Gipuzkoa cuenta con 27 iglesias evangélicas, 26 mezquitas, cinco templos ortodoxos y cinco budistas

Según el mapa, el primero de este tipo que se hace en Euskadi, el 69% de la población vasca (1,49 millones de personas) profesan la fe católica o, al menos se declaran pertenecientes a esta religión. La segunda tendencia en cuanto a creencias es la de quienes no figuran adscritos a ninguna religión. 515.771 personas, el 23% de la población, se definen no creyentes. Tras estos dos grupos, a una considerable distancia, se hallan primero los musulmanes, con 89.487 fieles; luego los evangélicos (29.326) y en tercer lugar los ortodoxos (18.964).

Por capitales, quienes profesan la religión islámica tienen mayor presencia en Vitoria (14.114) con una decena de mezquitas, por delante de Bilbao (13.131) que cuenta con seis mezquitas, o Donostia (5.540) que tan solo contabiliza un templo de esta religión.

En lo que se refiere a los evangélicos, su territorio de referencia es Bizkaia. En Bilbao viven 4.095 fieles, en Vitoria 2.969 y en San Sebastián 2.885. En cuanto a sus templos, después de las iglesias católicas esta confesión registra el mayor número de lugares de culto, con cerca de 120 en toda Euskadi. Destacan los 35 de Bilbao y los 19 de Vitoria, mientras que Donostia solo cuenta con siete centros, uno menos que Bermeo o dos menos que Santurtzi, Getxo y Barakaldo. Por el contrario, San Sebastián supera a las otras dos capitales en el número de templos budistas. Tiene cinco, uno más que Bizkaia y cuatro más que Vitoria. [Ver mapa completo en la web de Ikuspegi]

La diversidad va a más y hasta ahora las instituciones vascas carecían de las herramientas legales necesarias para gestionar esta nueva realidad. Para solventar este déficit, el Consejo del Gobierno Vasco aprobará previsiblemente la próxima semana, a propuesta del Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, el proyecto de Ley de Lugares, Centros de Culto y Diversidad Religiosa en la Comunidad Autónoma del País Vasco, cuyo objetivo es proteger la convivencia y el derecho a la libertad religiosa de la sociedad vasca.

Para su cumplimiento, los ayuntamientos deberán actualizar sus planes de ordenación urbanística, ya que, «en función de la disponibilidad del suelo», estarán obligados a reservar espacios para los equipamientos de carácter religioso que necesite el municipio. Asimismo, el documento impide expresamente a los consistorios «actuar con criterios que puedan producir una discriminación directa o indirecta, o una restricción arbitraria».

Además, se regulan otros preceptos relativos a las licencias urbanísticas, la comunicación de apertura de centros de culto y otras autorizaciones de actividad. También se estipula la utilización esporádica de equipamientos y espacios públicos para la organización puntual de algún acto religioso e, incluso se recoge la posibilidad de que los gobiernos locales destinen «lugares, locales o edificios de uso público a fines pluriconfesionales».

La nueva ley deja en manos de los ayuntamientos la responsabilidad de velar por el cumplimiento de las normas, principalmente dirigidas al control de las condiciones técnicas; de la seguridad y salud de las personas, así como de la preservación del medio ambiente. No obstante, su papel en ningún caso podrá ser sancionador, ya que la adopción de medidas restrictivas será competencia de las instancias judiciales si fuera necesario.

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Aziz Messaoudi, presidente de la Federación Islámica del País Vasco, considera que la ley «es buena para regular la apertura de centros de culto y la igualdad entre religiones. Llevamos mucho tiempo trabajando con el Gobierno Vasco y tiene mucho de positivo». «Es bueno que todos los ayuntamientos entiendan que la apertura de centros es un derecho, no un principio que pueden otorgar o no. Con esta ley se pueden evitar la discriminación hacia las religiones minoritarias», dice.

Ampliar

Unai Arretxe, pastor evangélico en el barrio donostiarra de Gros, también cree que se trata de una buena noticia. «La obligación de los ayuntamientos de ceder suelo es algo que se hace en otros lugares, ya era hora de que se hiciera también en el País Vasco, y no solo con la iglesia oficial». «Celebramos lo de proveer espacios públicos, no tenía sentido tener centros de cultura infrautilizados y cuando queremos acceder a ellos tengamos pegas», asegura Arretxe. «Nuestra iglesia está creciendo en Euskadi y tenemos problemas de espacio. La ley va a suponer una oportunidad», añade.