que coordinan el rescate de los dos operarios desaparecidos en el derrumbe del jueves, un encuentro al que también asistió el viceconsejero de Seguridad, Josu Zubiaga. Según explicó Moreno, se va a estudiar si los vertederos vascos tienen capacidad para depositar estos restos o habrá que trasladarlos a otras comunidades. Esta operación solo se abordará cuando concluya la segunda fase de la búsqueda de Joaquín Beltrán y Alberto Sololuze, los trabajadores sepultados por el alud de desechos, y que se inició ayer por la mañana, después de concluir la primera fase «sin resultado positivo». Se refería así a la búsqueda desde superficie, iniciada en un primer momento «pensando que pudieran estar cerca y que los perros pudieran detectarlos para poder actuar a mano».
Agotada esta vía, se «va a continuar con la segunda fase, en una determinada zona» en la que hay alguna posibilidad de hallarlos a partir de lo que se sabe de su posición «en el momento en el que se produjo el incidente». Desde ayer se trabaja con excavadoras, «para poder hacer una excavación de más profundidad y ver si se consigue» encontrarlos. Pero siempre «con una limitación importante: la seguridad de los operarios, ertzainas, bomberos y trabajadores de empresas privadas» que participan en las labores de búsqueda. Porque los geólogos han advertido que la ladera sobre la que han quedado los residuos derrumbados «es inestable». «Si esa fase acabara sin resultado positivo, y esperemos que no sea así, entraríamos en una tercera fase que tendría que ver con la estabilización completa de la ladera y las labores que Medio Ambiente marque que hay que hacer de vaciado», añadió Zubiaga. «Una vez hecho el proyecto de obra, esas labores también se utilizarían para seguir buscando a estas personas», concluyó.
Minimizar el riesgo
También tocará ocuparse del traslado de los desperdicios. La viceconsejera de Medio Ambiente, Elena Moreno, avanzó que «habrá que vaciar y trasladar todo ese volumen de residuos, tratar de sacarlos cuanto antes de allí y minimizar el riesgo que suponen». Respecto a su futuro lugar de depósito, explicó que se comenzará por comprobar «la capacidad de los vertederos que tenemos en nuestro entorno». Si no fuera suficiente, «tendríamos que llevarlos fuera», a otras comunidades. «Pero creo que vamos a ser capaces de poder cubrir» la necesidad «con los vertederos que están autorizados aquí y por supuesto bajo todas las medidas de seguridad».
Esta labor requerirá de partida «un peritaje muy bueno de la situación del vertedero. Ya hemos movilizado a unos peritos expertos en vertederos y en este tipo de situaciones», añadió. A partir de este análisis, habrá que «realizar un proyecto y un plan de excavación correcto, lo que no va a ser cosa de dos días, nos va a llevar bastantes meses», subrayó. Habrá que determinar además «la responsabilidad de su ejecución y de su coste. Pero nosotros ya estamos trabajando en ello, intentando anticipar los pasos a dar».
Sobre la existencia de agentes contaminantes en los residuos que almacenaba el vertedero, Moreno confirmó la presencia de amianto, para cuyo depósito la empresa propietaria «tenía permiso. Otra cosa son los bulos que están rodando sobre otros contaminantes», lanzó, en referencia a la hipotética presencia de lindane en la escombrera, que había sido afirmada ayer por una asociación ecologista.
La viceconsejera precisó que se está monitorizando las calidades del agua y del aire en la zona y que los datos obtenidos entran dentro de los niveles normales.
Un helicóptero hace 21 descargas de agua para controlar el fuego
Los bomberos mantuvieron ayer «confinado y controlado» el incendio declarado en lo alto del vertedero, después de que un helicóptero solicitado a Emergencias de Cantabria hiciera 21 vuelos de descarga de agua –21.000 litros en total– sobre la zona, según confirmaron en la Diputación de Bizkaia. La actuación de la aeronave de la comunidad vecina fue solicitada por los bomberos ante la imposibilidad de acceder con sus vehículos y equipos de extinción hasta el foco por vía terrestre.
El fuego se originó en la tarde del pasado viernes de forma espontánea en la zona superior de la escombrera hundida. En su comparecencia, la viceconsejera de Medio Ambiente señaló que este tipo de incendios «son muy habituales en los vertederos a causa de las emisiones de metano» e indicó que estaba bajo control.
En cuanto a la inestabilidad del terreno, sigue siendo el principal freno de las labores de rescate y desescombro. Fue esta circunstancia la que obligó a suspender el operativo en el que estaban tomando parte la sección de montaña de la Ertzaintza, la unidad canina, drones de la Policía vasca, efectivos del cuerpo de bomberos y geólogos, que ayer se dedicaron a realizar análisis para poder reactivar la búsqueda de los dos hombres, que se realizará siempre con su supervisión.
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