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El primer mapa de Gipuzkoa
Cartografía ·
El primer plano del territorio, uno de los más cartografiados de la península por su condición fronteriza, forma parte de un atlas holandés de 1578Se titula 'Nova exactissima descriptio nobilis provinciae Guipuscouae in partibus Hispaniae sita' y es el primer mapa de Gipuzkoa del que se tiene constancia. Lo ... dibujó Gerard de Jode, un grabador, cartógrafo y editor holandés que editó en 1578 el atlas 'Speculum orbis terrarum' en un intento de aprovechar el camino que había abierto ocho años antes su compatriota Abraham Ortelius con su publicación 'Theatrum orbis terrarum', considerado el primer atlas moderno y también el primer superventas de la historia de la cartografía. «Los holandeses hicieron de la elaboración y edición de mapas una industria y la monopolizaron durante buena parte de los siglos XVI y XVII», apunta el historiador y geógrafo Javier Marichalar, que trabaja desde hace meses en una tesis doctoral sobre mapas antiguos de Gipuzkoa que luego se convertirá en un libro.
Lugares como San Sebastián y Hondarribia habían sido cartografiados de forma individual con anterioridad al plano de De Jode. «Hay que tener en cuenta -reflexiona Marichalar- que tanto Hondarribia como Donostia eran las plazas militares más próximas a Francia, que antes de la llegada de los Borbones al poder era el enemigo por excelencia de la Corona española, y tenían por tanto una importancia estratégica fundamental, lo que explica que se hiciesen planos específicos tanto de esas dos localidades como de Pasaia, que era el principal puerto castellano a las puertas de la frontera». La primera representación cartográfica de San Sebastián es de 1529, casi medio siglo antes que el mapa de De Jode viese la luz. Se trata de un manuscrito realizado por encargo del emperador Carlos V sobre el estado de las fortificaciones de la ciudad. El documento, depositado en el Archivo General de Navarra, fue incluido en un libro en el que el historiador Marichalar resumió la historia de la capital donostiarra a través de 72 mapas, 'Donostia/San Sebastián: Historia de una cartografía', publicado en 2017 por Fundación Kutxa.
Los mapas tenían en aquella época dos destinatarios principales: militares y marinos. «Para atacar con éxito un lugar era necesario conocer cuáles eran sus defensas», explica el historiador, que añade que esos planos tenían carácter de documentos secretos en la medida en que la divulgación de la información que contenían representaba una importante ventaja para el potencial enemigo. En el otro extremo están las cartas marinas, que resultaban una ayuda indispensable para los navíos que se aventuraban por nuevas rutas. Ello explica que buena parte de los mapas antiguos que se conservan en archivos y museos de Gipuzkoa abunden tanto en las características de las fortificaciones de las poblaciones más estratégicas como en el perfil del litoral marino. A esas dos funciones de las cartas cabe añadir la ornamental, alimentada por la inquietud de una incipiente burguesía enriquecida por el comercio a la que le gustaba estar al tanto de las últimas novedades geográficas -la configuración del mundo cambió por completo tras el viaje de Elcano de 1522- en los mapas exquisitamente ilustrados de la escuela holandesa.
Precisión y escala
El primer plano de Gipuzkoa sorprende por la precisión de la información que contiene. Localidades, ríos y montes aparecen ubicados con una exactitud que dice mucho de la fiabilidad de las fuentes de las que bebió el cartógrafo Gerard de Jode, que obvimente no podían ser muy numerosas teniendo en cuenta que se trata de la primera vez que el territorio era retratado en una carta. Es cierto que Gipuzkoa ya había aparecido en otros mapas anteriores, pero siempre formando parte de la península o de la costa cantábrica, lo que comporta un grado de precisión mucho menor. Trasladar al papel la representación de un territorio tan pequeño obliga a ampliar la escala y a ser por tanto mucho más riguroso en los detalles, una prueba que el cartógrafo holandés pasó con nota.
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También de origen holandés es la segunda representación más antigua que se conoce de Gipuzkoa, incluida en el 'Theatrum orbis terrarum Abraham Ortelli', que fue el primer atlas moderno. Aunque la primera edición de la obra de Ortelius data de 1570, el mapa en el que aparece el territorio forma parte de las sucesivas ampliaciones que el cartógrafo holandés llevó a cabo tras el éxito inicial de su trabajo. Está fechado en 1584 y Gipuzkoa comparte el pliego con las ciudades de Toledo y Cádiz, otros dos enclaves estratégicos del reino castellano en esa época. «Es muy significativo que Gipuzkoa tenga un protagonismo tan marcado en la que fue la obra fundamental de la cartografía europea», indica el historiador Marichalar, que destaca la calidad del trabajo tanto en lo que se refiere a la exactitud de los datos como a la ornamentación de la carta.
Otro de los mapas de referencia del territorio es el elaborado en 1770 por Tomás López para lo que fue el primer atlas de España. A diferencia de otros cartógrafos que acostumbraban a trabajar sobre el terreno, López recababa la información despachando consultas por escrito a las cabeceras de las comarcas que iba a cartografiar. «Hacía interrogatorios y con las respuestas que recibía dibujaba las cartas», precisa Marichalar, que destaca que a pesar de que el atlas tenía errores sustanciales sus planos fueron la principal referencia de los ejércitos francés y británico cuando combatieron en la península durante la guerra de la independencia.
