Gipuzkoa y Bizkaia acuerdan llevar los residuos a la incineradora de Zabalgarbi
Parte de la fracción resto de los guipuzcoanos irá a parar a la planta vizcaína tras el verano y las escorias recalarán en el vertedero de Artigas
Gipuzkoa empezará a enviar parte de sus residuos a la incineradora de Zabalgarbi después del verano. Los departamentos de Medio Ambiente de las diputaciones de Gipuzkoa y Bizkaia han cerrado un acuerdo en virtud del cual Gipuzkoako Hondakinen Kudeaketa (GHK) podrá hacer uso de la planta de valorización energética de Bilbao como solución transitoria a su falta de infraestructuras hasta que estén disponibles las instalaciones del Complejo Medioambiental de Zubieta.
La buena predisposición que desde hace tres semanas han manifestado los dos gobiernos forales para alcanzar un consenso que lograra satisfacer las necesidades de ambas partes ha cristalizado, tras varias reuniones discretas, en un acuerdo que se plasmará en los próximos días en la firma de un convenio.
El diputado guipuzcoano de Medio Ambiente, José Ignacio Asensio (PSE), explicará hoy los términos del pacto sellado con el territorio vecino y que se alinea con los objetivos de las dos administraciones: Gipuzkoa halla una salida a la fracción resto que necesita exportar y Bizkaia evita el vertido en la planta de Mallabia -única presentada al concurso convocado- sin tratamiento previo.
A pesar de que no se conocen aún las cantidades y los precios recogidos en el futuro convenio, GHK ha cuantificado durante las negociaciones su necesidad de exportar unas 20.000 toneladas dentro de este año y unas 25.000 para 2019, siempre con unos márgenes de prudencia para poder ponderar los envíos.
El acuerdo contemplaría la solución técnica planteada por la Diputación de Bizkaia: el envío de los residuos a la incineradora de Zabalgarbi y la derivación de las escorias al vertedero de Artigas, instituciones ambas públicas. Sin embargo, las cifras de la primera propuesta lanzada por el departamento vizcaíno de Medio Ambiente han sido suavizadas después de que GHK haya logrado una prórroga con la planta de Mutiloa y la posibilidad de empezar a utilizar la planta de tratamiento mecánico-biológico (TMB) a partir de marzo-abril del año que viene.
Estos dos factores han minimizado la dependencia exterior de Gipuzkoa, considerada en un principio de 60.000 toneladas anuales. El cambio de escenario ha introducido el concepto de la flexibilidad en los encuentros mantenidos entre responsables de ambas instituciones forales y esto, a su vez, ha aconsejado recurrir a la fórmula jurídica del convenio para materializar la relación. Gipuzkoa ha querido evitar así un contrato con cantidades cerradas para optar por un marco más abierto que permita acompasar los envíos a las necesidades.
Prórroga con Mutiloa
GHK prevé meses en los que el déficit de infraestructuras resulte más acuciante y, por tanto, la urgencia sea mayor. Llegarán tras el verano, entre el momento en el que la cantidad pactada con Mutiloa para dos ejercicios se agote (septiembre-octubre) y se inicie una prórroga con la misma instalación del Goierri (noviembre).
El acuerdo que la sociedad foral se dispone a alcanzar con la empresa Cespa, propietaria del vertedero Lurpe de Mutiloa, se antoja clave para flexibilizar el convenio con Bizkaia durante el resto del tiempo. Incluye primero una ampliación del contrato vigente, del 10% de los dos años, tal y como habilita la propia adjudicación, y después una prórroga para un año más en las mismas condiciones. Traducido a números, 24.000 toneladas más por la ampliación -de manera inmediata a la culminación de las 204.000 vertidas-, y 102.000 toneladas más en virtud de la prórroga. Este segundo paquete, sin embargo, solo se podría activar a partir de noviembre, fecha en la que vencerían los dos años desde la firma del contrato entre GHK y Cespa. Aunque el envío de residuos a Mutiloa se empezó a realizar en junio de 2017, las dos entidades habían sellado su compromiso ocho meses antes, por lo que no habrá que esperar a poner en marcha la prórroga hasta junio de 2019.
Por otra parte, la posibilidad de tratar los residuos en la TMB de Zubieta permitiría a partir de marzo-abril ahorrarse el viaje a Zabalgarbi y poder depositar directamente la basura ya pretratada en el vertedero de Artigas, simplificando la operación logística y abaratando costes.
Además de la flexibilidad, el principio de reciprocidad también se incluirá en el documento que firmen los dos gobiernos forales, de manera que la relación interinstitucional quede abierta en el futuro, en las mismas condiciones, en caso de que uno de los dos necesite del otro.
Por otra parte, tras la confirmación del acuerdo, GHK iniciará próximamente los trámites para desistir del concurso público que convocó y cuyo único licitante ha sido la empresa Betearte de Mallabia. La sociedad foral dejó sin abrir el sobre de la oferta económica para valorar la propuesta de la Diputación de Bizkaia y dejará ahora sin efecto el procedimiento de adjudicación.