Gana fuerza la conexión del TAV entre Donostia y Pamplona por Vitoria, que tardará más de una hora
Las opciones de que se realice a través de una línea entre Ezkio-Itsaso e Irurtzun que pasaría por un túnel de 22 kilómetros bajo la sierra de Aralar se diluyen
Las opciones de que la conexión de la alta velocidad ferroviaria entre Euskadi y Navarra se realice a través de una línea entre Ezkio-Itsaso ... e Irurtzun que pasaría por un túnel de 22 kilómetros bajo la sierra de Aralar van perdiendo fuerza en favor de la otra alternativa, la de enlazar Vitoria y Pamplona en superficie a través del valle de Sakana.
La decisión no es definitiva, y de hecho, el Gobierno central mantiene activo el trabajo de prospección y análisis geológico en el macizo montañoso que delimita Gipuzkoa y Navarra para analizar la viabilidad técnica y los posibles efectos medioambientales de llevar adelante la propuesta defendida históricamente por el PNV y las instituciones vascas, y que contó en su momento con el respaldo del Parlamento Europeo.
Pero con el paso de los años y el devenir de los acontecimientos, la balanza se va inclinando paulatinamente a favor del enlace por Vitoria, por el que desde 2018 apuestan los técnicos del Ejecutivo central, coinciden diversas fuentes implicadas. Por varios motivos.
POR EZKIO-ITSASO
2.062 millones
costaría la conexión Euskadi-Navarra de alta velocidad por Ezkio y bajo Aralar.
Sus ventajas
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Más rápido. Ahorra 25 minutos de trayecto respecto a ir a Navarra pasando por Vitoria. El viaje entre Donostia y Pamplona llevará 44 minutos, frente a los 69 yendo por la capital alavesa.
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Más corto. Por esta vía Donostia distaría 104 kilómetros de Pamplona gracias a la línea directa de 55 kilómetros entre Ezkio-Itsaso e Irurtzun. Por Vitoria son 183 kilómetros.
POR VITORIA
704 millones
se estima que requerirá el enlace con la comunidad foral a través de Vitoria.
Sus ventajas
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Más barato. La vía en superficie cuesta tres veces menos que tener que perforar la montaña.
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Antes en servicio. Los trenes podrían operar años antes que con la opción de Ezkio-Itsaso.
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Más fácil. La construcción presenta muchas menos complicaciones y riesgos técnicos.
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Más ecológico. Se evita el riesgo de dañar los acuíferos y manantiales de Aralar.
Dificultades, riesgos y tiempo
El primero es la mucha mayor complejidad técnica de horadar de este a oeste una cadena montañosa como Aralar, con los imprevistos y riesgos que pueden aparecer al trabajar en terreno desconocido, frente al trabajo menos exigente y arriesgado de construir una línea de alta velocidad en superficie atravesando un valle por el que ya discurren una línea ferroviaria convencional y carreteras.
Esa mayor dificultad influye directamente en la enorme diferencia de coste económico que existe entre ambas opciones. Aunque se trata de cálculos ya desactualizados, el presupuesto que se ha venido manejando para el enlace por Vitoria es de 704 millones de euros. La unión por el túnel de Aralar triplica ese monto, superando los 2.000 millones de euros.
A ese mayor esfuerzo presupuestario se sumaría el también mayor tiempo requerido para culminar las obras. Mientras tirar una vía en superficie en un terreno mayoritariamente llano se puede llevar a cabo en plazos relativamente rápidos, perforar una montaña exige periodos mucho más largos. Y con los retrasos que ya acumula tanto el desarrollo del TAV como la definición de su conexión con Navarra –y a través de esta con el eje mediterráneo– el margen para embarcarse en proyectos que dilaten mucho más la puesta en marcha de la alta velocidad en esta parte de la Península es escaso. Más aún existiendo alternativas técnica y económicamente viables.
Como ejemplo cercano de esto último basta mirar los 20 años que ha tardado en construirse el túnel de Pajares en la línea Madrid-León-Asturias, con el que se conecta la meseta central con la cornisa cantábrica a través de un tubo que atraviesa el puerto del mismo nombre entre León y el Principado. Una actuación equiparable al que se proyecta en Aralar. Los 22 kilómetros que mediría este son comparables a los 24,6 del astur-leonés, cuyas obras echaron a andar en 2004 y no han concluido hasta noviembre de 2023.
No menos importante que las razones anteriores es el impacto medioambiental que tendría actuar en Aralar, donde existe todo un mundo subterráneo de acuíferos y manantiales. A falta de los resultados de las catas que se están realizando en ese entorno, fuentes gubernamentales reconocen que no quieren que se reproduzcan en Aralar los problemas medioambientales que ha habido en Pajares, donde como consecuencia de las perforaciones de la montaña se han secado 20 acuíferos y una treintena de manantiales.
Trabas administrativas
Un último elemento sobrevenido que resta posibilidades a la conexión con Navarra desde el corazón de Gipuzkoa es el tiempo que se está tardando en llevar a cabo las prospecciones y estudios geológicos en Aralar. Las fuentes consultadas lamentan las dificultades que están encontrando los técnicos para llevar a cabo estos análisis por las trabas administrativas que imponen varios de los ayuntamientos de la zona, la mayoría gobernados por EH Bildu, formación que se opone a la construcción del TAV.
Así las cosas, gana enteros la posibilidad de que para desplazarse a Pamplona, Zaragoza o Barcelona desde Gipuzkoa haya que llegar primero a Vitoria y desde ahí enfilar hacia el este.
Ello supondrá 25 minutos más de viaje que si se hiciera en línea recta desde Ezkio-Itsaso. Según los cálculos oficiales, el trayecto San Sebastián-Pamplona atravesando Aralar llevaría 44 minutos, mientras que a través de Vitoria serán 69, poco más de una hora. Con el servicio convencional actual a través de Alsasua se tarda 1 hora y 58 minutos (118 minutos).
El precedente de Pajares, donde se han secado 20 acuíferos
Entre las razones que llevan al Gobierno central a decantarse por conectar Euskadi con Navarra a través de Vitoria y el valle de Sakana no se puede obviar el precedente del túnel de Pajares. Una obra equiparable al proyecto de horadar la sierra de Aralar. La perforación de este puerto para conectar León y Asturias mediante un doble túnel de 24,6 kilómetros (en Aralar serían 22), en servicio desde noviembre, ha destruido 20 acuíferos y secado 30 manantiales que alimentaban varias comarcas leonesas que se han quedado sin agua, con el consiguiente impacto en los ecosistemas y ganadería de la zona. El Gobierno exige ahora a Adif reparar ese daño y devolver a esos pueblos los 10.060 millones de litros de agua que recibían cada año.
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