Con el cambio de siglo la calidad de los mapas dio un salto de gigante. Prueba de ello es la representación de Gipuzkoa que se puede ver en el llamado Atlas de Pascual Madoz, que se editó entre 1845 y 1850, un ejercicio de rigor que certifica la evolución de la ciencia cartográfica con planos a diferentes escalas de poblaciones como San Sebastián, Tolosa, Getaria, Oñati o Bergara. El de Madoz es también el primer atlas que representa una por una a todas las provincias españolas nacidas de la división provincial de 1833, que respetó la antigua configuración del territorio vasco.
Redes viarias
El XIX es el siglo de las infraestructuras con la llegada del ferrocarril -la línea Madrid-Irun empezó a funcionar en 1864- y la ampliación de la red de carreteras. Abundan los mapas que recogen las novedades en materia de comunicaciones. Uno de los más completos lo firmó hacia 1870 Antonio Cortázar, el arquitecto autor entre otras muchas obras del Ensanche de San Sebastián, y refleja con precisión las trazas de las redes viaria y ferroviaria de Gipuzkoa, que pasaban entonces por ser las más completas y mejor conservadas de la península.
El siglo XX es la edad de oro de la cartografía. Los avances tecnológicos proporcionan una calidad de edición sin precedentes y se produce una especialización por temáticas. Nacen así los mapas turísticos de la mano de Michelín, que no tardan en ser imitados por otras compañías. La irrupción de la fotografía aérea cambia por completo la forma de hacer los mapas. «Se trabaja sobre las imágenes aéreas, ya no es esencialmente una labor sobre el terreno», puntualiza el historiador Marichalar, que ha dado por cerrada en esta época su proyecto de recopilación de mapas del territorio. En su trabajo de investigación, que le ha llevado a encontrar planos inéditos de Gipuzkoa en lugares tan insospechados como Perú o Estados Unidos, cuenta con el aval de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País y de Kutxa Fundazioa, que tiene previsto editar un libro al respecto. El historiador no se ha puesto un límite temporal para su labor, pero espera que en el plazo de un año pueda ser realidad.
La carta que guió a franceses y británicos
'Theatrum Orbis Terrarum' fue el primer atlas que salió al mercado y también un gran éxito editorial. Es obra del holandés Abraham Ortelius, que por su condición de geógrafo de Felipe II tenía acceso a todos los descubrimientos de España y Portugal. Gipuzkoa aparece representada en una ampliación del atlas que se hizo en 1584 junto a Toledo y Cádiz, dos de las ciudades más importantes de la corona castellana en la época. EUSKAL ITSAS MUSEOA
Junto a Toledo y Cádiz
Este mapa de Gipuzkoa de 1770 forma parte del atlas del cartógrafo Tomás López, el primero que se hizo de España. Aunque contenía bastantes inexactitudes, el atlas fue la principal referencia de los ejércitos francés y británico cuando entablaron combate después de la invasión napoleónica.
El primer plano de Gipuzkoa (1578)
Gipuzkoa había aparecido en otras cartas como una parte más de la Península Ibérica o de la costa del norte de España, pero la primera vez que es representada como provincia individual es en un atlas editado en Amberes el año 1578 por el cartógrafo Gerard Jode. EUSKAL ITSAS MUSEOA
El primer cartógrafo guipuzcoano
Hay que esperar hasta el año 1836 para hallar el primer mapa del territorio hecho por un cartógrafo guipuzcoano, José Joaquín de Olazabal, que además llegó a ser diputado general. Se hace evidente el avance de las técnicas, con un trabajo de campo que da como resultado una precisión y exactitud desconocidas hasta entonces. La carta, que se imprimió en Bayona, está rematada por un escudo de la provincia. También participó Francisco de Palacios. EUSKAL ITSAS MUSEOA
El detallado atlas de Pascual Madoz
A Pascual Madoz, un político navarro que fue el primer veraneante de Zarautz, se debe el atlas que lleva su nombre (1848), el primero tras la división provincial de 1833, y que recopila, además del mapa del territorio, planos detallados y una extensa descripción escrita. FUNDACIÓN SANCHO EL SABIO
Con escudos municipales
En 1850 el cartógrafo José Joaquin Olazabal perfeccionó el mapa de Gipuzkoa que había trazado catorce años antes y le incorporó planos en detalle de algunas localidades, además de los escudos de los principales municipios. Hay también una completa relación de las fábricas del territorio. Gipuzkoa, precisa el autor, tenía entonces 141.752 habitantes. INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL
Gipuzkoa vista por el arquitecto del Ensanche
Además de diseñar el Ensanche de San Sebastián, el puente de Santa Catalina o el mercado de La Brecha, el arquitecto Antonio Cortázar llegó a ser también director de Caminos de Gipuzkoa. En este mapa que trazó hacia 1870 se centra sobre todo en las carreteras y las líneas de tren. SERVICIO CARTOGRÁFICO DEL EJÉRCITO
La importancia de las infraestructuras
El XIX es el siglo de las infraestructuras y eso tiene su plasmación en los mapas, que prescinden de toda ornamentación en aras de la claridad. Un buen ejemplo es esta carta de Gipuzkoa que Juan Segurola Linares dibujó en 1878, centrada también en los trazados de las carretera y el ferrocarril.
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