Hace unos pocos años, un amigo me pidió que diera mi opinión sobre el trabajo que había hecho un alumno de ingeniería sobre el hidrógeno. ... En él se hablaba de este gas como «fuente de energía». Comenté que el petróleo o el carbón eran fuentes, porque se extraían y al quemarlos nos dan energía, pero que el hidrógeno no lo era, pues no existe en la naturaleza. Hay que crearlo, y para hacerlo se consume más energía de que la luego es capaz de darnos. Por lo tanto, el hidrógeno era un «vector» para transportar energía, no una «fuente».
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Estaba equivocado, sí que hay yacimientos de hidrógeno. Lo que ocurre es que se consideraba que eran insignificantes y que nunca podrían jugar un papel importante. Pero resulta que se han descubierto grandes yacimientos de ese gas. El primero hallado en Europa se encuentra en la provincia de Huesca. Este gas se genera por la interacción entre el agua y el hierro en profundidades donde no llega el oxígeno de la atmósfera. A ese proceso, que se realiza permanente en el interior de la tierra, por lo que es renovable, se llama «serpentinización». Se estima que el yacimiento de Huesca podría proporcionar algo más de un millón de toneladas de gas. Cada kg de hidrógeno proporciona 33,3 kWh. En comparación, la gasolina proporciona tan solo 12 kWh.
La existencia de yacimientos de hidrógeno de origen natural y, además, renovable, cambia totalmente las reglas del juego.
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