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Gipuzkoa cierra el círculo de las basuras

La incineradora de Zubieta culmina su último trámite administrativo, opera a pleno rendimiento y abre una nueva etapa en la que el territorio es autónomo en la gestión de los residuos

Miguel Ángel Mata

San Sebastián

Viernes, 11 de diciembre 2020, 17:40

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Gipuzkoa ha inaugurado este viernes una nueva época, la de la plena autonomía en la gestión de los residuos. Se acabaron los camiones transportando basura a territorios vecinos. El círculo se cierra cinco años después de la clausura de los vertederos y tras una década de polémicas, enfrentamientos políticos y momentos de crispación social.

El Consorcio de Residuos (GHK) ha hecho entrega esta mañana del acta de inicio de operación de la incineradora de Zubieta y de la planta de tratamiento mecánico-biológico (TMB) anexa a Ekondakin, la empresa que ha construido la instalación y que la gestionará durante 35 años a cambio de un canon anual de unos 24 millones de euros. Era el último trámite que faltaba para dar por iniciado formalmente el régimen de concesión. Es a partir de hoy cuando la Diputación comienza a pagar a la concesionaria, que hasta la fecha ha invertido 217 millones en la construcción y puesta en marcha de la infraestructura.

En la práctica, la incineradora lleva meses operando. Primero en fase de pruebas y desde junio a pleno rendimiento tras recibir del Gobierno Vasco la Autorización Ambiental Integrada. De hecho, Gipuzkoa no exporta basura desde febrero.

Sin vuelta atrás

A pesar de ello, el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano (PNV), y el responsable de Medio Ambiente, José Ignacio Asensio (PSE), no han dudado en calificar de «día histórico» esta jornada, que supone ofrecer una «solución definitiva» a la gestión de la basura. Han recordado que la incineradora comenzó a gestarse en 2008 y que su construcción ha estado envuelta en polémica y problemas. Por el rechazo de una parte de la población y, sobre todo, después de que Bildu paralizase la construcción durante el tiempo que gobernó Gipuzkoa (2011-2015). Una decisión que obligó a multiplicar la exportación de basura al no haber en el territorio la infraestructura necesaria para gestionarla una vez colmatados los vertederos en 2016.

El diputado general ha admitido que «ha habido, hay y seguirá habiendo oposición y contestación» en torno a esta planta y «hay que respetarlo». Pero ha enfatizado que esta oposición «representa a una minoría de la ciudadanía de Gipuzkoa», y «en la medida en que (PNV y PSE) tenemos una representación mayoritaria, aplicamos la voluntad mayoritaria de la ciudadanía del territorio».

Olano ha subrayado que una vez arrancadas todas las infraestructuras del Complejo Medioambiental de Zubieta (plantas de tratamiento mecánico-biológico (TMB), biometanización, maduración de escorias e incineración), con todos los permisos recibidos y los trámites cumplimentados, los opositores «no podrán ya impedir la puesta en marcha» de la incineradora ni su funcionamiento. Se ha mostrado «muy orgulloso y satisfecho» por que el proyecto sea ya una realidad «gracias a un importante esfuerzo institucional y político».

Por su parte, Asensio ha subrayado que «éste es un punto y final a una situación de conflicto que no debía haberse producido jamás», porque las instalaciones de Zubieta fueron diseñadas para prestar «un servicio esencial» a la población. El diputado de Medio Ambiente ha calificado de «infamias» y «falsas» algunas acusaciones de la plataforma GuraSOS y de partidos como EH Bildu y Podemos, contrarios a la incineradora, en torno a supuestas faltas de homologaciones o problemas en la generación de energía. Ha recordado en este sentido que GuraSOS «ha presentado 25 o 30 pleitos y los ha perdido todos», y ha animado a la plataforma a acudir «directamente al juez y no a la Fiscalía» si tiene pruebas de sus afirmaciones. «Es una pena que algunos sigan anclados en mensajes de hace años que la evidencia ha demostrado que son falsos y que no quieran olvidarse de sus meteduras de pata», ha subrayado.

Energía renovable

Tanto Olano como Asensio han destacado que la incineradora, o planta de valorización energética, «es una de las más avanzadas de Europa a nivel tecnológico» y su correcto funcionamiento «está garantizado», dado que la actividad de explotación se llevará a cabo «bajo el control público» de GHK.

Además de permitir el tratamiento de la basura, Asensio ha subrayado que el Complejo Medioambiental de Gipuzkoa supone la superación definitiva de la era de los vertederos y el comienzo de la Gipuzkoa de la economía circular: «Los residuos no volverán a ser enterrados en vertederos, vamos a transformarlos en materias primas y generaremos energía renovable». Y es que durante el proceso, la instalación es capaz de generar, utilizando la basura como combustible, hasta 160.000 MWh al año, suficiente para abastecer de electricidad a 45.000 hogares. Cifras que hacen de la incineradora «la principal fuente de energía renovable de Gipuzkoa«.

La planta de Tratamiento Mecánico Biológico (TMB) tiene por su parte una capacidad total de 162.000 toneladas y gestionará una media de 135.000 toneladas de fracción resto de los residuos urbanos que Gipuzkoa genera al año, recuperando entre un 8 % y un 10 % de los materiales reciclables que vengan mezclados (papel-cartón, envases plásticos, metales férricos, y metales no férricos).

Hasta la fecha, las dos infraestructuras han tratado ya más de 100.000 toneladas de residuo, generando en torno a 4 millones de kWh de energía, de los que el 84% se ha vertido a la red eléctrica. Su actividad ha permitido crea 80 puestos de trabajo directos y 100 indirectos.

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